La Biblioteca K de K, ubicada en el sector Los ranchos, del barrio Santander, hizo el lanzamiento del libro Pequeños escritores.
En algún momento, después de su nacimiento en 2005 como corporación, la Casa de la Cultura de Santander entendió que existía la necesidad de ampliar su gama de ofertas culturales para la comunidad (del sector Los ranchos). En una zona bastante compleja en términos de seguridad el hecho de dedicar un espacio para que los niños en particular pudieran disfrutar y entender la pintura, la escultura y la música ya era un logro. Pero después de un tiempo se vio la necesidad de tener un espacio para la creatividad literaria: una biblioteca. El lugar existía, pero faltaban los recursos.
“En un punto de su labor el artista debe también trabajar sus aptitudes para la historia comunitaria, el quehacer político, las formas de la naturaleza y el mundo, sólo por mencionar algunas caras de esa búsqueda”, afirmó Francisco Romero, alias “Pacho”, uno de los fundadores, junto a sus hijos, de la Casa de la Cultura de Santander.
La biblioteca, que lleva el nombre de Biblioteca K de K, se hizo posible gracias al apoyo de Elkin Osorio -en épocas pasadas rector del colegio de Kennedy-, y luego de Casa Mía, y así se logró dotar ese espacio vacío y formar una biblioteca completa para los chicos de esa comunidad.
“Ahora tenemos que ver la forma de elaborar estanterías para que todos ellos tengan en la casa ese rinconcito para los libros; le digo pues que eso tiene algún efecto en la familia, o por lo menos despierta la duda, abre la curiosidad”, aseguró Pacho.
El sábado pasado la Biblioteca K de K lanzó uno de sus proyectos más especiales: el libro Pequeños escritores, un producto que visibiliza el esfuerzo por formar lectores -y por qué no- escritores para el futuro, además de brindarles posibilidades y un futuro más claro a los chicos de El rancho.
Pacho también aseguró que la ayuda de Arley Orozco, de la Red de Bibliotecas Populares –Rebipoa-, el equipo del Parque Biblioteca Gabriel García Márquez y del Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra ha sido determinante para formar y llevar adelante lo que es la Biblioteca en la actualidad, además de los proyectos en los que los chicos están involucrados.
“El espacio de libertad, el eslogan de la Corporación, significa la oportunidad de tener un espacio libre en donde tengamos una regulación propia y sepa que mi libertad termina donde empieza la del otro. Además, el encontrarnos con nosotros mismos nos lleva a descubrir nuestros valores artísticos y culturales, tan importantes para poder convivir en paz”, concluyó Romero.