En entrevistas realizadas al escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, él ha expresado algunas reflexiones, que juzgo interesantesEn entrevistas realizadas al escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, él ha expresado algunas reflexiones, que juzgo interesantes
En entrevistas realizadas al escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, él ha expresado algunas reflexiones, que juzgo interesantes.
Todo el texto siguiente va entre comillas porque son las opiniones del escritor:
1. “Mi destino como novelista es, simplemente, con cada libro echar un poco de luz sobre algún lugar oscuro de lo que somos, pero sin pretender que voy a llegar nunca a una iluminación total”.
2. “Soy un defensor obsesivo de la novela como manera de explorar el mundo […] es el único género literario que puede mezclar todo de manera extraordinaria”.
3. “La obsesión en La forma de las ruinas fue mucho más larga porque sale de asuntos que me han tocado de manera directa desde que tengo memoria. Crecí viviendo el crimen de Gaitán muy cerca […]. El crimen de Rafael Uribe Uribe ha sido otro de esos fantasmas […].
“En el libro están mis reflexiones más profundas sobre el contacto que yo he tenido con estos hechos. Es además, una novela de conspiraciones y filosófica”.
“Las fotografías (en esta novela) cumplen una labor documental, pero no hay que olvidar que una novela muchas veces se inventa sus documentos. Lo que me importa es producir un cierto efecto en el lector, que se comprometa emocionalmente con la historia; por eso echo mano de todas las estrategias y todos los ardides que permite la ficción contemporánea”.
4. “A mí me interesa que al final, el lector recuerde que esto es una novela en el sentido de que estoy utilizando todo lo que tengo a mi disposición: mi vida, mi biografía, mis experiencias, mis preocupaciones, para reflexionar desde ellas sobre los temas que me interesan, pero con la libertad del novelista. […], no quise esconderme detrás de la máscara de un narrador […], sino borrar la distancia moral entre el personaje y el autor”.
5. “[…] estoy utilizando hechos reales con las herramientas de la imaginación literaria […] Que la novela vuelva a tener el espacio que ha perdido en nuestra manera de interpretar el mundo. Me parece que vivimos en una época en que ella, para muchos lectores, se ha convertido en un mero entretenimiento, una invención sin consecuencias en el mundo real…”
6. “Construir la novela, poniendo hechos reales no solo de la historia de mi país, sino de mi misma experiencia, creo que es mi manera de decir que para mí, la novela es una cosa más seria, comprometida con la realidad”.
7. “Quiero que los lectores conozcan que la historia está mucho más presente en nuestras vidas que lo que imaginamos; pensar que las violencias de nuestro pasado son historia antigua, que no tienen nada que ver con nosotros, y tratarlas como fósiles es un grave error. Quiero que nuestro pasado vuelva a estar presente […]”.
8. “Cuando uno vive en una historia que está hecha de mentiras […], está condenado a volver ahí todo el tiempo. La verdad oficial que uno aprende en los libros de historia no es la verdad completa […]. “La forma de las ruinas”, en parte, es una reflexión sobre por qué para nosotros los seres humanos las teorías son tan atractivas, por qué aceptamos creer en ellas con tanta facilidad. Cuando el pasado está lleno de medias verdades, tenemos esa reacción de aferrarnos a las teorías de la conspiración”.
9. “Todo, de alguna manera indirecta, se puede rastrear, más o menos como ocurre en Cien años de soledad, que hay un personaje que se muere de un tiro en la cabeza, y hay un hilo de sangre que le sale y que cruza todo Macondo haciendo ángulos de noventa grados para llegar a donde Úrsula, y que sepa que lo mataron. Creo que la violencia colombiana es así, como un hilo de sangre que recorre toda una historia".
10. “Hay dos tipos de novelas; las que son una historia, y las que son, como se dice en La guerra del fin del mundo, de Mario Vargas Llosa, un árbol de historias. Mi novela “La forma de las ruinas” pertenece a la categoría árbol, en el sentido de que durante la escritura surgieron muchas ramas, muchas historias […]. La cantidad de material que sale de ahí creo que acabará pidiendo otros libros. Eso es lo que quiero decir al final de la novela, cuando digo que las obsesiones de verdad no se van nunca”.