Maestros y construcción de nación

Autor: Empresarios por la Educación
19 mayo de 2017 - 12:06 AM

En estos 15 años el país ha visto grandes transformaciones en el sistema educativo

En este mes, en el que agradecemos a los maestros por ese aporte inigualable que hacen a la sociedad, quiero dedicarles esta columna a ellos. Estas palabras son solo algunas reflexiones sobre el pasado, presente y futuro de nuestro sistema educativo, que se nutre de sus acciones cotidianas. 

En la Fundación Empresarios por la Educación llevamos 15 años trabajando de la mano de maestros y maestras que dedican sus días a llenar de oportunidades la vida de sus estudiantes. En 2002 el país era muy diferente, y la educación no era la excepción. Estábamos apenas empezando un proceso de descentralización, que ya estaba siendo cooptado por el clientelismo. Aún no contábamos con estándares básicos de competencias y la labor docente se apoyaba someramente en lineamientos curriculares ya algo antiguos para el momento. El Icfes estaba incursionado en la medición periódica de competencias básicas en estudiantes de primaria y secundaria, y lo único que teníamos para conocer nuestros avances y tomar decisiones de política pública educativa eran las pruebas que se presentaban al finalizar 11°.
 
En estos 15 años el país ha visto grandes transformaciones en el sistema educativo. Ha aumentado el porcentaje de recursos dedicados a la educación, no solo desde el sector público sino también desde el privado. A pesar de los grandes retos presupuestales que tenemos para financiarla, ¡tan solo las empresas miembros y aliadas de la Fundación aportaron en el último año más de 100.000 millones de pesos al mejoramiento de la educación del país!  

Sin embargo, el presente nos muestra un panorama aún sombrío. A pesar de la amplia descentralización, la mayoría de las Secretarías de Educación son organizaciones que no se terminan todavía de armar, con grandes retos para ejercer efectivamente el liderazgo del sector a nivel regional. Retos que pasan por temas administrativos, fiscales, técnicos y, sobre todo, estratégicos. Demasiados ambientes de aprendizaje no cuentan con las mínimas condiciones para que los niños y niñas puedan aprender y convertirse en la mejor versión de sí mismos. Los retos se evidencian en infraestructuras precarias, pobres liderazgos, pedagogías obsoletas y relaciones quebradas entre la escuela y las comunidades, por mencionar solo algunos. Como lo muestra el actual paro de maestros, nuestro cuerpo docente, que incluye a más de 440.000 maestros y 35.000 directivos docentes, sigue estando inconforme con sus condiciones de trabajo. Las negociaciones entre el gobierno y el sindicato siguen siendo un tire y afloje entre deseos utópicos y realidades de escasez. Y en el medio, siguen estando los niños y niñas y su frustrado derecho a aprender. 

Ver también: La escuela que soñamos no debe ser una utopía para la inversión social en educación

Viene entonces al caso pensar en el futuro del país. Entramos a una fase nueva de nuestra nación y la posibilidad de repensarnos está sobre la mesa. El reto de construir un país en paz se relaciona estrechamente con el de lograr cerrar grandes brechas sociales y fortalecer nuestra democracia. Como lo han mostrado las naciones más desarrolladas del planeta, la educación es la clave de estos retos, pero esto implica tomárnosla en serio y asumir la responsabilidad de construir un sistema más equitativo, innovador y que permita el desarrollo efectivo de las competencias necesarias en el mundo de hoy que, evidentemente, no se limitan a las competencias básicas en matemáticas y lenguaje. El siglo XXI demanda personas con pensamiento crítico, capacidad de cooperar, creatividad, habilidades de comunicación, auto-regulación y perseverancia. 

Leer también: Sobre igualdades y brechas en el camino de las reflexiones transformadoras

A pesar de las deficiencias fiscales que nos aquejan, debemos comprometernos como nación con nuestro futuro. Esto implica dejar de lado intereses personales, sectoriales o partidistas, y convencernos de que solo si trabajamos juntos, desde una visión común de ese ciudadano que queremos potenciar desde las aulas, podremos tener el país que merecemos. Desde la Fundación, seguiremos trabajando en esta nueva era por el derecho de todos nuestros niños y niñas a una escuela que los llene de oportunidades.  

*Directora Ejecutiva de la Fundación Empresarios por la Educación, una organización de la sociedad civil que conecta sueños, proyectos, actores y recursos para contribuir al mejoramiento de la calidad educativa.

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