Las culpas donde son

Autor: Editor
18 enero de 2017 - 12:00 AM

Como ingeniero civil, acordarme de la caída de Space me genera vergüenza de gremio y es algo que no termino de superar. Si un edificio se cae por sí solo, es porque unos ingenieros se quisieron pasar de vivos.

Santiago Ortega Arango

@sortegarango

Como ingeniero civil, acordarme de la caída de Space me genera vergüenza de gremio y es algo que no termino de superar. Si un edificio se cae por sí solo, es porque unos ingenieros se quisieron pasar de vivos.

La semana pasada el caso Space volvió a sonar porque Carlos Alberto Ruiz, quien fuera curador urbano en ese momento, ganó el concurso de méritos organizado por la UPB para elegir al nuevo curador de Medellín. No es muy popular ofrecer una defensa del curador de Space, pero en honor a la verdad hay que hacerlo.

La caída de Space no es culpa del curador. Una curaduría se encarga principalmente de controlar que los edificios cumplan con las normas urbanísticas (número de unidades, vocación de la edificación, altura) y Space las cumplía. Las fallas de Space eran estructurales, no urbanísticas.

Aunque las curadurías deben hacer control sobre los diseños estructurales, normalmente no cuentan con el equipo humano para poder hacerlo. Por eso, la ley permitía que el constructor presentara un concepto externo, realizado por ingenieros especialistas. La curaduría falló porque siguió este proceso legal y confió en la idoneidad de los ingenieros que revisaron los diseños de Space.

Después de la tragedia, el curador fue investigado y posteriormente exonerado. Tiempo después, el Congreso creó una nueva ley para darle más dientes a las curadurías y evitar que los constructores pudieran abusar de la norma, como lo hizo CDO.

Aunque no es algo muy elegante, al estar libre de responsabilidad Carlos Alberto Ruiz estaba en todo su derecho de presentarse al concurso de méritos. Además, fue el único de los aspirantes que aprobó el examen. Pero mientras el alcalde se daba golpes de pecho y presionaba al curador para que renunciara a su nombramiento, la Superintendencia de Industria y Comercio les quitaba multas a los directivos de CDO.

Mi papá, ingeniero civil y empresario, tiene una sentencia irrebatible: uno delega trabajo pero nunca responsabilidad. La responsabilidad de Space recae en todas las personas que tomaron decisiones de hacer un edificio más esbelto para aumentar ganancias, especialmente en sus directivos. La empresa liderada por Pablo Villegas era responsable de los diseños y sus revisiones, y también por la construcción del edificio. No se nos puede olvidar eso.

Además, CDO no ha estado a la altura de lo que uno espera de los responsables de una tragedia de esta magnitud. La empresa les ha fallado a las víctimas y ninguno de sus directivos ha pedido disculpas públicas. Además, fueron lo suficientemente cínicos como para pedir que Space se repotenciara y hacerlo habitable de nuevo. No entiendo como tienen hígado para proponer eso.

Entonces ¿Por qué desde la administración no hay palabras tan duras con ellos como las hubo con el curador? Las culpas deben ir donde corresponde.

Dentro de una semana empezamos clases en la Universidad EIA, y este semestre estoy programado para dictar Introducción a la Ingeniería Civil. Es una de las materias que más me gusta dictar, porque es el momento perfecto para emocionar a los estudiantes con la ingeniería y sus posibilidades. Además, puedo participar de primera mano en al

proceso de apertura mental que les llega a los muchachos en el primer año de la universidad.

Pero este semestre, más allá de hablar de vías, puertos, hidroeléctricas, túneles y rascacielos, siento que tengo que tocar un tema adicional. Tengo que mostrarles los peores pecados de la ingeniería antioqueña: la ambición, la irresponsabilidad y el desprecio por la vida humana. Contarles la historia de Space y de sus víctimas, del cinismo de los responsables y de la vergüenza que eso significa para quienes orgullosamente nos llamamos ingenieros civiles.

Tal vez así, estos ingenieros futuros entiendan que la seguridad no se negocia, y que nuestro rol es servirle a la sociedad en vez de aprovecharnos de ella. Tal vez mirando a la cara lo peor que tenemos como gremio, estos jóvenes puedan sentir el dolor y la vergüenza como propias. Y tal vez eso los lleve asumir el mandato que tenemos todos los ingenieros paisas: trabajo y rectitud.

Es el único camino para que la ingeniería antioqueña nos haga sentir orgullosos otra vez.

* Profesor Universidad EIA

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Lo más leído

1
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
2
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
3
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
4
Literatura /

¿Qué es un clásico de la literatura?

Para muchos teóricos, la noción podría ampliarse, siempre y cuando se respeten ciertos lineamientos.
5
Palabra & Obra /

Ciencia y humanismo en Leonardo da Vinci

Por qué Leonardo da Vinci es un hito de la humanidad en las artes, las ciencias naturales, el humanismo y...
6
Columnistas /

¿Migrar o emigrar? ¿E inmigrar qué?

Migrar, emigrar e inmigrar hablan de la misma realidad, pero no por ello son sinónimos. Las diferencias...