Aunque el presidente Santos defiende que el Gobierno está cumpliendo en cuanto a educación, los reclamos del Ministerio dan pistas del trabajo pendiente para garantizar una educación de calidad y competitiva.
En el amplio pliego de peticiones que radicó Fecode, la federación sindical más grande del país, desde el pasado 28 de febrero, los maestros exponen lo que para ellos son los puntos más débiles de la educación en Colombia, haciendo énfasis en la escasez del presupuesto destinado para todo el sistema de educación pública.
Entre las demandas más ambiciosas, relacionadas con política educativa, está el incremento de la inversión pública para la educación a 7.5% del PIB, que lo reclaman desde el último paro en 2015, año en el que, según la última cifra entregada por el Banco Mundial, el país invirtió el 4,49% del PIB en educación.
Pedro Arango, ejecutivo de Fecode, explicó que el aumento que reclaman no obedece una cifra calculada por ellos, sino a una demanda de cumplimiento: “Es que Santos dijo que Colombia iba a ser la más educada en el 2025, pero ni siquiera iguala el porcentaje de inversión en educación del PIB con los países de la Ocde. Entonces no es que nosotros lo estemos exigiendo, sino que Santos lo dijo en campaña, entonces le estamos diciendo que cumpla”.
En su campaña para la reelección, en 2014, Juan Manuel Santos prometió jornada única escolar en el país, para lo cual necesitaría un aumento del presupuesto para hacer inversiones en infraestructura, planta docente, alimentación escolar, dotación, entre otras.
Además, para lograr lo que él denominó “el gran proyecto nacional del siglo XXI”, también propuso fortalecer el programa De cero a siempre, dignificar la profesión de los maestros y mejorar sus salarios e impulsar la revolución tecnológica en la educación. No obstante, en la recta final de su mandato el Gobierno aceptó que no le alcanza el presupuesto.
Carlos Medina, gerente de la sucursal de Medellín del Banco de la República, señaló que “hay que tener en cuenta que Colombia no es un país desarrollado, no estamos en Finlandia ni en Noruega donde todas las necesidades están satisfechas, entonces lo que hacen es financiar todo con los recursos públicos. Obviamente la educación es una muy importante, pero hay necesidades muy claves y que muestran que son más rentables. Por ejemplo, la atención a la primera infancia que no tenemos cobertura tan alta como en educación básica. La salud también es primordial. Entonces, si bien la educación es importante, aquí hay otras necesidades que están antes de la educación.”.
Po su parte, Alexandra Peláez, ex vicealcaldesa de Educación de Medellín, apuntó que aunque la expectativa del magisterio es bastante alta, “es importante llegar a un acuerdo con ellos y que se vea la voluntad del Gobierno Nacional de invertir y mejorar los recursos en educación. Entendiendo que el Gobierno entró en un proceso de paz y que son cada vez menos los recursos que se van a invertir en Defensa, creería yo que uno de las carteras en la cual se pueden priorizar los recursos que se van a dejar de invertir en la guerra, debería ser en educación”.
Entre la inyección general al presupuesto para educación, el sindicato de maestros le exige al Gobierno que cumpla con la nivelación salarial, que en 2019 alcanzaría 10 puntos adicionales sobre el aumento de los demás servidores públicos. Sin embargo, los maestros aún no reciben el incremento de dos puntos adicionales prometido para el año en curso.
Al respecto, Peláez afirmó que “la remuneración es definitivamente uno de los factores a revisar en vista de que queremos ser Colombia la más educada. Y si queremos que los mejores estudiantes aspiren a ser maestros, el factor salarial es determinante. Hoy sabemos que muchos maestros que ingresan al escalafón más bajo, les pagan $800.000 y que subir esa escala requiere formación, tiempo y publicaciones. Entonces, pienso que sí es importante una actualización salarial, que permita que el sector sea mucho más competitivo y que pueda atraer el mejor talento”.
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Otro de los grandes reclamos del magisterio está relacionado con atender las fallas del sistema de salud, además de acelerar la contratación del nuevo operador, pues desde enero de este año la negociación fue declarada inconclusa.
