Simpatizantes del expresidente brasileño bloquearon su salida en el que fue su primer intento para abandonar la sede sindical en donde se encontraba.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se entregó esta tarde a la Policía Federal para cumplir la condena de 12 años que arrastra por corrupción.
Lula salió a pie del sindicato de metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo en un clima de tensión provocado por militantes que intentaron evitar su entrega a la Justicia y se dirigió a un vehículo de la Policía Federal que le esperaba en las inmediaciones.
El convoy de la Policía que conduce al expresidente está compuesto por vehículos oscuros sin insignias de la institución, tal como había solicitado la defensa de Lula.
El exmandatario logró abandonar la sede sindical en su segundo intento, ya que la primera vez, un grupo de simpatizantes rodeó su auto y le impidió avanzar.
El convoy policial se dirige al aeropuerto de Sao Paulo, según fuentes próximas al expresidente, para conducirle a Curitiba, donde ingresará en prisión.
En Curitiba le espera una celda de 15 metros cuadrados que ha sido preparada especialmente para él y en la que tendrá que cumplir condena.
Lula, el líder más popular del país, fue condenado por corrupción a nueve años de cárcel en primera instancia supuestamente por haber recibido un apartamento en la playa a cambio de favorecer a una constructora en la adjudicación de contratos públicos.
La condena luego fue ampliada a doce años por un tribunal superior que ordenó la ejecución de la sentencia.