Si bien hay avances legislativos que reconocen los derechos de los indígenas y afrodescendientes, en el departamento persisten fenómenos racistas y excluyentes contra estas poblaciones.
A la sociedad antioqueña, de pensamientos, costumbres, ideologías arraigadas al prejuicio, aún le cuesta aceptar la diversidad cultural, le cuesta entender que en la región hay distintos estereotipos al del campesino de machete y carriel que trabaja el campo y que es exagerado, regionalista y “echado pa´lante”.
Muchos, se empeñan en seguir cimentando ese imaginario del “paisa”, esa persona de raza antioqueña, aunque no es una raza sino, según el concepto, una “identificación de costumbres, idiosincrasia y comportamientos folclóricos”, que vive en este departamento de aproximadamente 6`534.764 habitantes y que es de por si una persona de campo y se les olvida de que también son afrodescendientes, indígenas y hasta gitanos.
Con este panorama se podría entrar a cuestionar sobre la capacidad del antioqueño de aceptar esa diversidad, es decir de eliminar los actos de discriminación racial a veces tan propio de su comportamiento. Pregunta que cobra validez en fechas como las del próximo 21 de marzo, declarada según la Organización de las Naciones Unidas, Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial.
Según indicó el Gobierno Nacional, en los últimos cuatro años (2012-2016) se han presentado 524 denuncias por racismo o discriminación racial y 183 por hostigamiento con motivo de raza, religión, ideología política u origen nacional, étnico o racial. De estas denuncias, sólo tres han llegado hasta la fase de imputación de cargos.
Luis Mosquera, coordinador de la Corporación Convivamos, precisó que de acuerdo con los análisis, Antioquia es el segundo departamento con mayor población afrodescendiente, que no sufre una discriminación directa, sino una sutil. “Puede que la discriminación no sea violenta pero la hay, por ejemplo, cuando no nos dejan ingresar a un lugar por el color o cuando una empresa decide no contratarnos porque somos afrodescendientes y no toman en cuenta nuestros conocimientos. La discriminación en Antioqua se naturalizó”.
A la par, José Nilson Lectamo, director de Etnias de Medellín, aseguró que “ todavía el racismo y la discriminación son un problema estructural y no sólo de los medellinenses sino que en todo el país se ha presentado por distintas condiciones como lo son la etnia y la religión. En el caso de discriminación por etnia desde la Dirección hemos identificado que si bien este fenómeno se viene presentando en distintos espacios, es más recurrente en las instituciones educativas, sobre todo en la población infantil, lugares en donde los menores afro e indígenas han sido discriminados. Han habido avances pero seguimos con muchas deficiencias”.
Lectamo también señaló que estudios han identificado que la discriminación se presenta por desconocimiento y por las barreras que desde lo lingüístico y cultural se han establecido, por lo que este año se estará desarrollando el proyecto Medellín ciudad diversa mediante el cual se realizarán estrategias tendientes a la superación de los fenómenos de discriminación, racismo y xenofobia a partir de acciones de sensibilización.
Por su parte, Daniela Maturana, concejal de la capital antioqueña e integrante de la población afro de Medellín, aseguró que en la ciudad hay 218.000 afrodescendientes, lo que equivale al 10% de la población, los cuales están congregados principalmente en las comunas 13, 4 y 8. Maturana, además afirmó que “efectivamente los afros de Medellín y de Antioquia siguen siendo víctimas de actos discriminativos”.
Según un estudio de Amnistía Internacional, tanto en América Latina como en Colombia, “los pueblos indígenas sufren de forma desproporcionada pobreza, pago de salarios insuficientes, bajos niveles de educación, reducida esperanza de vida, elevada mortalidad materna e infantil y falta de acceso a saneamiento y agua potable”. El informe también argumenta que las mujeres indígenas son quienes más sufren aspectos como la violencia y la discriminación.
Regionalismo, una ideología para desconocer la diversidad
Si bien hay avances significativos en materia legislativa, como lo es la política pública departamental afroantioqueña (Ordenanza 10 de 2007) y la política pública para la comunidad afrodescendiente de Medellín, que se aprobó en el 2015 mediante el Acuerdo 0056, pero que aún no ha sido reglamentada, testimonios de voceros de organizaciones afro e indígenas de la región apuntan a que falta un largo camino por recorrer en el propósito de reconocer la diversidad cultural antioqueña y en el respeto por los derechos humanos de las minorías.
En este punto, el regionalismo es considerado por estudiosos del tema y por líderes sociales como la barrera que impide dar reconocimiento a otras culturas dentro de la misma región y que enfatiza y promueve comportamientos discriminativos.
