Es sorprendente que durante la construcción de la presa se haya dejado en operación sólo uno de los dos túneles de desviación originales, pero mucho más grave aún es que los sistemas de refuerzo que asegurarían la estabilidad de los mismos fuesen deficientes.
El accidente que ha sufrido el Proyecto Hidroeléctrico Ituango (PHI) es, sin duda, la mayor manifestación de los impactos negativos que una desacertada intervención por una obra de ingeniería puede llegar a provocar sobre el entorno social y ecosistémico. Nuestra responsabilidad, como ingenieros, en estos momentos de incertidumbre nos exige la mayor serenidad de ánimo y prudencia, que pueda contribuir a generar las condiciones para una discusión constructiva, que permita entender la magnitud de la tragedia y de las acciones que de manera inmediata debe poner en ejecución EPM para evitar el colapso de las obras principales que conforman el megaproyecto, pero sobre todo para minimizar los riesgos para las comunidades asentadas aguas arriba y aguas abajo de la presa, así como para los ecosistemas y la infraestructura física que en el Bajo Cauca articula la comunicación de la ciudad de Medellín y de todo el occidente colombiano con la región caribe.
Ante todo es necesario manifestar nuestro apoyo al plan de contingencia que está adelantando EPM, orientado esencialmente a la protección de la vida de las comunidades en la zona del embalse y en las riberas del río Cauca aguas arriba y aguas abajo del PHI y del entorno ecosistémico, asociado con el recurso hídrico. Este plan de contingencia debe mantenerse hasta que la amenaza persista y, si fuera el caso, reforzarse.
Simultáneamente con el plan de contingencia, desde ya es necesario decidir y poner en marcha las acciones que permitan un desembalse controlado de las aguas retenidas por la presa; esto para evaluar el estado de las obras afectadas por la emergencia y construir las salvaguardas que sean necesarias para atender futuras amenazas, en especial las avenidas torrenciales relacionadas con la comprobada inestabilidad geológica de las laderas aledañas al embalse. Entre estas acciones creeríamos que un pozo vertical construible con equipo “raise boring”, localizable en la margen derecha del sitio de presa, complementado con pequeñas galerías horizontales conectadas al embalse, podría ser una alternativa a evaluar.
Una vez superada la emergencia, nos proponemos convocar a la comunidad académica, a la ingeniería y a los gremios para un debate sobre lo que esta experiencia y otros recientes y dolorosos accidentes, bien conocidos por la opinión (colapsos de edificios y puentes), significan para la credibilidad de la ingeniería nacional. Para este propósito podríamos anticipar un marco conceptual, fundamentado, entre otras, en las siguientes premisas:
Notas post scriptum:
Según la Gerencia de Hidroituango en la mañana de hoy sábado el nivel del embalse se encontraba en la cota 367,22 y el realce de la presa había avanzado hasta la cota 456,60, lo que quiere decir que faltan 4,4 metros para llegar al nivel de seguridad definido en la cota 410, que se espera alcanzar antes de este próximo lunes. Esto significa que ya la presa está a casi 5 metros por encima de la cota del vertedero, y que de requerirse en una situación de emergencia ya se podría operar y con ello la presa estaría, por ahora, a salvo: ¡La gran noticia que todos ansiosamente esperábamos! Sólo falta ver cómo controlar las eventuales afectaciones a la pata de la presa por la inesperada salida de agua por la galería de tránsito, hecho que empezó a presentarse desde el pasado miércoles, pero que en la mañana de este sábado parece haber sido controlada, lo cual es una buena noticia para el proyecto
Otra excelente noticia es que ayer se destapó el túnel de desviación obstruido y que con ello se están evacuando por las salidas 1 y 2 aproximadamente 1.560 metros cúbicos por segundo, unos 50 más de lo que estaba aportando el caudal del río hoy sábado a las 8 am. Si estas condiciones se mantienen, en pocas semanas los técnicos a cargo del proyecto podrán entrar y empezar a reparar los daños a la casa de máquinas y demás obras subterráneas, afectadas por la desviación a que EPM se vio obligada a hacer por el túnel de conducción, lo mismo que la eventual afectación que pueda haber sufrido la pata derecha de la presa. En estas condiciones, el pozo que sugerí para que sirviera para el desembalse controlado, solo sería necesario tenerlo como salvaguarda para futuras emergencias.
Gracias al titánico esfuerzo de ingenieros, técnicos y obreros en la obra, se puede tener esperanza de que es muy probable impedir el colapso de la presa, y con ello la incalculable tragedia que estábamos temiendo. Ha esto también se nos sumado Madre Naturaleza en los últimos días con disminución de las lluvias.