Diferentes obras pedagógicas y literarias se han convertido en clásicos de la educación en Colombia. EL MUNDO habló con un grupo de libreros que eligió esos libros que durante años han sido parte de los procesos académicos y que en la actualidad vuelven a las vitrinas para una nueva temporada escolar.
La cercanía del regreso a clases hace que desde los primeros días de enero se esté pensando en la adquisición de los implementos escolares, un rubro en el que se destacan los libros, no sólo porque en muchos casos representan los elementos de mayor costo entre las asignaciones escolares, sino por la evocación que puede generar en algunos padres el hecho de adquirir para sus hijos algunos textos que usaron cuando cursaban su proceso formativo y que se han convertido en clásicos.
EL MUNDO habló con diferentes libreros para establecer un listado de los libros escolares, de texto, didácticos y de literatura que llevan décadas siendo parte activa de la formación de los estudiantes colombianos sin haber perdido aún la vigencia.
Este texto es un auténtico referente de la educación inicial, Nacho lee no es un protagonista habitual en las aulas de clase pero ha logrado convertirse, desde su primera publicación en 1973, en un imprescindible de las lecturas iniciales para muchas generaciones, al punto de ser una obra indeleble a la que se le asocia constantemente con el aprendizaje.
La facilidad con la que el texto enseña la articulación de palabras para construir frases simples y la capacidad de acercar a los niños a las letras mediante ejemplos de uso cotidiano y cercano hacen parte de los atributos que se destacan en esta publicación.
Los libros que la editorial española Santillana elabora para el abordaje de las diferentes asignaturas y segmentados según los contenidos apropiados para cada grado fueron destacados por los libreros como uno de los imprescindibles de la temporada escolar. La implementación de actividades y ejercicios didácticos a lo largo de unos textos en lo que se abordan diferentes unidades temáticas de un campo de estudio fueron destacadas como un elemento diferenciador de estos textos escolares, los cuales, a pesar de la irrupción de Internet y las herramientas de aprendizaje que ofrece la tecnología no han dejado de ocupar un lugar en el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
Los libros de la maestra Lucila González
Enseñar a hablar y escribir correctamente fueron labores que la maestra Lucila González de Chaves emprendió hace más de 50 años, su trabajo intelectual se ha convertido en aporte para que cerca de tres generaciones se acerquen a literatura, la gramática, la ortografía y la producción textual a través de sus publicaciones pedagógicas.
Esta novela española es un auténtico clásico de la literatura española y se ha incorporado a los procesos educativos debido a su forma de narrar las peripecias que debe enfrentar su protagonista. El Lazarillo de Tormes, de autor anónimo es un acercamiento inicial al cuestionamiento de las instituciones predominantes y un canto a la superación y el esfuerzo como formas de entender la vida.
150 años después de su primera publicación, María de Jorge Isaacs sigue siendo un texto de culto entre los colombianos y las instituciones educativas han asumido el papel de enseñar una obra que retrata magistralmente los paisajes, las costumbres, la gastronomía y las formas de vida de una sociedad colombiana que buscaba la salida de las formas de vida feudales.
Gustavo Álvarez Gardeazábal supo crear, a través de su obra cumbre, una herramienta de memoria histórica que explica el periodo de la historia nacional denominado La Violencia. La obra del autor tulueño es implementada en las instituciones educativas, no sólo por su valor literario sino por la forma como en este relato se explica el periodo de confrontación entre liberales y conservadores que desangró a Colombia.
Entre los libreros hubo consenso en señalar a Gabriel García Márquez como el autor cuya obra cuenta con mayor difusión en las instituciones educativas. A la importancia de haber sido el único Nobel de Literatura colombiano, se suman su prolífica producción de cuentos y novelas como características que hacen de su estudio, una asignatura obligada en los procesos de formación que se adelantan en el país.