Felipe Valencia, administrador de la comunidad Solo Paisas dijo: Nosotros nos sentimos orgullosos de nuestra tierra, de nuestra sangre, de nuestras tradiciones, de nuestro empuje, pero tristemente, todas estas fortalezas, muchos paisas la utilizamos para mal (yo también lo hacía, pero me dí cuenta que era un error) nos creemos superiores a los demás, menospreciamos a las personas de los demás municipios de Colombia, es más, a mi hasta me han insultado cuando he publicado imágenes de otras ciudades paisas, Manizales - Pereira…” (administrador, no subas imágenes de otras ciudades, que te pasa, es que no sos paisa o que?)”.
De acuerdo con la investigación ¿Cómo somos los antioqueños y las antioqueñas hoy?,realizada entre la universidad Eafit, Invamer y Etnológica con la financiación de Sura y liderada por Jorge Giraldo Ramírez, doctor en Filosofía y bdecano de la Escuela de Ciencias y Humanidades de Eafit “en ninguna de las subregiones del departamento la gente se siente más antioqueña que colombiana, mientras que la cifra que dice que dos de cada tres personas privilegia el beneficio particular sobre el general podría confirmar el individualismo antioqueño.
Se puede decir que en este tipo de casos se hace necesario acudir a la definición de “discriminación regionalista” la cual promueve la superioridad de una comunidad frente a otrras. “ Todos los grupos humanos pertenecemos a grupos étnicos con los que nos identificamos, y a partir de estas diferencias encontradas se produce la discriminación por características físicas, hábitos, costumbres, indumentaria, símbolos, formas de vida, sentido de presencia, idioma y creencias del grupo étnico”.
Las diferentes antioquias
Antioquia es un departamento que ocupa un territorio de 63.612 kilómetros cuadrados, que limita con el mar Caribe, Córdoba, Chocó, Bolívar, Santander, Boyacá, Caldas y Risaralda y aunque se comparte la misma exención de tierra, son precisamente estas variables del clima, los ecosistemas, la alimentación, las costumbres y hasta los dialectos e idiomas lo que hace que se creen “las diferentes antioquias”.
Según el historiador Jorge Orlando Melo “ Entre 1880 y 1930 se consolida la idea de que los antioqueños son una raza superior, distinta a la del resto del país”. Sin embargo, la realidad es que Antioquia estaba poblada de una raza sino de una mezcla de blancos, negros, mulatos y mestizos, tal como lo describió el viajero francés Charles Saffray, quien después de visitar a Medellín en 1860, escribió: “Como en toda la Nueva Granada, apenas hay más aristocracia que la del dinero […] Del color no hablemos. Cada cual se jacta de descender en línea recta de hidalgos de sangre azul; pero la verdad es que los colores morenos, amarillos y atezados que se ven en casi todas las familias, desmienten esa pureza de origen”
Al respecto, Wilfredo Machado Palacio, gerente Afrodescendiente de Antioquia, indicó que “si bien amamos esta tierra, la protegemos y le aportamos desde nuestras diferencias al desarrollo de la misma, el regionalismo dañino bloquea la entrada de oportunidades y pensamientos. Hay antioqueños que ni siquiera saben que existe costa en Antioquia. Por ejemplo los habitantes de Caucasia, de Urabá, tenemos visiones diferentes, contextos diferentes a los que viven en Medellín y eso es lo que hace que seamos una tierra muy pluricultural. Es esa mezcla que proviene de todos rincones del departamento es lo que permite promover la diversidad y da razón a días como el de la no discriminación y el respeto por las diferencias y más aún cuando somos igualmente antioqueños”.
La otra cara de la discriminación
Mosquera explicó que cuando la población afrocolombiana es discriminada y apartada de los espacios, “está se reúne en unas centralidades afro con el propósito de crear estrategias para visibilizarse ante la sociedad, además de proteger su cultura, sus costumbres, su identidad y no sentirse amenazados”.
Por ejemplo, Marino Renteria Oliveros, uno de los coordinadores del festival Afro Urbano de Medellín indicó que “los afrodescendientes no tienen mucha participación en festivales, por eso creamos un festival para nosotros, en donde nuestros artistas también se puedan visibilizar”.
“Ellos tienen todo el derecho de congregarse para realizar sus actividades, para crear entornos protectores, para mostrar su cultura, para reconocerse como grupo, para sentirse identificados con sus costumbres y eso hace parte también de que las demás personas los reconozcamos en su diversidad, los respetos y así garantizarle el cumplimiento de sus derechos”, afirmó, Luis Bernardo Vélez, secretario de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos de Medellín.
Entre tanto, Libia Grueso, oficial nacional de Asuntos Étnicos de las Naciones Unidas, precisó que “la discriminación tiene que ver con la educación, pero no es una educación de un afro para un afro, ni de indígena para indígena, la cátedra de etnoeducación tiene que ser dictada de indígena a afro, de mestizo a negro, de lo contrario, seguiríamos con la discriminación”.
En este sentido, Vélez dijo que los espacios culturales y deportivos para todos los habitantes de la ciudad están abiertos al público. Sin embargo, si los afrodescendientes pretenden que sean espacios para su uso exclusivo entonces allí se estaría presentando discriminación por su parte.