La única con aguja de oro

Autor: Carmen Vásquez Gómez
2 noviembre de 2019 - 06:02 PM

El mundo de la moda ha tenido grandes reconocimientos por la esencia en el trabajo en si y por la creatividad del diseñador. Reconocimientos y premios que se han ido extendiendo a no solo diseñadores, sino a personalidades que trabajan en algunos de los diferentes temas que generan la misma moda.

Medellín

En Colombia tenemos una Aguja de Oro, un reconocimiento único que nunca más se volvió a dar. Una mujer que nunca piso escuela de diseño de moda, pero una mujer que nació con la pasión por el arte de la moda. Amalín Escaf de Hazbun, es ejemplo para todas las generaciones que tienen en el pensamiento trabajar por la moda.

Así como hay una aguja, también hay un dedal y los dos de oro, representativos en premios que se han dado no solo a diseñadores, sino también a marcas, periodistas, industria y personas representativas del bien vestir. Pero del dedal a la aguja hay un inmenso trayecto lleno de historias que han sido vividas por los personajes de la moda. El Dedal de Oro es un premio que fue llamado con mucha altura el Goya de la Moda, según la prestigiosa revista Vogue. Galardón que se entrega en España, pero que es generosamente repartido a diestra y siniestra a diseñadores, periodistas, publicistas y personas destacadas por A o por B en la moda. Antes de dar puntada con la Aguja de Oro, hay que mencionar y meter en costura a otros premios y galardones existentes.

El famoso, muy serio y constante premio creado desde 1981 por el Consejo de Diseñadores de Moda Americanos, Cfda, que se da en Nueva York. España tiene, además, los Premios Nacionales de la Moda, que entrega el Ministerio de Industria Comercio y Turismo de ese país, y en la ciudad de Barcelona, el Mango Fashion Awards. Muy serio también el British Fashion y el premio Lvmh que se otorga a jóvenes diseñadores.

Cuando se realiza la gala de los Premios Oscar del cine, se hace una mención especial de resaltar los diez vestidos más icónicos que pasan por la alfombra roja. Aquí en Colombia, las textileras Fabricato y Coltejer entregaron también reconocimientos y premios a los diseñadores hace muchos años. La revista Infashion, dirigida por la periodista Pilar Luna, entregaba con seriedad los Infashion de la Moda, a diseñadores con mucho talento, y también la revista Cromos otorgó, por muchos años, el premio Cromos de la Moda, a diseñadores y modelos. En estos momentos en el país no se entrega ni premios, ni reconocimientos, por el talento a la moda.

La Aguja de Oro

Es una mujer que llama la atención por su postura, elegancia, suavidad y el ser muy femenina hasta para tocarse coquetamente el cabello y mover sus manos. En ella no hay extravagancias, ni siquiera de joyas, así las luzca grande en esos amplios vestidos de vivos colores en silueta de corte túnica que usa con frecuencia. Vestidos que ella misma se hace. Es sencilla y como buena costeña hija del Caribe, es sincera. Es una mujer valiosa. Podría perfectamente sentarse y escribir un libro, las solas anécdotas de cada puntada en un vestido de esas famosas reinas de belleza le daría para varios tomos bien divertidos. Madre de la diseñadora Judy Hazbun.

Relato de la historia de una aguja

“En el año 1971 ocurrió la primera vez que fui a Cartagena, llevando a la representante del Atlántico y tuve la suerte de hacer un diseño precioso, que quedó en el Teatro Cartagena; en ese momento, todo el mundo quedó fascinado con lo que hice, porque de verdad fue un vestido inusual muy descotado, un vestido halter, una falda preciosa con plumas, y el periódico El Tiempo fue el que al día siguiente lo destacó en sus páginas diciendo: “Definitivamente, esta mujer es la Aguja de Oro de Colombia”. Me bautizaron desde ese año, en el 7, como la “Aguja de Oro”. La reina era María Luisa Lignarolo, hija de italianos, muy linda y quien además de que el vestido era precioso lo lució, lo supo mostrar y he tratado de ser cada día mejor, porque yo pienso que cada vez que reconocen algo de lo que uno hace debe ser mejor; he vivido muy comprometida, porque le he dedicado todas las horas y días de mi vida a este trabajo”.

¿Cómo empezó su carrera?