Carmen Pico, asesora en salud y riesgo laboral de la Escuela Nacional Sindical, indicó que “cuando la salud entró en la idea de negocio, a los maestros les pasó lo mismo que con la salud de los colombianos. Como el prestador del servicio es un negociante privado entonces siempre está evaluando costos para tener mayor rentabilidad, entonces los maestros siguen defendiendo su régimen exceptuado pero con unas modificaciones”.
El cambio de las reglas de juego para los operadores que desembocó en el limbo en el que se encuentra la salud de los docentes, fue impulsado por los mismos maestros, quienes demandan más exigencias y control para los operadores de salud.
Pedro Arango, directivo de Fecode, explicó que “dentro de los contratos actuales no están las clausulas sancionatorias y no se había establecido un manual de contratación, entonces nosotros lo que hemos dicho es que hay que tener un manual de contratación para que haya sanciones económicas a los prestadores por no prestar el servicio, por no dar las citas de especialistas a tiempo, por no aprobar cirugías o medicamentos”.
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Además, los maestros añadieron a la condiciones que el operador debe ofrecer servicio de farmacia 24 horas y la atención en sedes propias pero también sedes alternas, de ser necesario.
Arango añadió que la contratación del nuevo operador ha sido demorada “porque no quieren aceptar todas estas modificaciones, entonces lo que están buscando es que caduque para que no se le apliquen los dientes que nosotros necesitamos para que funcione. Entonces le ponen obstáculos a todo esto que ya está aprobado”.
La salud de los docentes está amparada por un régimen especial que no exige copagos ni cuotas moderadoras para la atención. Tampoco periodos mínimos de cotización. Además, es un sistema llamativo para los operadores por la cantidad de usuarios que garantiza –todos los maestros del sector público del país y sus familias-, adicionalmente, tienen más liquidez y reciben más presupuesto por cada afiliado que las demás EPS.
Aunque ninguna de los puntos que demanda Fecode hace referencia explícita a la capacitación docente, expertos aseguran que hace falta apretar tuercas en este asunto para asegurar que haya una mejor calidad en la educación del país.
Luis Fernando Ospina, presidente de la Asociación de Institutores de Antioquia, Adida, afirmó que “el Ministerio tiene varios programas pero los ofrece solo en las áreas básicas que son Matemáticas, Inglés, Español y Ciencias. Pero nunca ha habido formación para Sociales, para Filosofía, Artística, Ética o Educación Física. Aunque hay una ley que exige que haya un profesor de Educación Física para primaria, no se cumple. Nosotros consideramos que la capacitación debe ser dirigida a todo el proceso en general y no a unas cuantas áreas”.
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En este sentido, Sonia Vallejo, coordinadora de liderazgo educativo de la Fundación Empresarios por la Educación, sostuvo que “educar en nuestros tiempos tiene una gran complejidad porque hay que tener en cuenta el enfoque de derechos, el enfoque de género, la perspectiva intercultural, eso no está permeando la enseñanza porque hay un énfasis muy fuerte en lo disciplinar. Si tu eres un maestro en el aula y si no tienes esos enfoques y esas herramientas para atender la diversidad, las situaciones tensionantes de género y todo lo que un maestro debe vivir realmente en el aula, pues lo disciplinar pierde sentido, pasa a un segundo plano”.
Además de los enfoques que Vallejo resalta, los docentes, especialmente en las regiones, tendrán que afrontar el nuevo contexto del post-acuerdo, que repercutirá en las realidades sociales de colegios estatales. Al respecto, Fecode propone una política educativa orientada a la concepción de la escuela como territorio de paz.
Ante lo cual, la funcionaria de Empresarios por la Educación enfatizó en que “definitivamente, para que ellos puedan implementar una mirada de paz en la escuela, se hace necesaria la capacitación. Los colegios resultan conteniendo las diversas problemáticas sociales y, en ese sentido, creo que el magisterio debe prepararse para afrontar el posconflicto desde sus escuelas”.