Hace unos 15 años, en uno de mis escritos, dije que había que aprovechar el corredor de la carrera 80 para hacer una extensión del metro que conectara con las líneas actuales. Una nueva línea a lo largo de la 80 y más allá, más o menos, entre la estación Aguacatala y una nueva estación en el noroccidente, ojalá más allá de Bello. Un político serio me comentó en aquel entonces que mi idea era muy futurista. Pues eso casualmente era lo que yo pretendía porque aquí no podemos seguir haciendo las cosas chiquitas, angosticas, corticas, para solucionar el problema que se formó ayer y sin mayor proyección futura. Un caso: aplaudidos fueron quienes hicieron las transversales (superior e inferior); dos calles de doble vía, al punto que poco tiempo después hubo que poner una de las transversales en sentido de circulación norte – sur y la otra al contrario. No se aprovechó la oportunidad para hacer tremendas avenidas, adquiriendo los terrenos suficientes para desarrollarlas, si se quiere, en dos etapas. Eso sí, nada se hizo en aquel momento por las vías que interconectaban las dos transversales y solo recientemente se le ha metido mano, por ejemplo, a la loma de los Balsos y a la calle 10. En fin, hacer las cosas “ñuquitas” es de miseria y no de altas aspiraciones. Si por la 80 hoy se hiciera un tranvía no se entendería porque ya conocemos los beneficios del Metro. ¡Maravilloso! que el Metro opere a plena carga, pero eso debe indicar que las soluciones por venir han de ser de magnitud y no paños de agua tibia para un problema de hoy y sin pensar en el mañana. Que la financiación, que el aporte del Gobierno Nacional centralista, en fin que la plata, pues a ponerle ingenio al problema porque en Medellín y sus gentes merecen soluciones creativas y comprobadamente útiles. Cuánto se anhela volver a tener a alguien por el estilo del doctor Jorge Restrepo Uribe al frente de las proyecciones y ejecuciones de obras en Medellín.

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Eso era lo que querrían los politiqueros de la Costa y eso era lo que querrían los españoles en Electricaribe, que se ordenara la liquidación de la empresa. Los primeros porque ven allí un botín político enorme, ven que van a poder cambiar cables por votos; y los otros porque desde hace tiempo se dijo que Electricaribe sería como otra Commsa, esto es, lo que les interesaba no era el negocio de energía sino la demanda a Colombia, así que ya la iniciaron por millones de euros. Es un negocio gana - pierde y el perdedor es el país, los contribuyentes colombianos.

Además, ya veremos quién se queda con el negocio porque entre los candidatos que suenan, particularmente entre los politiqueros, están las Empresas Públicas de Medellín, quien, de meterse ahí, no sería sino para dolores de cabeza y para que los antioqueños terminemos pagando los platos rotos de un caso que desde hace mucho se veía era un fracaso. La fórmula EPM es aplaudida por el centralismo bogotano porque allí solo se piensa en cómo dejar a Antioquia para lo último pero cuando se trata de que meta plata sí hay ambiente.

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P.S.1- El alcalde Federico Gutiérrez me dijo que el caso ya está en manos de Ecopetrol. Es imperativo que en el Valle de Aburrá vendan combustibles de mejor calidad, pues los de hoy “son veneno” (palabras del alcalde). En China e India la polución es espantosa y el olor del humo de los vehículos horrible. Aquí pasa en menor escala porque hay menos automotores. Ese es asunto vital y resolviéndolo se mejoraría enormemente la calidad del aire. Nos están matando con eso que nos venden hoy.

P.S.2- Los enmermelados destacaron que el FMI estima que la economía colombiana crecerá 2,3% en 2017, pero, ¡ojo!, rebajó su pronóstico anterior. Ahora bien, el Banco de la República, tras su reunión de abril, estimó que será del 1,8%. Conclusión: no vamos bien; el desánimo del mercado es marcado; el desempleo así no bajará; 2017 va a seguir la tendencia descendente de los últimos años.