El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
El debate interno dentro de la Universidad de Medellín sigue muy hirviente días después que la Asamblea Extraordinaria de Delegatarios negara mayoritariamente una reforma de estatutos.Édgar Arrubla, es miembro de la Consiliatura de la U. de M., y es una de las voces totalmente opuestas a la aún muy palpable influencia del exrector Néstor Hincapié.Arrubla se reconoce de la minoría, alerta que la crisis de la U. de M. está aún sin resolverse y que el resultado de la última asamblea es una burla con las nuevas generaciones de e este claustro, que buscan hacer parte de su gobierno.¿Cuál es para usted como miembro de la Consiliatura y de lo que llaman la disidencia o las minorías, el panorama y la situación actual de la Universidad de Medellín tras la transición en la rectoría y de una reciente asamblea extraordinaria?Pienso que la Universidad atraviesa una grave crisis, porque aún hay muchos temas que no están resueltos.El Ministerio de Educación ordenó el 27 de diciembre de 2019 una investigación a todos los directivos universitarios y a un grupo de profesores. Cuando se refieren a directivos incluye a consiliarios y miembros del consejo académico.Suponemos que el coronavirus no le ha permitido a dicho Ministerio emprender la visita de inspección, inclusive después de haber designado una funcionaria investigadora. De tal manera que estamos esperando esta investigación.Igualmente el título otorgado al senador Bedoya todavía no está resuelto. Sabemos que la Fiscalía y la Procuraduría a nivel nacional le imputaron cargos a dicho congresista y la Fiscalía enAntioquia le imputó cargos al exrector Néstor Hincapié y a un grupo de profesores. Igualmente por el tema de la pandemia, que paralizó los procesos judiciales, estos asuntos siguen en veremos y esperamos que se reinicien luego del levantamiento de las restricciones en el poder judicial.Tenemos un rector encargado y esperamos que en los próximos meses se elija uno en propiedad, de acuerdo con el compromiso que hay para hacerlo a través de una firma caza-talentos que ya fue designada.La Universidad continúa en crisis en mi opinión y la agudizó el tema de la reforma de estatutos.¿Precisamente le iba a preguntar sobre esa reforma estatutaria, pero antes de eso quería escuchar su visión sobre cómo esa crisis jurídica ha afectado la marcha de la U. de M.?La reputación de la Universidad por estos temas se ha afectado ostensiblemente, porque es una crisis grave que impacta su curso académico y sabemos que hay gran preocupación entre egresados, estudiantes, profesores, empleados porque la Universidad en estos momentos se encuentra en interdicción ante la Fiscalía, la Procuraduría y ante el mismo Ministerio de Educación, lo que lesiona gravemente a la institución.¿Ahora quisiera conocer su opinión de lo que pasó en la Asamblea extraordinaria del pasado 30 de junio, que se citó para un cambio de estatutos, lo que fracasó?Los estatutos que actualmente están vigentes, se aprobaron en mayo de 1993, o sea, han transcurrido 27 años, que en mi opinión ya han perdido vigencia, requieren de su actualización y modernización.Es tanto así que un grupo de egresados presentó un proyecto el 6 de diciembre de 2019 y con base en él se conformó una comisión de seis profesionales, representando a todos los grupos que conforman la Asamblea General de la Universidad, o el llamado “Grupo de los cien”.Esta Comisión se instaló en la primera semana del pasado mes de marzo y estuvo trabajando de manera muy juiciosa y de forma virtual durante tres meses consecutivos, realizaron muchas reuniones, y su tarea era reformar los estatutos y presentar de manera consensuada un proyecto para llevarlo a la asamblea.Con mucha sorpresa, desencanto, preocupación e indignación esta reforma fue negada por la Asamblea por 67 a 26 delegatarios.Causó mucha sorpresa porque obviamente, como se ha dicho de manera muy equivocada, de que las minorías querían imponer una reforma estatutaria, cuando en ninguna parte del mundo una minoría puede hacerlo, sobre todo una minoría tan grande como lo que tenemos en este momento y es una falacia decir que las minorías querían imponerla. No, la reforma se concertó y se consensuó, lo que sucede es que parece ser que este proceso lo estaban convirtiendo en una tomadura de pelo o en un burla a los egresados, porque repito, los seis comisionados