Durante tres versiones la articulación de algunas secretarías de Medellín, el sector privado, la red de museos y las iniciativas de la ciudad, se dieron cita para escucharse después de tantos años de diversas violencias. El proyecto lleva dos años sin realizarse.
Un manifiesto por la vida, un mes de actividades desde lo académico, artístico, cultural y simbólico y una promesa de hablar de la no violencia, no solo desde las víctimas sino desde la ciudadanía en general de Medellín que ha sufrido tanto años de diversos conflictos; esto era Mayo por la Vida, una estrategia llevada a cabo en la Alcaldía de Aníbal Gaviria, concebida desde 2012 y hecha realidad en 2013,2014 y 2015.
Durante tres versiones se lograron acciones nunca antes vistas en Medellín, como por ejemplo el juntar diferentes creencias religiosas para participar en el marco de la noviolencia. “Era la primera vez que sucedía en Colombia y era juntar 13 credos distintos, el católico, el ateo, el musulman haciendo una eucaristía de la palabra donde por ejemplo el primer año, todos ellos estaban pidiéndole perdón a las victimas, diciéndoles ustedes son victimas porque nosotros, la sociedad, miramos para otro lado. Eso es un hito”, afirmó Juan Mosquera, director de la estrategia Mayo por la Vida.
“La no violencia encuentra aquí caldo de cultivo precisamente por todas las violencias que la gente ha sentido“, dijo refiriéndose a que precisamente no habría la necesidad de encaminar estrategias de este tipo en ciudades en los que no hay existido al menos un tipo de violencia y teniendo en cuenta la gran historia de Medellín, fue preciso hacerlo.
Ha pasado un mes de mayo y el siguiente se avecina, siendo claro que el proyecto no se continuó. El motivo es que la administración de Federico Gutiérrez tiene sus propios proyectos. El MUNDO consultó a la Secretaría de Cultura, que fue la articuladora de Mayo por la Vida en las tres ocasiones y que en los últimos dos años invirtió 1.140 y 1.201 millones de pesos, respectivamente.
Al respecto dijo que “Mayo por la vida era una apuesta del plan de desarrollo del gobierno anterior. Ahora y por segundo año, el proyecto no se continuó, puesto que desde el actual Plan de Desarrollo estamos abordando, desde otros programas y proyectos en los territorios y con las comunidades, agendas e iniciativas de noviolencia, memoria y construcción de paz”.
La necesidad de hablar de la no-violencia
La gente que necesitaba ser escuchada, la idea de un grupo de personas que tenía la idea de hacer una cumbre de la noviolencia y muchas iniciativas de Medellín que debían ser dadas a conocer, fueron razones suficientes para concebir Mayo por la Vida, en una ciudad que en palabras de Juan Mosquera, ha experimentado muchas y diversas violencias.
Pero además, destaca él, otra razón importante para que la estrategia que él lideró se hiciera realidad desde la Alcaldía de Medellín y diversas dependencias, fue la disposición del entonces alcalde. “Esto hay que decirlo, Mayo por la vida nace de la cabeza y del corazón de Aníbal Gaviria y del compromiso con la no violencia de su hermano y de su familia”, explicó Mosquera.
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No obstante destaca que la gente es lo más importante y que había que empezar a promover en la ciudad un diálogo contra las diferentes guerras que han sufridos los barrios, los habitantes y el territorio medellinense. Por ello, lo primero que pensaron ese grupo de personas que promovían el tema, entre las que se encontraba el comunicador y periodista Mosquera, era que se podría ir más allá de las fronteras de la ciudad y de Colombia y conocer experiencias internacionales, aunque resultaron haciendo algo más allá de un evento: todo un mes de encuentros.
“Teníamos la idea de hacer una cumbre mundial de no violencia y Aníbal Gaviria pensó que eso se unía con otros proyectos en los que el estaba pensando, entonces dijo que no lo hiciéramos en septiembre como lo había pensado y que no solo fuera una cumbre, sino que se podrían hacer mas cosas en los barrios”, detalló Mosquera, quien continuó diciendo que terminaron con toda una estrategia desde el punto de vista artístico, cultural, académico, simbólico y la forma de destacar las iniciativas ciudadanas.
Fue una forma de destacar a las personas que desde acciones en sus comunas y desde diferentes aristas trabajan el tema de la noviolencia. “En Medellín hay un momento de iniciativas que trabajan por la noviolencia hace más de 20 años y a ellos se les debe el proceso de transformación de la ciudad. Era bueno que existiera ese proyecto para destacar a toda esa gente, porque este tema está en trabajos culturales, en la educación, en el deporte, en el trabajo con las víctimas, hay muchas formas de expresión, es un idioma y hay distintas palabras para nombrarlo”, destacó Mosquera.
