Mateo ya escribe su historia
Con la disputa de finales en las disciplinas de conjunto y la coronación de los últimos campeones en natación y ajedrez, hoy se apaga el pebetero de los
XXII Juegos Sudamericanos Escolares Medellín 2016.
El profe Yimmy Brassel no se equivocó. Seguramente lo pensó mucho antes de decirlo, pero al final él sabía el porqué de la decisión, y ahora el tiempo le da la razón.
“Prueben con él en el atletismo, lo hace bien”, le dijo un día el profe a don Raimundo Vargas y a doña Rossana Cataldo, los papás de Mateo, un niño que como la gran mayoría de los chicos de allá y de aquí, y de muchísimos rincones del mundo, sueñan con seguir los pasos de sus grandes ídolos del fútbol. Pues en Paraguay también el fútbol es el deporte rey.
El profe Brassel era el técnico de uno de los semilleros más populares de Asunción, la capital paraguaya, y a su mando tenía equipos de niños de diferentes edades, entre ellos Mateo.
“No me iba bien. Yo quería jugar y asistía a todos los entrenamientos y los partidos, pero apenas me alineaban unos minutos en algunos partidos, y lo que hacía era sólo correr y correr, pero poco aportaba y cada vez era más difícil para mí. Hasta que él nos dijo que probáramos en el atletismo”. Fue el mejor consejo que ha recibido.
Tenía entonces 9 años y, seguramente el brusco despertar de ese tierno sueño fue un momento difícil para él, pero el incondicional apoyo de los papás evitó que ese tropiezo se convirtiera en frustración, porque atendieron la recomendación y desde ese mismo momento Mateo no para de correr. Y lo hace con lujo de detalles, porque hoy representa los colores de su país en los XXII Juegos Sudamericanos Escolares que se disputan en Medellín.
“Me gustó. De una vez le tomé cariño al deporte y empecé a entrenar”, alentado además por los resultados casi inmediatos, recuerda Mateo. Sí tenía estirpe de atleta, como lo observó el profe.
“Mateo es un chico muy responsable, se destaca por sus ganas de querer trabajar, por su actitud de no tener miedo bajo las presiones, algo fundamental para un deportista, recibe bien las orientaciones y respeta los procesos, siempre está dispuesto a mejorar”, cuenta Édgar Galeano, su profesor de Educación Física en el colegio y entrenador en la selección paraguaya de atletismo.
Y así empezó a cosechar triunfos, primero locales y después de mayor amplitud, por lo que sintió que iba por buen camino.
“Este año se hicieron tres competencias claves en mi país, y en cada una de ellas fui mejorando mis marcas, hasta superar los récords nacionales en los 80 y 150 metros planos, para lograr la clasificación a estos Juegos”, que se habían convertido en su gran reto. Y ayer lo cumplió. En el quinto día de competencias, Mateo Vargas Cataldo madrugó por su oro, el que había soñado. En la pista del estadio Alfonso Galvis Duque corrió los 150 metros en 16,55, nuevo récord para su país.
“La tercera vez que rompo el récord, y ahora con el oro, estoy feliz”, dijo emocionado el joven asunceno, de apenas 14 años.
“Desde que llegó estaba concentrado en esta carrera, esa es su carrera”, apuntó el técnico Galeano, “vino por ese oro, nunca lo sacó de su cabeza y lo logra con nuevo récord nacional de Paraguay, un triunfo que además estimula todo el trabajo que se viene haciendo y que lo alienta a él a seguir escribiendo una gran historia”.