He venido insistiendo desde hace ya varios meses en la necesidad de dotar a Medellín de un verdadero centro de espectáculos, digno de una ciudad que se presenta como innovadora y que se quiere consolidar como destino para una gran variedad de negocios.

Decía Margarite Yourcenar que “Tener razón demasiado pronto, es lo mismo que equivocarse”, pero a conciencia he tratado de motivar a algún sector de la ciudad a que mire esta posibilidad como cosa útil y necesaria.

A finales de los noventa, en la segunda alcaldía del doctor Juan Gómez Martínez se iniciaron los contactos para sacar adelante el proyecto de dotar a Medellín de un centro de convenciones, lo cual fue liderado directamente por el doctor Juan y respaldado por el entonces presidente de la Federación Nacional de Cafeteros, el Doctor Jorge Cárdenas Gutierrez, y el doctor Tulio Gómez, quien en ese momento apoyaba a la Alcaldía en el proyecto de Museo Botero, proyecto respaldado por EPM bajo la Gerencia del Doctor  Ramiro Valencia Cossio. En ese entonces, me desempeñaba yo como secretario de Hacienda del Municipio de Medellín y me correspondió vivir desde sus adentros, todo el dispendioso proceso que hubo de superarse. Llegó mi traslado a la Cámara de Comercio de Medellín y desde allí, con el respaldo de su presidente, el doctor Alvaro Villegas Moreno, seguimos impulsando el proyecto, en esta ocasión, comprometiendo a los candidatos a la Alcaldía a continuar respaldando la idea, lo cual se concretó cuando el doctor Luis Pérez Gutiérrez fue electo como alcalde de Medellín. Pensar hoy a Medellín sin el conglomerado alrededor del Centro de Convenciones, que incluye la ampliación y desarrollo del otrora Palacio de Exposiciones, es como imaginarse a Medellín sin nuestro METRO. 

Con gran visión, el doctor Juan dejó listo el lote para la construcción del centro de espectáculos por el sector del Aeropuerto Olaya Herrera y hasta la fecha, ningún gobernante posterior se ha ocupado del asunto. 

A estas alturas del partido, la inversion que hay que hacer es cero, bajo las nuevas figuras y modalidades financieras, entre las cuales últimamente se han vuelto moda las Asociaciones Público Privadas conocidadas como APP. 

Ciudades como Madrid,  Santiago, Viña del Mar y México (por solo mencionar algunas próximas del exterior) y Bogotá, han desarrollado o tienen en proceso la construcción de verdaderos coliseos que sirven para multiples propósitos y que son entregados en una especie de consesión a entidades del mundo global para que financien, diseñen, construyan y operen el recinto, de modo que en un período de tiempo lo entreguen a la ciudad o simplemente se abra una nueva licitación para entregar la operación por otro período de tiempo. 

¿Por qué la miopía de los encargados del destino de la ciudad y de los empresarios locales? Recuerden la gran transformación que evidenció nuestro Coliseo para los Juegos Suramericanos, simplemente con un retoque.

Lea también: Sugerencias respetuosas

Coloquemos como ejemplo al Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, llamado de forma temporal WiZink Center por motivos de patrocinio, con una capacidad real, de acuerdo con su uso, entre los 10.000 espectadores para competiciones atléticas, hasta los 13.673 en los encuentros de baloncesto y los 17.400 espectadores para conciertos en formato de 360 grados. 

Movistar Arena es el principal recinto techado multipropósito de Chile. Está diseñado para albergar todo tipo de eventos: conciertos, conferencias, musicales, eventos deportivos, ferias y fiestas corporativas de empresas, entre otras, ya que cuenta con una infraestructura de primer nivel y una capacidad que va desde 12.000 personas sentadas en localidades numeradas, hasta 16.000 espectadores para recitales de pie.

El recinto cuenta con 44.000 mts2, de los cuales 31.000 mts2 corresponden a la arena misma, con una cúpula de 50 metros de altura.

El Anfiteatro de la Quinta Vergara es un escenario al aire libre ubicado en el Parque Quinta Vergara de la ciudad de Viña del Mar, en Chile. Su importancia radica en que, cada mes de febrero, es el escenario que alberga al Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, uno de los festivales de música más importantes de   América. Es propiedad de la Municipalidad de Viña del Mar.

Luego del éxito del primer Festival de la Canción de Viña del Mar, realizado entre el 21 y el 28 de febrero de 1960, se decidió construir un escenario más estable que el entonces existente.
Fue remodelado en 2002 y se reemplazó la «concha acústica» por un anfiteatro cerrado,  simulando un coliseo, hecho de concreto sólido, con un aforo superior a los 15.000 espectadores.

En febrero de 2012, la Ciudad de México y su zona urbana, fue testigo de la llegada de lo que es el recinto más importante, cómodo, moderno y seguro de América: "Arena Ciudad de México".

Con capacidad para 22.000 asistentes cómodamente sentados, con la mejor acústica y visión al escenario, 124 suites de lujo con acceso a la cancha, un lobby espectacular, más de mil pantallas, tecnología de punta en su pantalla central, un lugar techado y climatizada, cinco mil puestos de estacionamiento, dos helipuertos, más de 300 cámaras de seguridad, entre muchas cosas más que harán que el espectador disfrute al máximo de los mejores artistas y espectáculos nacionales e internacionales.

La Arena Ciudad de México es un recinto destinado para la realización de todo tipo de eventos: conciertos, deportes, teatro, eventos privados, públicos, culturales y convenciones. Con una inversión de 300 millones de dólares, KMD Architects diseñó esta arena. 

El Coliseo El Campín de Bogotá, será el resultado de la demolición y construcción del viejo escenario. En la obra se invertirán 70.000 millones de pesos para la remodelación del 70 por ciento de la estructura que se entregaría a finales del 2018 y le adicionará al Coliseo un complejo con cuatro canchas de fútbol, cinco en grama sintética, un parque para patinadores, una pista de trote y un parque con juegos y gimnasio al aire libre, en un área de 37.000 metros cuadrados. En una de las fachadas se instalará una pantalla de gran formato, la cual se utilizará para transmitir grandes eventos deportivos o los mismos que se realicen dentro del escenario. Además, contará con 20 habitaciones, 10 salones VIP, parqueaderos mixtos y zonas de comida. La concesión del escenario se entregará a 25 años. De otro lado, el aforo del escenario será para más de 14.000 asistentes, en un edificio envolvente de cuatro pisos. 

Puede que ahora que Bogotá nos tomó enorme ventaja con respecto a este gran amoblamiento de ciudad, ahora sí, como buenos envidiosos, nos movamos y aun cuando sea a las carreras, tratemos de aparentar aquella pujanza que caracterizó a nuestros mayores. Pero qué se le hace, con tal de que lo hagamos y la ciudad lo pueda disfrutar, que sea lo que sea. ¡Siquiera se murieron los abuelos!