Será la del 1° de abril, para qué dudarlo, una radiografía perfecta del mundo al revés
“Lo pasao pasó, no te atormentés, de qué importa mi pasado”… así, con contracción forzada y dequeísmo incorporado, escribió por allá en los años dorados del tango el poeta y músico, Miguel Eusebio Bucino, el tema que le da título a la columna y que grabaron, entre otros, los cantores Roberto Rufino y Ernesto Famá, el primero con la orquesta de Carlos Di Sarli y el segundo con la de Francisco Canaro.
Quien iba a imaginar que casi ochenta años después, tales versos pudieran ser acomodados con notable exactitud al acontecer político de un país convertido en inmenso lodazal por culpa del cáncer de la corrupción que al hacer metástasis no dejó títere con cabeza.
Obvio que el poeta al escribir el tango, no estaba pensando ni mucho menos en que su letra pudieran hacerla propia y cantarla a todo pulmón en dúo o en trío algunos colombianos en pleno siglo XXI, posando de impolutos y ajenos a la agobiante enfermedad que padece su país.
Si estás pensando en el dúo integrado por Alvaro Uribe y Alejandro Ordoñez, a veces acompañados por la tercería voz de Andrés Pastrana, “estás en lo cierto Chaparrón”, como solían dialogar en su alocado mundo ficticio Rubén Aguirre y Roberto Gómez Bolaños.
Estos personajes, con una desfachatez que nadie habría sido capaz de adivinar, están promoviendo para el primer día del próximo mes una marcha dizque para protestar contra la corrupción, lo que para muchos supone más bien un acto de contrición o una especie de auto flagelación.
Lo del 1° de abril será para ellos una especie de hara kiri sin sangre porque no les afectará el vientre aunque sí su paupérrima memoria, cualidad que seguramente sí pondrán a funcionar millones de colombianos al recordar algunas de sus más memorables actuaciones durante la continuada presencia que tuvieron por los vericuetos burocráticos y políticos.
Habrá tiempo suficiente ese día –menos mal que es sábado- para que uno de ellos, por ejemplo, se acuerde de sus andanzas dragacoleras y de ciertos dinerillos que, al igual que lo ocurrido con las últimas campañas presidenciales, entraron a la suya a sus espaldas.
Diría en su momento el ahora inmaculado, anticipándose premonitoriamente a las excusas del presente: “La única persona autorizada para coordinar la captación de recursos con destino a la campaña era Hernán Beltz Peralta, en su condición de director nacional de captaciones”. Cualquier parecido con la realidad actual no es mera coincidencia.
A otro de este trío de integérrimos, posiblemente al señor de los tirantes, desprovisto ya de sus inclinaciones incendiarias de juventud, se le podrán rememorar los interminables conciliábulos con sus amigotes o sus copartidarios, encaminados a cuadrar ese asuntico de la reelección dolosa conseguida al fin mediante la politiquería, la triquiñuela y el burocratismo, por todo lo cual tiene asegurado un lugar en el podio de la sinverguencería.
El tercero de los pintorescos personajes dedicados a algo que no representan, podrá recordar, por ejemplo, a esos sí, buenos muchachos, que sin estar recogiendo café se encontraron de repente con una roya de plomo que los convirtió en guerrilleros sin tener oportunidad de ir a La Habana.
Y también habrá una evocación para el nombramiento de Directores del Das y embajadores sindicados de asesinato; para ministros dedicados a la compra y venta de notarías y puestos, y una recordación especial para el magnánimo funcionario que se dedicó a entregar recursos de todos los colombianos a unos pobres terratenientes que iban camino a la ruina.
Será la del 1° de abril, para qué dudarlo, una radiografía perfecta del mundo al revés: los pájaros tirándole a las escopetas. Con esta clase de inspiradores, no se sabrá a ciencia cierta si el grito de convocatoria y durante el recorrido de la marcha debe ser, abajo la corrupción, o vivan la corrupción y el cinismo.
TWITERCITO: A muchos de los que hace rato se salieron del templo de la decencia, les está vedado ingresar de nuevo aunque intenten hacerlo de rodillas.
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