Por su parte la directora del Museo Casa de la Memoria, Adriana Valderrama, destacó la importancia de la aplicación de estrategias con referencia a la noviolencia, la memoria, el conflicto y la historia que vivió Medellín en ese tema, no solo desde los programas para las víctimas, sino la ciudadanía en general.
“Es muy importante en una ciudad que ha pasado por todo esta violencia, porque uno no tramita el conflicto a través de las acciones judiciales o punitivas o todo lo del sistema legal. Las violencias también requieren de trámites sociales, diálogos, espacios de escuchas e intercambio de experiencias, tengo que humanizar a través del escuchar a ese montón de otros que tienen un relato distinto al que yo tengo de todo lo que pasado en Medellín, en el barrio o en el país”, expresó Valderrama.
Al respecto Juan Mosquera destaca el esfuerzo que se hizo por atender diversos actores de la sociedad desde ese programa realizado en todo el mes de mayo. “Mayo por la Vida no era un proyecto sobre las víctimas, hacia un gran énfasis en eso. Pero ese no es el único foco de atención, sino como se lleva a cabo la noviolencia dentro de las personas dentro de lo cotidiano”, pues muchas experiencias locales pudieron conversar con las internacionales, explicó el comunicador.
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Para la directora del museo, es muy importante el tema de la noviolencia, por ello destaca que aunque ya no se realiza esta estrategia, existen otras alternativas de la misma temática en los que “la sociedad logra tramitar y humanizar esa convivencia”, afirmó Valderrama, quien exaltó “espacios de encuentro o propuestas como Mayo por la Vida o como el museo (Casa de la Memoria) o diferentes proyectos, porque aquí en Medellín hay muchos, aquí la agenda cultural y la oferta de espacios de resignificación son muchos”.
En ese mismo sentido, la necesidad de prestar espacios para que la ciudadanía se vinculara alrededor de la noviolencia y por medio de diversas actividades era una forma de atender a la carencia de que muchas personas en la capital antioqueña no ha sido escuchada por la sociedad, no conoce toda la verdad y en sus palabras “ha sido ignorada”.
“La mayor forma de violencia que hay es ignorar al otro. Negar la existencia del otro es el origen de todas las violencias, porque vos dejas de escuchar al otro y el otro para que le prestes atención sube la voz, grita y lo siguiente es tirarte una piedra: ese es el origen de todo tipo de violencias, si usted ignora los derechos de alguien va a terminar haciendo algo”, subrayó.
Cada evento, acto, concierto, exposición de arte y conservatorio fue pensado dentro de un manifiesto por la vida, que fue promulgado desde el inicio de la estrategia y que encaminaba todas las acciones, además de que fue encaminado desde la Secretaría de Cultura, no solo porque podría ser la que pudiera articular todas las artistas.
Por tanto, la Secretaría de Cultura destacó su labor que se puede hacer desde esa dependencia, desde el punto de vista de que “el arte y la cultura nos permiten aproximaciones más amplias y transformadoras de las problemáticas y retos que enfrentamos como sociedad. En este sentido, estamos llamados a movilizar acciones y reflexiones tanto desde el Estado como desde los distintos actores del arte y la cultura que habitan la ciudad y sus territorios para generar espacios y experiencias que lleven a reflexionar y transformar nuestras maneras de relacionarnos sin violencia y reconociendo nuestro papel como constructores de paz desde lo que hacemos cotidianamente”, señaló a EL MUNDO.
Otros proyectos sobre la noviolencia
La directora del Museo Casa de la Memoria explicó que desde esa entidad, hoy en día descentralizada de cualquier secretaría de Medellín, se hacen diferentes actividades sobre la noviolencia dentro de las líneas de trabajo que manejan y al público que van dirigidas.
“El Museo tienen un proyecto que le apunta a eso, es un espacio pedagógico que a través de un ejercicio de memoria, busca transformar las prácticas que históricamente hemos manejado para resolver los conflictos a través de un ejercicio de memoria, de resignificación, de comprensión de ciertos fenómenos que generaron mucha violencia y que la idea es que no se repitan”.
Por su parte, la Secretaría de Cultura destacó que en la actualidad en la Alcaldía de Medellín existen varios programas relacionados, como la Semana por la Convivencia y la Fiesta de la Diversidad que se desarrollan en octubre, la Semana por el Desarme que se realiza en junio.
“Hay dos iniciativas muy potentes también que promueven la convivencia y la no violencia como la esquina del desahogo, una experiencia lúdica que permite a los ciudadanos enfrentar sus emociones y canalizarlas sin violencia y una serie de conversatorios territoriales en casas de cultura junto al laboratorio de cultura ciudadana que se llaman "vengan que si es pa' eso" donde las comunidades comparten y reflexionan acerca de prácticas barriales que favorecen o entorpecen la no violencia”, detalló la Secretaría.