En Colombia hay ejemplos de organizaciones que funcionarían mejor si fueran menos
Un viejo principio de la economía reza que a más competencia mayor eficiencia en los mercados. Desafortunadamente mas gente haciendo las mismas cosas no significa competencia. En muchas ocasiones la competencia entre menos es más benéfica para el bienestar colectivo.
En Colombia hay ejemplos de organizaciones que funcionarían mejor si fueran menos. En esta columna quiero analizar dos: las EPS y el Congreso.
De acuerdo con el Ministerio de Salud en Colombia existen 49 EPS habilitadas, de las cuales 14 atienden la población del régimen contributivo y 35 atienden la del régimen subsidiado. La situación financiera de estas entidades en total es deficitaria, en total las EPS necesitaban al corte de diciembre de 2015, $5.5 billones para tener el mínimo de solvencia patrimonial requerido por la ley. Los datos de 2016 no se conocerán pronto, pero ya se sabe que no fueron muy positivos.
Este problema no es generalizado, hay cuatro o cinco EPS en el país que tienen margen de solvencia y que además tienen a su población en un buen estado de salud. ¿Que quiere decir esto? Que es posible hacer bien la tarea, pero también que muchos no entendieron o fracasaron en la misma. Y en concordancia la solución es menos EPS pero manejadas por los que saben.
Una situación similar se presenta en el congreso de Colombia. Muchos quieren acabarlo, pero esto no es una solución factible en nuestra democracia. Ya se ha revocado el mandato anteriormente y esto no ha resuelto el problema. Otros piden disminuir el salario de los congresistas, pero eso no pasa de ser una respuesta visceral a la indignación. Aquí también, ya lo sabemos, hay buenos congresistas. En total hay 268 congresistas, 102 senadores y 166 representantes. Me parece que una mejor solución sería eliminar la circunscripción nacional para Senado y disminuir drásticamente el número de congresistas a 1 o 2 por departamento, tanto en senado y cámara. Los congresistas y sus acciones serían mucho más visibles. La prensa local podría hacerles un seguimiento más preciso. Además por ser menos, podría ser más expeditas las investigaciones de Fiscalía y Procuraduría, para condenar a los corruptos.
Un mal que tiene Colombia es la proliferación de gente haciendo lo mismo y en muchos casos haciéndolo mal. No se puede caer en la generalización y simplemente pedir borrón y cuenta nueva. Más bien se trata de aumentar los mecanismos de vigilancia y de rendición de cuentas. Para lograr esto creo que menos es más.