El segundo lugar en el Mundial de Atletismo y el tercero en la Liga Diamante son el claro reflejo de que la deportista ha cedido terreno en su disciplina.
La atleta colombiana Caterine Ibargüen experimentó esta semana un nuevo revés al ceder el título en la Liga Diamante. En la final, la de Apartadó ocupó el tercer lugar por detrás de sus principales rivales, la kazaja Olga Rypakova y la venezolana Yulimar Rojas.
Después de un absoluto dominio de la competencia desde el 2013, la derrota confirma que este ha sido uno de los años más difíciles para “la Reina del salto triple” desde que se encuentra en la cima del atletismo mundial.
Luego de un tropiezo en el Mundial de Atletismo, en Londres, donde Caterine se tuvo que conformar con el segundo puesto, la Liga Diamante era el escenario perfecto para recuperar su lugar en el trono. Pero el destino tenía otros planes para Ibargüen. En la gran final, que se disputó en la reunión de Zúrich, la colombiana apenas alcanzó 14.48 en su mejor salto, a cuatro centímetros de Rojas y a siete de la nueva campeona de la Liga, Olga Rypakova, que marcó 14.55 en su mejor salto.
Y es notorio que los registros de la mejor atleta en la historia del país han bajado considerablemente. En 2012 Caterine obtuvo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres con una marca de 14,80. Un año después, en el Mundial de Atletismo de Moscú, marcó 14,85. En 2014 la colombiana se quedó con la Liga diamante con un salto de 14,98; mientras que en 2015 repitió con un 14,60 que incluso se antojaba discreto, pero además ese año repitió título mundial con 14,90 en China.
2016 fue el año soñado para la antioqueña. Un salto de 15,17 le permitió montarse en lo más alto del podio olímpico en Río de Janeiro. Y los triunfos no pararon ahí, por cuarto año consecutivo venció en la Liga Diamante, en esa oportunidad con un 14,66 que le sirvió para ratificar su hegemonía.
Pero las marcas de los últimos eventos confirman un declive de Caterine y no la evolución de sus rivales, porque en Liga de Diamante Rypakova ganó con un discreto 14,55 que también está lejos de sus mejores números, el 15,11 en los Olímpicos de Pekín y los 14,98 de los Olímpicos de Londres.
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Marcas que muestran que desde que consiguió el oro olímpico en Río, la de Apartadó no volvió a superar la barrera de los 15 metros y que hoy está lejos de sus mejores momentos, lo que sirve para concluir que no es que las aspirantes al trono la estén superando, sino que la Reina dejó caer su corona.