Manipulando las cifras

Autor: Tomás Castrillón Oberndorfer
24 junio de 2017 - 12:10 AM

Las cifras reales de las gestiones del actual Gobierno Nacional no pueden ser más lamentables. Bastaría recordar el caso de las cárceles y de la salud.

Es muy frecuente que las malas administraciones, recurran a manipular las cifras que describen los indicadores de su gestión. Mientras más malos son los resultados de tal gestión, más tienden a manipular, o, mejor, falsear tales cifras. Es entonces necesario que se definan muy bien las unidades de medida, y, claro, los procedimientos para su medición. Cuando se falla en eso “puede pasar cualquier cosa” como diría aquel avezado comentarista de ciclismo.

El más claro ejemplo de manipulación de las cifras, con un espíritu politiquero, es el que continuamente le ofrece a la comunidad el Dane. Bastaría recordar las cifras de desempleo y de pobreza que presentan periódicamente.

En la guerra de Viet Nam, ocurrió un caso de manipulación de las cifras, que, al final, desfiguró totalmente la realidad, y entonces, cuando dizque se había ganado la guerra, se presentó el retiro forzoso de los Estados Unidos. Aparentemente, se medía el éxito de los militares, por el número de guerrilleros del Viet-cong dados de baja, y entonces dichos militares se dedicaron a inflar las cifras con el resultado ya mencionado.

Además: No son sorpresivos

A nivel nacional ¿no estará pasando algo similar? Es que continuamente las autoridades emiten boletines dando cuenta de las cifras de detenidos, de cabecillas y bandas neutralizadas, de dragas destruidas, pero no dan las cifras de los detenidos que, casi de inmediato, son liberados. Y no hay que olvidar los procesos que politiqueramente engavetan.

Con el “tal” proceso de Paz está sucediendo algo parecido. Nadie sabe cuántos son y cuantos quedan de las Farc. ¿Cuántas son las armas y las caletas? ¿Cuántos son los secuestrados? ¿Cuántas y donde están las minas antipersonales? Y en consecuencia, tanto el Gobierno como las FARC, “no cumplen ni años”, todo con la alcahuetería de la mamerta ONU. Ocurre como con aquel mal estudiante que al ser preguntado: ¿Quiénes eran los evangelistas? Contestó: Los cuatro evangelistas eran tres: ¡San Pedro y San Pablo!

Cuando se den porcentajes es preciso definir el todo. Pero en el caso de la entrega de las armas, por ejemplo, se habla de 20, 30 y 40 por ciento, pero no se define claramente ¿cual es el 100%?

Las cifras reales de las gestiones del actual Gobierno Nacional no pueden ser más lamentables. Bastaría recordar el caso de las cárceles y de la salud. Pero hay hechos igualmente preocupantes como la burocracia inútil enmermelada, el despilfarro, la situación del déficit fiscal y el producto interno bruto. Y en lo que sí tiene mucha razón el alto gobierno, es que “como nunca antes” se han alcanzado estas cifras nefastas.

Los casos de corrupción relacionados con la contratación, son innumerables, y todos arrancan en que no se parte de diseños y presupuestos reales. Se parte de la “fórmula diabólica” de minimizar injustificadamente los costos y exagerar los eventuales beneficios, lo que muchos mandatarios hacen, para obtener la glorificación personal.

Lea también: La otra contaminación

Las soluciones a los frecuentes y justificados paros, las hace el Gobierno basadas en un ítem llamado “plata para conseguir” o eufemísticamente “vigencias futuras”, y entonces a ello se debe el continuo incumplimiento con los consecuentes paros futuros. Los resultados son grotescos, como el asunto relacionado con Belén de Bajirá, alborotado por el reciente paro en el Chocó. Y sobre Belén de  Bajirá ¿Qué han dicho los ministros “antioqueños” y las “vacas sagradas” antioqueñas?

En cuanto a la formación de las generaciones futuras, el panorama no puede ser más desolador. Bastaría analizar la alocución del señor Presidente cuando se consiguió el “arreglo” con los educadores. ¿A qué País se estaba refiriendo? ¿El Shangri-La del Primer Mandatario? Se recurre a falsedades evidentes como los supuestos beneficios de la repartición a diestra y siniestra de las tales Tablets. También se recurre a otra falsedad como la de “recuperar el tiempo perdido”. El tiempo es un recurso no renovable, y esa tal “recuperación” se hace sacrificando la calidad. En cuanto a la calidad de los establecimientos físicos, para desarrollar la actividad docente, basta recordar el siguiente titular: “Antioquia: 1024 sedes escolares tienen deterioro”, porque se descuidó “la reparación, el mantenimiento y la ampliación” de dichas sedes, todo ello, en “Antioquia, la más educada” del precandidato a la Presidencia: Fajardo.

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