Su desafío queda representado en la manipulación de las elecciones de gobernadores, aún sin fecha, y en el abuso con los salarios y la inflación. Y fue confirmado en la gira por países árabes.
El tardío, y en muchos casos tibio, despertar de instituciones, gobiernos y autoridades éticas mundiales al aniquilamiento de la democracia venezolana por Nicolás Maduro y su camarilla cogobernante encontró a un tirano dispuesto al enervamiento y ciego para ver los puentes que le tienden el Consejo de Derechos Humanos, los gobiernos europeos y el Papa Francisco, que le hubieran permitido salir de la maraña de violencia, afectación a las libertades y miseria, que ha tejido con odio por su pueblo y la libertad.
Lea también: El Papa habló de la crisis humanitaria en Venezuela y de los soñadores
En su viaje de regreso desde Cartagena a Roma, el Papa Francisco reiteró su clamor por una solución sin violencia política en Venezuela, señalando: “Debemos ayudar a resolverlo de todas maneras. Yo creo que la ONU debe hacerse sentir también allí para ayudar”. Su llamado representa las interpelaciones de Mariano Rajoy, Emmanuel Macron, Angela Merkel y Theresa May, principales líderes europeos, que tras reunirse con Julio Borges y Freddy Guevara, mesa directiva de la Asamblea Nacional, reclamaron al chavismo respetar “la separación de poderes y la integridad de las instituciones democráticas”.
La interpelación de quienes en Occidente representan los valores de la democracia, el respeto por la soberanía de los pueblos y la defensa de los derechos humanos fue respondida con nuevos y severos retos del tirano venezolano.
En el país, ha demostrado su burla a los demócratas, y mucho más a ingenuos como el gobernador Capriles que buscando salvarse se metieron al juego de las elecciones de gobernadores, anunciando que no tiene fecha para esos comicios. Ello, además del arreciar de las agresiones a los opositores y persecución a la libre expresión.
Lea también: Si la dictadura arrecia, deben crecer los controles
Afuera, Maduro tomó la agresiva decisión de emprender una gira por varios países árabes con destino final Kazajistán, sede de la Reunión sobre Ciencia y Tecnología de la Organización Islámica de Cooperación, organismo integrado por 57 países que se congregan para ser “la voz colectiva del mundo musulmán”. Con esta visita, Maduro se acerca a ricos países petroleros, los unos, y a ladinos gobiernos y organizaciones patrocinadores y asociados a las peores organizaciones terroristas del mundo. Esta alianza impone a las naciones fronterizas con Venezuela, y sus aliados globales, una alerta máxima para proteger a los venezolanos del odio de su tirano y para cuidar su territorio.