Los 180 médicos cubanos aguardan una respuesta sobre la visa y esperan que Estados Unidos o Colombia les preste su apoyo.
Alrededor de 180 cubanos que formaban parte de las misiones médicas que ese país tiene en Venezuela, aguardan en Bogotá, adonde llegaron tras desertar del vecino país, con la esperanza de que Estados Unidos les conceda una visa.
El problema de los cubanos se multiplicó el pasado 12 de enero cuando el Gobierno del expresidente estadounidense Barack Obama suspendió el “Cuban Medical Professional Parole” (Cmpp o Parole), un programa especial de visas de EE.UU. para personal médico cubano que deserta de las misiones en el exterior.
El programa “Parole” fue creado en 2006 durante el Gobierno del presidente George W. Bush (2001-2009) para asistir a profesionales de la salud cubanos que escapan de misiones internacionales en terceros países y a los que se ofrece acceso “seguro y legal” a Estados Unidos.
“En este momento aquí (en Bogotá) se encuentran alrededor de 180 médicos cubanos (...) de esos hay 85 esperando la visa (tras una solicitud) que llegó en tiempo, pero dentro de esos 180 hay 25 que no les dio tiempo para aplicar al ‘Parole’”, aseguró a la agencia de noticias EFE, Óscar Alonso, médico que ejerce como vocero del grupo de cubanos.
La suspensión tomó por sorpresa a algunos de ellos, que se enteraron de la decisión de Obama cuando ya habían abandonado la misión médica.
“Es una situación terrible, pues en Cuba somos perseguidos políticos porque desertamos de una misión médica cubana (que también es) política”, agregó Alonso.
Para poder cruzar a Colombia deben recurrir a un “coyote” que les ayuda a pasar ilegalmente la frontera a cambio de unos 650 dólares, una fortuna para muchos de ellos.
Al llegar se dirigen a la embajada de Estados Unidos, donde solicitan el visado y reciben un salvoconducto que les permite estar temporalmente en Colombia, si bien no pueden trabajar.
Relata que en su camino deben sobornar a la Guardia Nacional Bolivariana, GNB, (policía militarizada) de Venezuela que les pide unos papeles que no tienen y, en ocasiones, también a policías colombianos que les paran en su camino a Bogotá.
Allí empiezan otra odisea ya que deben mantenerse sin trabajar. Además, según detalló Alonso, hay seis cubanos más que no forman parte de las misiones médicas y que se encuentran en Bogotá intentando encontrar ayuda que les permita abandonar Cuba y encaminarse a Estados Unidos.
Una de las cubanas que abandonaron la misión en Venezuela es María del Carmen Torres, una farmacéutica de 44 años, quien solicitó a tiempo el visado, pero que fue rechazado y ahora se encuentra pendiente de una respuesta tras haber renovado la solicitud.
Ahora se encuentra en un “limbo legal” que se prolonga desde octubre de 2016, cuando llegó a Bogotá.
Torres señaló que las duras condiciones de vida en el estado de Aragua, en el norte de Venezuela, fue lo que le llevó a querer desertar, en busca de una vida mejor para ella y sus dos hijos que están en Cuba.
"Allí (en Venezuela) no nos tratan bien, a las 6 de la tarde tenías que estar en la casa prácticamente bajo candado y decidí abandonar la misión porque en Cuba lo que te pagaban era una miseria. Quería darle mejor vida a mis dos niños de 19 y 22 años”, aseguró.