trabajaron de manera muy juiciosa, ordenada, consistente y con dedicación. Nunca firmaron por firmar porque ellos mandaron una carta a la presidencia y a la Consiliatura en la que sostenían que adjuntaban el proyecto que fue definido absolutamente por unanimidad.Esto fue una burla especialmente para los egresados de las nuevas generaciones, que esperaban formar parte del gobierno de la Universidad, lo mismo que los estudiantes y los profesores que esperaban hacer parte de la Consiliatura. Y fue una burla porque a pesar que son mayoría, pues tenían mayor responsabilidad que las minorías y no la asumieron con juicio, ni con amor ni con respeto con el acta fundacional que los gestores dejaron cuando crearon a la Universidad de Medellín.Lea:Fracasó reforma estatutaria en la U. de M.¿En su concepto que planteaba de importante esa reforma estatutaria?La propuesta de reforma estaba fundamentada en tres ejes fundamentales: democratización, legalización y modernización.¿Hacía qué apuntaba la democratización?El ”Grupo de los cien” fue elegido en 1993 y los egresados de las nuevas generaciones estaban esperando formar parte del gobierno de la Universidad.En la reforma se proponía ampliar ese Grupo a 200 y los nuevos que llegaran sólo podrían ser elegidos entre los graduados a partir de 1993.Igualmente la llegada a la Consiliatura de un profesor y de un estudiante.¿Y sobre la legalización y la modernización?En legalización hay normas muy claras que la ley y el Ministerio de Educación le exigen en dos aspectos a la Universidad.Uno, que las Asambleas sean anuales. Esta es la única corporación que conocemos que hace asambleas cada dos años y la ley exige que las asambleas de las instituciones o corporaciones sean las que hagan el fenecimiento o aprobación de los estados financieros. En estos momentos lo hace la Consiliatura por delegación de la Asamblea, lo que es indelegable totalmente.En segundo lugar, las leyes exigen a la Universidad que haya representación de estudiantes y profesores en el máximo organismo de la U. de M. como es la Consiliatura, que es como llamamos al Consejo Superior de la Universidad.Desde que se fundó la U. de M. sus gestores lo dieron representación a los estudiantes y profesores en los máximos organismos de dirección, situación que se diluyó con el tiempo, lo que se desconoció completamente en la reforma estatutaria de 1993, por lo cual se esperaba que en la reforma de este año se subsanara ese incumplimiento de las normas legales del país.¿Y qué había en modernización?Que se incorporara a la reforma de estatutos el proyecto educativo-institucional, que es la guía, el faro del plan académico.Igualmente el sistema de gestión de la calidad. Las empresas modernas tienen una cosa muy importante que son los sistemas de calidad y nosotros queríamos que quedara como una obligación estatutaria.La incorporación de las vicerectorías a la estructura estatutaria, pues se carece de ellas y sólo se habla de direcciones, decanos y secretaría General.Que los informes de gestión que debe presentar el rector a la Consiliatura de manera trimestral sean obligatorios, lo que no cumple en estos momentos.También los informes de ejecución presupuestal y demás informes financieros, que se debe presentar no anualmente, sino al menos bimestral o trimestral a la Consiliatura.¿A todas estas, entonces, cómo observa el futuro de la U. de M. y qué sigue para este claustro?La tarea nuestra, y hablamos de las minorías que éramos un 7% antes de la asamblea pasada y ahora somos casi un 30%, es que esperamos que este grupo siga creciendo, porque queremos crear conciencia en los delegatarios del grupo mayoritario de la Universidad, que eran de Néstor Hincapié, que se vayan desgranando de ese grupo que ha sido tan nocivo y que entren en razón por el amor a la institución cumpliendo el acta fundacional.Confiamos que son personas con experiencia y gente inteligente que entre en razón y que se vayan haciendo a un lado de los proyectos de Néstor Hincapié de continuar vigentes en la U. de M.Así como hubo 23 egresados que se incorporaron a este grupo que llamamos minoritario por ahora, día a día se vayan sumando a este proyecto que genera un cambio en la Universidad y entremos en el siglo XXI y nos ocupemos únicamente de lo que son los procesos académicos de investigación y que se cumplan los fines sociales para los cuales fue creada a la U de M.
