La renovación de la flota de buses del Metroplús garantizará la entrada de vehículos eléctricos a Medellín. El Concejo, a través de un Acuerdo, garantiza que de ahora en adelante la energía sea el combustible para la ciudad.
Hace diez años, el debate en torno a qué combustible debería mover los buses del Sistema de Transporte Masivo Metroplús giraba en tres ejes: el diésel, el gas y la energía eléctrica.
El ministro de Minas de aquel entonces, Hernán Martínez, consideraba el gas un combustible funesto y aseguraba que no era viable debido a una posible escasez en las reservas del mismo para los años 2010 y 2012, por lo que proponía al diésel como el más rentable medio para la ejecución de las operaciones del Metroplús.
Por su parte, el Concejo de Medellín, con base en investigaciones de la Universidad Pontificia Bolivariana y el Área Metropolitana, sostenía que por cuestiones de eficiencia e impacto al medioambiente la solución a dicha discusión debía de ser optar por movilidad eléctrica. Requerimiento que fue desestimado por los altos costos operativos y las dudas técnicas que representaba esta tecnología hace una década.
Además, la opción de articular los buses con gasolina y diésel, como recomendaba Minminas, suponía un riesgo para la calidad del aire de la ciudad teniendo en cuenta la experiencia vivida en ciudades como Pereira y Bogotá, que, al poner a circular su flota de transporte público masivo con hidrocarburos aumentó la contaminación en estos centros urbanos.
El hecho de querer mantener a Medellín como ciudad líder en desarrollo de movilidad urbana, motivó entonces al alcalde de turno, Alonso Salazar, a proponer al Concejo de la ciudad el uso de vehículos a gas, teniendo en cuenta que disminuirían los costos de los eléctricos y reducirían las emisiones de los motores a diésel.
Aura Marleny Arcila, presidenta del Concejo de Medellín en la actualidad, fue una de las corporadas que debatió el tipo de combustibles durante el periodo 2008 – 2011. Ella comentó que para ese entonces había una voz unánime por impulsar la electricidad en este sistema.
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Sin embargo, “el argumento de la Administración del momento era que para poder ver en realidad el Metroplús en funcionamiento a más corto plazo, tenía que ser a gas, que también es una energía limpia”, recordó Arcila.
De allí que se diera vía libre a traer un total de veinte articulados operados a gas por un total de siete millones de dólares, dejando claro que una vez estos vehículos cumplieran su vida útil serían reemplazados por buses eléctricos teniendo en cuenta los desarrollos tecnológicos.
Precisamente, con la entrada en funcionamiento del primer bus eléctrico a principios de mes, esta apuesta de convertir a Medellín en la capital de la Movilidad Eléctrica del continente comienza a tomar forma. Así lo expresó el alcalde Federico Gutiérrez: “este es un símbolo de cómo avanzamos en movilidad eléctrica. Es definir el camino de hacia dónde vamos y es una oportunidad. Queremos que vayan llegando muchos más”.
Según Tomás Elejalde, gerente del Metro, de ahora en adelante todos los buses que operen en las troncales del sistema de transporte serán movidos por energía eléctrica.
“Estamos buscando definir cifras con la Alcaldía y el Área Metropolitana para los dos escenarios que tenemos como la reposición de flota actual del Metroplús y la ampliación de la misma”, indicó Elejalde, quien prevé que sean entre 40 articulados y 70 padrones los contemplados en principio.
La idea de este cambio, de acuerdo con la presidenta del Concejo, es que los nuevos vehículos entren a operar en la futura troncal de la Avenida Oriental para que los que operan actualmente en la Línea 1 y 2 del sistema cumplan su vida útil y progresivamente se vayan cambiando para evitar entrar en un detrimento patrimonial.
El concejal Fabio Humberto Rivera, proponente del acuerdo 058 de 2017, dejó en firme en el mismo que cuando el Municipio de Medellín vaya aumentar la capacidad transportadora en las Troncales y Pretroncales del sistema de buses Metroplús, los nuevos vehículos que ingresarán para operar en las mismas podrán ser 100% eléctricos.
Asimismo, se estudiarán los avances en tecnología para propiciar renovaciones con base en materia medioambiental y de desarrollo sostenible con el fin de velar por un acompañamiento integral en el proceso de migración de combustibles fósiles a energías renovables.
El corporado ha sido claro en que ha faltado carácter de cara a la restricción del diésel y la gasolina, permitiendo que los nuevos vehículos con estas tecnologías garanticen 15 años de partículas PM 2.5 en la atmosfera de la ciudad. Por eso, en sus intervenciones en las diferentes sesiones sobre medioambiente y movilidad, ha manifestado que el parque automotor privado debería modernizarse a gas, a través de incentivos para equiparar costos; el sector público, como los buses de Metroplús y sus troncales deben optar por energía eléctrica.
