Las Hermanas Lauritas extendieron el horario del Santuario, apoyarán la comunión en la misa campal y desean que el santo padre dedique un momento de oración a la reliquia de la única santa de Colombia.
Las Hermanas Misioneras de la Madre Laura mostraron su entusiasmo frente a la visita del papa Francisco en Colombia, quien canonizó a la religiosa de Jericó y por el que dedican parte de su oración para que su encuentro con los colombianos salga bien y logre llevar su mensaje de paz, reconciliación y vocación cristiana.
Así lo asegura la hermana Ayda Orobio Granja, directora de esta congregación, quien manifestó la ilusión que les causa que el santo padre bendiga mañana la reliquia de la santa colombiana, la cual le será presentada en el encuentro con los sacerdotes y sus familias en la Plaza de Espectáculos La Macarena.
“Sabemos, como lo ha dicho el señor arzobispo, que la reliquia de Santa Laura va a estar presente en este evento. Si el santo padre lo desea, podría dedicar un momento de oración ante el símbolo de esta santa colombiana y antioqueña”, señaló esta religiosa.
Pese a que en la agenda del vicario de Cristo no hay planeada una reunión directa con ellas, las hermanas de la congregación se sienten “supremamente satisfechas” y estarán pendientes del mensaje que él brindará al pueblo colombiano.
Las misioneras del convento de Santa Laura también participarán en la misa campal del Aeropuerto Olaya Herrera, en la que ayudarán a dar la comunión durante el rito que oficiará el líder del catolicismo.
Adicional a estas actividades de que las harán parte, Orobio indicó que buscarán que los turistas y peregrinos conozcan El Santuario de la Madre Laura, para lo cual extendió su horario de 9:00 a.m. a 12:00 p.m. y de 2:00 p.m. a 6:00 p.m.(una hora más de labores).
“Aumentamos el número de hermanas y de misioneros seglares que orientarán a los visitantes, para que aprovechen su visita a Medellín y conozcan los detalles de la santa colombiana”, aseguró Orobio.
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La experiencia que vive la ciudad con el arribo del obispo de Roma es muy positiva para el momento que vive la ciudad, el país y la sociedad, así lo consideran las hermanas Lauritas.
“Es muy importante su mensaje de reconciliación en Colombia. No es solo la paz en el conflicto armado, sino la construcción de esta virtud en las situaciones difíciles; en las que yo pienso así y el otro de una manera distinta. Debemos saber escuchar y perdonar”, reflexionó la directora de la congregación.
El papa Francisco, al que actualmente esperan con mucha ilusión, es el mismo que en 2013 llevó a cabo el proceso de canonización de su modelo a seguir. En esta ceremonia, también fueron investidos Antonio Primaldo y sus compañeros mártires(Italia), y María Guadalupe García Zavala(México), fundadora de la Congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres.
El líder Vaticano expresó que Santa Laura “nos enseña a ser generosos con Dios, a no vivir la fe solitariamente, como si fuera posible vivir la fe aisladamente, sino a comunicarla, a irradiar la alegría del Evangelio con la palabra y el testimonio de vida allá donde nos encontremos”.
“Nos enseña a ver el rostro de Jesús reflejado en el otro, a vencer la indiferencia y el individualismo, acogiendo a todos sin prejuicios ni reticencias, con auténtico amor, dándoles lo mejor de nosotros mismos y, sobre todo, compartiendo con ellos lo más valioso que tenemos: Cristo y su Evangelio”, acotó.
Laura, la maestra de fe
La primera santa de Colombia, la madre Laura Montoya, nació el 26 de mayo de 1874 y encontró su pasión en la docencia, promoviendo cambios sociales a través de una metodología de fe y amor. Este trabajo lo enfocó en los indígenas, ya que eran víctimas del estigma social y discriminación racial.
Luego de su muerte, se le atribuyeron dos milagros. El primero se dio en 1994, cuando Herminia González fue diagnosticada de cáncer de cuello uterino y sufría de hemorragias permanentemente.
Según lo manifestó su familia, ella asistió al cuatro de la santa debido al malestar en el que vivía y posteriormente dejó de sangrar y se sintió aliviada.
El otro milagro, sucedido en 2005, le ocurrió al médico Carlos Eduardo Restrepo, quien llevaba ocho meses con una incapacidad del 90% de su cuerpo, tuvo una perforación en su esófago y una infección en el mediastino. Según su relato, con esta situación eran remotas sus posibilidades de vida.
En una ocasión, Restrepo pensó en la madre Laura y le oró salir de su enfermedad, y a partir de ese momento su mejoría fue muy rápida. Este testimonio fue enviado a El Vaticano y la Santa Sede validó el proceso de canonización de esta religiosa de Jericó.