Obras como el Magnificat de Bach (1733), el Stabat Mater de Pergolesi (1731), el Réquiem de Mozart (1791), la Missa Solemnis de Beethoven (1823) o el Te Deum de Berlioz (1849), son un ejemplo de que la música sagrada se ha ido transformando dependiendo del tiempo y el contexto, de la sociedad, sin dejar de lado la espiritualidad. 

El maestro Alberto Correa, director del Estudio Polifónico de Medellín, explicó que la música sagrada “es la que le sirve al hombre para sus relaciones con Dios”. Dijo que hay dos tipos de música sagrada: “una es la ritual o litúrgica, la que utilizan las diferentes iglesias en sus ceremonias; y la música espiritual, la cual no es utilizada en la liturgia sino en la manera en la que el hombre se dirige a Dios, esta es cantada también en los hogares y no sólo en el templo”.

¿La evolución la alejó de lo sagrado?  

Que el género sacro haya pasado a ser interpretado con sonidos populares, como el pop, la salsa o incluso el reggaetón, ha causado dudas sobre si continúa o no siendo música sagrada.

 
Jorge Hernán Arango, director y fundador de la Corporación Ensamble Vocal de Medellín, planteó que “la música que se utiliza para servicios religiosos no tiene que ver nada con lo que es la música, una cosa es que yo quiera aprovechar para los cultos religiosos, en todas las diferentes ramas como la católica, la cristiana o la evangelista, el sonido de la música de moda y otra cosa es que se haga música religiosa, la cual utiliza en realidad los textos bíblicos”. 

Arango agregó que “hoy se ha compuesto muy buena música sacra que factura, pero realmente la que se produce en este momento a nivel de música popular no es tan buena”, enfatizando que “no sería válido llamar sagrados a los sonidos que ya han sido explotados comercialmente”, “eso no es música religiosa, una cosa distinta es el espíritu como en el góspel, que hace parte de una tradición muy antigua”. 

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Por su parte, el maestro Correa indicó que el cambio son deformaciones que se han dado con el paso del tiempo: “En las iglesias ahora se toman ritmos populares y se les cambia la letra para hacerlo un poco litúrgico, pero deja de ser litúrgico, sin embargo, como es de índole espiritual no deja de ser sacra, pero la religión está pidiendo que exista en ella más liturgia por lo que se va a comenzar a legislar “. 

Para Rafael Rivera, religioso de 42 años, el que la música religiosa pueda pasar a ser comercial no la aleja de ser sagrada, siempre y cuando la exposición de esta no sea con fines por fuera de lo espiritual.

Renovadores 

En la actualidad existen diferentes representantes a nivel mundial de la música cristiana, tal es el caso de compositores y cantantes como Jesús Adrían Romero, Alex Campos o Marcos Witt, quienes han llevado por años el tema de Dios en sus letras. Asimismo, artistas que se han convertido a la religión y lo han querido plasmar en su carrera como Richie Ray y Bobby Cruz, Juan Luis Guerra y Ricardo Montaner. 

Canciones como Al taller del maestro, Me robaste el corazón, En la gloria de Dios, Aquí estoy, Qué sería de mí o Cansado del camino han sido tomados como himnos cristianos a la hora de realizar alabanzas a Dios, tanto en el templo como en los hogares o hasta en eventos públicos. 

El pastor Alexander López cree “que hay música eclesial y otra paraeclesial, cuando hablamos de música más consagrada a Dios que se utiliza para la adoración y alabanza podemos hablar de adoradores e intérpretes como Marco Barrientos, Marcos Whitt, Jesús Adrián Romero, mientras que si hablamos de artistas cristianos, lo que se pude escuchar fuera del templo, podríamos referirnos a Alex Campos, que no es música para adorar sino para escuchar en cualquier lugar y sentir gusto espiritual”.

De la misma manera, indicó que es importante marcar la diferencia entre artistas cristianos y adoradores, resaltando que está surgiendo una nueva ola de jóvenes que adaptan sonidos populares como el reggaetón para tocar temas espirituales como Fonky, artista urbano cristiano.

“Hay artistas como Fonky, Alex Surdo y el grupo Redimidos, que le apuestan al género urbano para tocar temas bíblicos, y adoradores en Medellín como Los Levitas, agrupación que marcó una generación cristiana importante, que se disolvió para dedicarse a asuntos más pastorales, sin embargo en la ciudad hay muy buenos adoradores que no han tenido la oportunidad de grabar discos por su anonimato”, expresó el pastor. 

El teólogo Luis Fernando Cuartas puntualizó que en la actualidad “hay que tener en cuenta siempre las directrices de la Iglesia, debe de ser música que no solo desde sus letras sino también desde el sonido e interpretación lleve a una introspección del alma”. 

“Ha habido en los últimos tiempos una mezcla entre algunos cantos religiosos evangélicos o protestantes al igual que cantos exclusivos de la catolicidad, pero en lo católico debe primar la liturgia, mientras que lo evangélico busca nuevos sonidos y eso no me disgusta, presentan propuestas muy interesantes”, dijo Cuartas. 

En 1974, unos de los mayores exponentes de la salsa, Richie Ray y Bobby Cruz, se convirtieron al evangelio, lo que causó que su carrera estuviera enfocada a Dios. 

“Es música sana, toda nueva, y hemos querido recobrar y recuperar la salsa. Según entendemos por lo que el público nos habla, la música estaba sonando igual, como que no había nada de entusiasmo en el ambiente y hacía falta que alguien hiciera algo”, concluyó en entrevista con EL MUNDO este dúo salsero.