Empresas Públicas de Medellín (EPM), entretanto, sostuvo que tienen toda la disposición y la infraestructura para propiciar un crecimiento del parque automotor eléctrico, aunque también le apuestan a continuar con la propuesta de gas natural vehicular con el fin de formar un ecosistema de movilidad sostenible.
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Para ello, EPM manifestó que está vinculando a los vendedores de vehículos, a las aseguradoras, a las empresas que fabrican estaciones de carga, y al Gobierno Nacional para incentivar el uso de ambos combustibles por encima de los hidrocarburos.
Para el gerente del Metro de Medellín, es difícil lograr que un sistema de transporte público masivo opere con ganancias y no debe ser visto como un negocio. No obstante, el cierre financiero si deberá ser sostenible para efectuar labores de operación y mantenimiento sin necesidad de ser subsidiado.
Actualmente, Metroplús cuenta con un subsidio de 50.000 millones de pesos al año, debido a que las tarifas tienen una fijación con carácter social, que imposibilita aplicar los modelos financieros de los privados.
Es esta una de las razones para que la prueba piloto que se realiza con este nuevo bus sea para fijar el modelo económico que se tendrá con la entrada de más vehículos de estas características.
“Se quiere precisar los costos de mantenimiento, la duración de las baterías no solo por día, sino en años y las recargas de las mismas. Estamos probando son los costos operativos, la tecnología ya está probada. Queremos ensayar el modelo financiero”, resaltó Elejalde.
Santiago Díaz, gerente de Ofertas Comerciales de EPM, calculó que el costo de operación de movilidad eléctrica comparada con el diesel es un 60% más barato. Con respecto a los vehículos que operan con gas natural la reducción sería del 30% y el mantenimiento también permitiría hacerse de forma más económicas al tener menos partes en los motores.
Inicialmente un bus a gas, como los que operan actualmente, tendría un costo aproximado de 400.000 dólares, mientras que uno eléctrico de las especificaciones del que ya se encuentra en funcionamiento estaría por los 640.000 dólares.
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“Cuando se accede a movilidad eléctrica no se debe mirar únicamente la inversión inicial, que en principio es más alta, sino hacer cuentas con los costos de operación que son más baratos”, explicó Díaz. Además, la vida útil de un bus a gas natural se estima en unos trece años, mientras que las propuestas eléctricas del mercado proporcionan de quince a veinte años de funcionamiento.
Las pruebas realizadas a los vehículos eléctricos indican tendrán la capacidad de operar pendientes con inclinaciones de hasta el 17%. Además, reducirán en 16 toneladas la emisión de dióxido de carbono y tendrán una autonomía por carga de casi 300 kilómetros, por unos 146.000 pesos, producto de unas seis horas de carga.
Asimismo, la eficiencia de la tecnología eléctrica permitirá recargar las baterías en los tramos en que el bus esté descendiendo y con la energía cinética que se produce con el frenado, que ayuda a disminuir los costos de operación.
Ofrecerán una capacidad de carga de 160 personas, de los cuales 33 irán sentados y habrá espacio para sillas de ruedas.
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Además, tendrá dos motores que proporcionarán 360 kilovatios, equivalentes a 482 caballos de fuerza en un motor de combustión interna, mientras que los operados a gas proporcionan solo 350 caballos. En el torque, el vehículo eléctrico aporta 3.000 Nm, mientras que el bus a gas se queda en 1.000 Nm, lo que hace que la potencia y la aceleración del eléctrico sea más eficiente.
Ambos tecnologías contribuyen a disminuir el número de material particulado PM 2.5, que afecta a la ciudad, sin embargo, aunque el número es menor al diésel, el gas continúa emitiendo, mientras que los vehículos eléctricos no contaminan.
- BYD es la marca china del bus.
- Cuenta con dos motores eléctricos de imanes permanentes que entregan más de 480 caballos de fuerza.
- Las baterías son de hierro fosfato que se pueden recargar alrededor de 5.000 veces.
- Sus baterías se pueden cargar en periodos de 3 a 5 horas.
- Consume 6 litros de aceite alrededor de 30 mil kilómetros.
- El bus está equipado con dos motores que le permiten subir pendientes del 17%.
- El costo unitario de cada vehículo está alrededor de los 640.000 dólares.
- Tiene capacidad de llevar a 160 personas, 33 de ellas sentadas.
- Su velocidad máxima es de 60 KM/H.
- No genera emisiones de contaminantes. Tampoco ruido.