El mandatario dijo que "se fortalecerá la solidaridad nacional" para proteger a los que "se sienten olvidados" de la globalización.
El nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, destacó este domingo en su toma de posesión que relanzar el proyecto europeo será uno de los principales objetivos de su mandato, porque a su juicio esa es la base para que Francia pueda mantenerse como potencia mundial y proyectarse en el mundo.
En su discurso tras asumir el cargo de manos de su predecesor, François Hollande, Macron aseguró que Europa "será refundada y relanzada" porque "protege y permite proyectar en el mundo" los valores de Francia.
Insistió en que será necesaria "una Europa más eficaz, más democrática, más política, porque es un instrumento de la potencia y la soberanía" de su país, y dijo que trabajará para conseguirlo.
Consideró que su victoria el pasado día 7 frente a Marine Le Pen fue una muestra de que los franceses habían optado por "la esperanza y el poder de conquista", e hizo continuas alusiones indirectas a que lo que representaba la líder ultraderechista era el repliegue del país y la renuncia a su dimensión internacional.
Por eso su mensaje fue que "el mundo y Europa necesitan más que nunca a Francia, una Francia fuerte que lleve alta la voz de la libertad y de la solidaridad, de una Francia que sepa inventar el futuro".
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Tras señalar que en la actualidad "todo el mundo es interdependiente, vecino", avanzó que en política internacional "Francia velará por estar siempre del lado de la libertad, de los derechos humanos" para "construir la paz de forma duradera".
Macron dijo ser consciente de la responsabilidad que le ha confiado el pueblo francés y explicó que lo que se haga no sólo tendrá consecuencias sobre la generación actual sino también sobre las venideras, y por eso consideró que "hay que construir el mundo que la juventud merece".
Partiendo de la constatación de que "desde hace décadas" Francia duda de sí misma y de sus capacidades, su mandato estará guiado por dos exigencias: devolver a los franceses la confianza en sí mismos -"un trabajo lento, exigente, pero indispensable"- y convencerlos de que el país "lleva en su seno todos los recursos para figurar en primera línea de las naciones".
"Francia sólo es fuerte si es próspera" y "sólo es un modelo para el mundo cuando es ejemplar", afirmó Macron, quien hizo hincapié en que no va a "ceder en nada" de su programa de reformas, empezando por la flexibilización del mercado laboral que quiere adoptar este mismo verano por decreto.
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