“¡Soy sanmarquera! De un pueblo de San Marcos; soy empírica completamente, yo nunca he estudiado diseño de modas, me gustaba todo lo que era pintar, desde pequeñita recuerdo que a los 14 años le hacía ropita a mis hermanas, era muy inquieta, me casé a los 17 años, a los 18 tuve mi primera hija. Sola aprendí a hacer moldes, yo miraba las revistas que en ese momento traían de Cuba Para Ti y Vanidades, que traían información de la moda de cómo tomar las medidas y empecé a hacer mis moldes. A veces me daba pánico, pero yo me decía a mí misma: “¿No, Amalín, tienes que hacerlo porque quien hizo el primer molde quién se lo enseño?”. Empecé haciendo ropita para niños y después a una vecina se le casaba la hija y me dijo que le hiciera el vestido y yo le dije que no era capaz. Ella me miró y me dijo mija: ‘Usted sí es capaz’ y le hice el vestido de novia y fue la sensación. Y empezaron a venir clientas adultas, pero yo siempre muy temerosa. Una vez una señora muy linda de Barranquilla me llevó una tela que había traído de Europa para un vestido y al día siguiente sentí un dolor y me empecé a paralizar. Me iban a llevar a la clínica y yo pensé fue en el vestido, me subí al taller y empecé a hacer el molde y cuando lo terminé ya no tenía dolor, ni estaba paralizada. Era el miedo lo que tenía, el vestido me quedó divino y desde este día no sé lo que es el miedo, sabiendo que el miedo es necesario, pero que no me volvía a derrotar. Yo dañaba y empezaba. Hoy puedo decir que difícilmente en Barranquilla no hay quien entalle un vestido como lo entallo yo, y que a la primera prueba queden perfectos. Es la escuela de la vida. Puedes estudiar, pero la escuela de la vida es lo que te enseña. Tengo 50 años de estar haciendo moldes, de estar tirando máquina. A estas alturas de mi vida, tengo por hacer nueve novias y la reina del carnaval… estoy feliz. Soy bendecida”.

¿Es devota?

“Sí, habló con Dios, soy bendecida de Dios, me hace milagritos, yo le echo la culpa a Él, sin Dios no hacemos nada. Le he hecho vestidos a la Virgen, a la Inmaculada, a María Auxiliadora, a mi taller llegan los sacerdotes y nunca digo que no. Con mucho gusto padre”.

¿Y las reinas de belleza?

“No, ya tengo más entusiasmo con la reina del carnaval, porque el Reinado de Belleza me ha desmotivado, ha cambiado, ya no tiene la mística ni el interés que había antes, se ha comercializado, ya no le encuentro el entusiasmo y creo que uno debe hacer es lo que a uno le gusta. Tengo a la Reina del Carnaval y todo el mundo se pregunta: ¿Y con qué va a salir Amalín?”.

¿Y qué me dice de la moda de hoy, ferias y pasarelas?

“En cuanto a eso, mucha variedad, pero la moda hasta los años 60 fue moda no hay más, pero después ya no han podido inventar más, es la repetición de la repetidera, es lo mismo. Hay variaciones actualizadas, pero yo tengo una biblioteca bellísima de mucho tiempo atrás y me pongo a hojearla y veo que es lo mismo. Se están inventando telas, se mandan a imprimir con el diseño que sea, esto es un adelanto muy grande, son telas exclusivas. Me encantan nuevas texturas, como el micado, la organza, el chiffon, la muselina.

Tengo un taller con salón de corte, artesanas, máquinas y el taller de mi nieta, Maira Sofía, que es abogada con tres maestrías, pero me dijo que se quería ir a París a estudiar diseño de modas. Está en París y trabaja conmigo. Mi admiración es por Balenciaga, aquí hay mucho talento, me encanta Beatriz Camacho, Silvia y mi hija, Judy”.

¿Y cómo es la Amalín humana?

“Buena ama de casa, pendiente de mi jardín y de mis orquídeas, pero en la cocina no sé hacer ni un huevo. Como mamá y abuela soy consentidora con mis tres hijos, se me murió una de 17 años, tengo una familia bellísima, ellos me consienten todo el día, son hijos maravillosos y tengo siete nietos. Mi marido se murió y soy feliz”.

¿Qué opina del congreso Ixel-Moda?

“Cada año es mejor, hacer esto posible no es fácil, la tenacidad de Erika es de admirar, ha habido mucho orden, los conferencistas muy buenos, interesantes y la asistencia magnífica”.

Esta es Amalín Escaf de Hazbun.

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