El menor luchó durante un mes por su vida luego recibir un impacto de bala en el útero de su madre a pocos días de que se cumpliera el tiempo de gestación.
El bebé que fue tiroteado hace poco más de un mes aún estando en el útero de su madre durante un enfrentamiento entre policías y narcotraficantes en Río de Janeiro murió este domingo en el hospital en que estaba ingresado desde el incidente, informaron fuentes oficiales.
El bebé de un mes, identificado como Arthur Cosme de Melo, murió de este domingo víctima de una hemorragia digestiva intensa, según el boletín médico divulgado por el Hospital Adao Pereira Nunes.
El parto del menor tuvo que ser inducido a finales de junio pasado luego de que su madre, con 39 semanas de embarazo, fuera alcanzada por una bala perdida en un tiroteo en Duque de Caxias, municipio en la región metropolitana de Río de Janeiro con elevadas tasas de pobreza y violencia.
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Según los médicos que atendieron el parto, la bala atravesó el tórax del bebé, le perforó los dos pulmones y afectó su columna, por lo que se temía que quedara parapléjico. El menor estaba en una unidad de cuidados intensivos desde su nacimiento y su estado de salud era considerado grave desde entonces. Su madre fue dada de alta el pasado 6 de julio, desde cuando esperaba que los médicos la autorizaran por lo menos a tocar a su hijo.
La secretaría de Salud del estado de Río de Janeiro informo en un comunicado que, tras la muerte, el cuerpo del bebé fue enviado al Instituto Médico Legal para la autopsia por tratarse del procedimiento rutinario en casos de violencia.
El tiroteo, que terminó provocando la muerte del menor, fue otro de los episodios de la grave ola de violencia que obligó al gobierno regional de Río de Janeiro a solicitar la intervención de las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad en la ciudad más emblemática de Brasil.
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La petición fue atendida el viernes por el presidente brasileño, Michel Temer, quien autorizó la movilización de 10.240 militares y policías para reforzar la seguridad en Río de Janeiro y que desde hace tres días patrullan las calles de la ciudad.
La ayuda del Gobierno federal a la gobernación regional de Río de Janeiro para garantizar la seguridad prevé un refuerzo de 8.500 miembros de las Fuerzas Armadas, de 620 de la Fuerza Nacional de Seguridad (cuerpo de élite integrado por agentes de todo el país) y de 380 de la Policía Federal de Carreteras.
Los militares participarán en operaciones puntuales para combatir el crimen organizado pero también reforzarán, cuando sea necesario, el trabajo de los policías de Río de Janeiro, explicó el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, en rueda de prensa.