Diego Iván Cataño Ceballos tiene 36 años y su familia reportó que está desaparecido y hace unos quince días no sabe de su paradero.Algunas características de Diego Iván Cataño Ceballos es que mide 1.55 metros y le hace falta un diente en el maxilar superior frontal.Lea:La verdad de La Escombrera no está en agenda de la institucionalidadSegún información de sus familiares, en el momento que lo vieron por última vez en Medellín, él vestía un jean amplio y zapatos negros.Si usted conoce del paradero de Diego Iván Cataño Ceballos o puede dar información que conduzca a encontrarlo prontamente comunicándoseal móvil: 3127881860.La familia agradece a los ciudadanos la información que puedan entregar y su ayuda en búsqueda de este joven.
PSV Eindhoven, con el lateral derecho colombiano Santiago Arias, ganó este domingo al Ajax en el clásico del fútbol holandés (3-0) y amarró, matemáticamente, su vigésimo cuarto título de Liga a falta de tres jornadas del cierre de la competición.El conjunto de Philip Cocú recuperó la autoridad de la competición holandesa que el pasado año cedió al Feyenoord y que se le resiste al Ajax desde 2014.PSV Eindhoven certificó el éxito en el choque disputado en el Philips Stadion.Fue el uruguayo Gastón Pereiro el que abrió el marcador en el minuto 23. Luuk de Jong, a pase de Joshua Brenet, anotó el segundo y Steven Bergwijn sentenció el triunfo ante un rival que terminó el choque con nueve jugadores por las expulsionesdel argentino Nicolás Tagriafico y del holandés Siem De Jong, ambas por doble cartulina amarilla.Lea:El United se estrelló ante el colero y el City se proclamó campeónEl PSV logra así su vigésimo primer título de la Eredivisie a los que hay que sumar los tres obtenidos de la Liga de Fútbol de los Países Bajos, competición previa a la que permanece actualmente.El equipo de Cocú disputará la próxima edición de la Liga de Campeones igual que el Ajax, si mantiene el segundo puesto. A falta de tres jornadas, supera en cinco puntos al AZ Alkmaar, tercero en la tabla.Primeros cinco puestos1. PSV Eindhoven 802. Ajax 703. AZ Alkmaar 654. Feyenoord 575. Utrecht 49
Esta semana el Metro de Medellín implementará dos nuevos medios de pago con el fin de reemplazar los tradicionales tiquetes con banda magnética para el ingreso al Sistema. Estos medios de pago estarán activos hasta que la totalidad de las rutas integradas al Metro cuenten con recaudo electrónico con tarjeta Cívica.A través de un comunicado, el Metro de Medellín informó que el cambio se da debido a la obsolescencia tecnológica de las máquinas productoras de tiquetes y de los validadores de las estaciones.Los metodos de pago que incorporará el Metro son los tiquetes de papel marca de agua, el cual podrá ser adquirido por los viajeros que se dirigen del barrio a la estación a los conductores de las rutas integradas de las empresas Bellanita de Transportes (Bello y San Félix), Transportes Hatoviejo (Bello y París) y Transportes Medellín Castilla (Castilla).Lea también:Exoneracióndel IVA al Metro será de 2.500 millones por cada trenEn la estación cada viajero debe entregar el tiquete con marca de agua al personal Metro que estará debidamente identificado y se encargará de validar su ingreso al Sistema. El viajero recibirá un desprendible como comprobante de su ingreso. Este proceso arrancará este viernes 12 de enero y funcionará únicamente por dos meses.El segundo medio de pago será la Cívica gris, un medio de pago que reemplazará al tiquete en las rutas que pertenecen a las empresas Transportes Brasil (Circular Itaguí), Tax Maya (San Cristóbal y Simón Bolívar), Transportes Rápido San Cristóbal (San Cristóbal), Conducciones Palenque Robledal (Robledo) y Autobuses Poblado Laureles (Poblado).Allí, cuando el viajero que se dirige del barrio a la estación adquiere un tiquete en el bus, se le entrega una Cívica gris cargada con un viaje y deberán introducirla en los torniquetes para validar el viaje. Estas tarjetas serán retenidas por los torniquetes y el proceso arrancó desde este jueves.La empresa reiteró que estos medios de pago serán temporales y operarán únicamente hasta que estas rutas integradas implementen el recaudo electrónico con la tarjeta Cívica. Además recomendó a los usuarios que aún no cuentan con Cívica personalizada, que la adquieran en los Puntos de Atención al Cliente ubicados en las estaciones San Antonio, San Javier, Itagüí y Niquía.