El daño en la Cáceres puso de presente otra vez la debilidad de la conexión vial entre el centro del país y la Costa Caribe.
Según el anuncio oficial, es cuestión de horas para que se habilite nuevamente el paso en la vía Medellín – Caucasia, que es la conexión del centro del país con el Caribe Colombiano, y está cerrada por el desprendimiento de la banca en jurisdicción de Cáceres. El daño se originó en la socavación del río Cauca que fue minando los cimientos del carreteable.
Carlos Alberto García, el director de Invías, insistió en que su personal ha trabajado a fondo para procurar la habilitación de una variante en el lado opuesto al que presentó la afectación de la banca, con la esperanza de que este viernes se pueda habilitar un paso restringido para todo tipo de vehículos. Y explicó también que esa vía alterna se habilita aprovechando que el terreno aledaño es propiedad de la nación y no de un particular, como se dijo inicialmente. Es decir, el predio La Gloria fue adjudicado por el Instituto Colombiano de Reforma Agraria, con la salvedad de la franja aledaña a la vía.
La emergencia ha causado pérdidas multimillonarias en diversos sectores. Los transportadores de carga calculan su afectación en más de dos mil 600 millones de pesos diarios de sobrecosto; los transportadores de pasajeros han visto mermada la clientela y hablan de pérdidas aún no cuantificadas, mientras que en varias poblaciones del Bajo Cauca antioqueño e incluso en Montería y otros municipios de Córdoba, sufren escasez de verduras y víveres que suelen llegar por ese camino.
Lea también: El POT no puede ser un canto a la bandera
El cierre de la carretera puso de presente otra vez la vulnerabilidad del sistema vial colombiano y la dependencia del transporte terrestre en la que se sumió el país cuando en mala hora dejó morir la alternativa férrea. Las vías alternas, si así se puede considerar a las otras rutas para llegar a la costa Caribe, aumentan el trayecto en por lo menos ocho horas. Desde donde se le mire, una desventaja competitiva para un país que decidió crecer de espalda al mar y que hoy sueña con hacer parte del mercado global.
Por eso cobra más sentido el constante reclamo de los diversos gremios económicos en relación con la infraestructura nacional. Recientemente Anif, por ejemplo, reiteró su preocupación por los retrasos en los desarrollos en varias vías de cuarta generación, que apenas significan una actualización de la infraestructura. Para el gremio financiero, cada vez se hace más preocupante “la debilidad de las exportaciones industriales y de la propia industria nacional que sigue sin dar señales de recuperación e incluso contrajo sus niveles de producción en 2017, al menos uno por ciento” Ello, dicen, como consecuencia de la falta de competitividad ante el denominado “costo Colombia”, derivado de los sobrecostos tanto de transporte y logísticos como laborales y energéticos que ponen al país en desventaja frente a otros de la región.
En otras oportunidades hemos insistido en el desafío de ingeniería que representó la vía a la Costa, que hizo necesario escalar Matasanos para caer por Ventanas a la ribera del Cauca y buscar las sabanas que son la antesala del Caribe. Subir solo para bajar, en lugar de bordear el río continuando la vía entre Santa Fe y Valdivia, lo que ya no será posible por el proyecto hidroeléctrico de Ituango, que es una represa alargada. Por eso, la fe está puesta ahora en las vías del Nus, que avanzan con la construcción del doble túnel para franquear el alto de La Quiebra. El proyecto implicará subir al Alto de Dolores para empalmar con la concesión Magdalena 2 y conectar por allá con Caucasia y el Caribe.
Pero, aunque hoy trabajan en esos proyectos, todavía están lejos de ser realidad y por eso es menester que no se descuide la ruta actual de conexión con la Costa, que además de unirnos con el mundo representa también el vínculo de muchas comunidades con el resto del país. De allí que esas vías, las nuevas y las viejas, las modernas y las tradicionales, merezcan el interés nacional más allá de los eventos puntuales, las vanaglorias políticas o electorales y las coyunturas informativas. Vías son progreso y comunicación, son vida.
@Henryhoracio