La política, de Santos a Duque

Autor: Nacho
4 agosto de 2018 - 02:00 PM

Expertos, analistas y políticos hacen un balance de lo que hizo y dejó de hacer Santos en el campo político, y los desafíos que en este campo le esperan a Duque.

Nacho

En el proceso de transición y de empalme del gobierno saliente de Juan Manuel Santos al entrante de Iván Duque Márquez hay tres asuntos en el campo netamente político que copan el interés de los analistas y observadores en torno a que deja y no hizo el primero y que desafíos asumirá el electo presidente tras su posesión.
Ese trío de temas en lo político son el proceso de paz, la reelección y el estatuto de la oposición.
Aunque el proceso de paz merece un capítulo aparte, no hay un tema más político que la paz, pues es transversal a todo lo que tiene que ver con un sistema o régimen político en un país y con más razón en Colombia.
Y la prohibición de la reelección, sobre todo la presidencial, por el impacto negativo que produjo en el clima político de la nación, lo que no debió haber pasado, también fue uno de los hechos para tener en cuenta a la hora de los arqueos en el inminente cambio de gobierno.
Santos deja la no reelección y Duque anticipó que no la reviviría. Y también le deja una implementación incompleta en la reinserción de las Farc y el interés radica en lo que harán los uribistas en este delicado campo.
Paralelo a estos dos tópicos, Santos le deja a Duque un estatuto de la oposición para estrenar, sobre lo cual hay mucha inquietud por la masiva votación del candidato de la izquierda y los augurios de un cuatrienio con mucha protesta social.
Estos tres elementos, pero también otros, fueron los mencionados en el área política por un amplio grupo de profesores, políticos, periodistas, analistas y estrategas consultados para despedir a Santos y darle la bienvenida a Duque.

Desde la academia
El profesor del Externado, Carlos Arias consideró que el único logro de Santos en lo político fue la vinculación de un grupo armado ilegal con 50 años en la lucha armada a la vida política, así sea a medias y con una precaria estructuración en lo jurídico, pero importante como inicio en los fenómenos de participación política para mitigar el conflicto.
Entre tanto, estima que no se hizo una verdadera reforma política que le brinde la posibilidad al sistema electoral de ser autónomo y confiable a los ojos de los ciudadanos, prueba de ello es el criticado CNE.
Y para este docente Iván Duque debe cumplir con el anhelo de paz de los colombianos con una pronta implementación de la JEP  y generando los mecanismos necesarios para garantizar la participación política del partido de la Farc con criterios de verdad y justicia para las víctimas.
Su colega de Eafit, David Suárez, va al grano y dijo que el Estatuto de Oposición es lo mejor que apartó en política el santismo, mientras que quedó en duda con la democratización de los partidos políticos, que su vez es el reto de Duque, además de darle aplicación al estatuto de la oposición, brindándole garantías a la oposición, que incluye el respeto a las protestas que se le vendrán en su cuatrienio.
En cambio el catedrático de Unaula, Rodolfo Correa, resaltó como gran logro de Santos al régimen político la Ley 1475 del 2011, pues esta norma estatutaria de partidos y movimientos políticos generó mayores niveles de transparencia y claridad en las reglas del ejercicio democrático.
Le criticó al gobierno saliente que no fue capaz de hacer el mayor aporte requerido por el régimen político: la eliminación del voto preferente, eje de la corrupción electoral. 
En su concepto el desafío de Duque es la generación del sistema parlamentario, la eliminación del voto preferente y la reforma a la justicia.

Estrategas y analistas
El agudo comentarista político Diego Corrales le reconoce a Santos los espacios de participación política que obtuvieron las Farc, el estatuto de oposición, la eliminación de la reelección y el haber mantenido una coalición pro gobierno durante el mayor tiempo del mandato.
Pero le faltó no haber liderado una verdadera y profunda reforma política.
Sobre Duque dijo que tiene el desafío de proyectar un estilo de gobierno parecido al de la campaña,  aguantar la permanente presión de la oposición y realizar un buen gobierno que le permita al CD mantener el liderazgo político.
Para el asesor en comunicación política Miguel Jaramillo Luján en los dos periodos de gobierno de Santos hubo sólo un camino empedrado de buenas intenciones que no supo abordar las instancias y la gestión de las reformas con una metodología adecuada con menos mermelada o cuartos oscuros. “Santos, hábil y poco apegado a la lealtad política, no supo jugar el póker de reformas importantes para el país como la reforma política”.
Consideró que el peor vacío en materia de decisiones políticas de Santos está representado en la forma precipitada como el Ejecutivo pretendió copar los vacíos de poder territorial dejado por las Farc y la improvisada forma de generar los marcos legales y políticos para el desmonte de este grupo al margen de la ley.
Y estimó que desde el 7 de agosto el nuevo presidente debe comenzar a cumplir sus promesas de campaña en relación con el proceso de paz con las Farc, el sistema de justicia especial para estos procesos y las calidades de los delitos cometidos por integrantes de este grupo luego de la firma del acuerdo.
A su turno, el analista Guillermo Mejía defendió la decisión de Santos de integrar a las Farc al sistema político y terminar la confrontación militar, pero lo que no se hizo fue terminar con los llamados cupos indicativos, llamados mermelada, porque esa figura ha corrompido a los congresistas y a muchos alcaldes y gobernadores.
A Duque le pidió no volver trizas el acuerdo logrado con las Farc. “No me gusta que Márquez esté en Florencia esperando que el nuevo gobierno muestre sus verdaderas intenciones. Volver a la guerra con las Farc sería un desastre que no admitiría la comunidad internacional”.
Recomendó al Ejecutivo entrante reorganizar el sistema electoral, conjuntamente con el Congreso y el órgano electoral.
El abogado y conjuez Martín Cardona también aplaudió la prohibición de la reelección por los enfrentamientos que generó, pero le criticó a Santos el acto de egolatría de convocar sin necesidad el plebiscito por la paz, que perdió contra todos los pronósticos, hecho político que exacerbo la polarización entre los colombianos.
En cuanto a Duque dijo que tiene el desafío personal e institucional de acabar con la polarización entre los colombianos y dejar claro que “somos amantes de la paz, pero que muchos no concebimos un acuerdo con las Farc con perdón, olvido y premio”.
Para el analista político Carlos Andrés Pérez el presidente Santos intentó reformar la manera de hacer política en Colombia, pero lo hizo muy tarde y ligado a la paz.
“La reforma política estuvo pensada dentro del acuerdo con las Farc, pero la polarización hizo que se perdiera una buena oportunidad de fortalecer a los partidos, por ejemplo con las listas cerradas”.
Consideró que claramente no deja una huella en este tema y eso hace que el presidente Iván Duque pueda presentar una reforma de fondo, no como los pañitos de agua tibia que se vienen discutiendo en el Congreso desde el año 2000.
“Como esta será una presidencia de cuatro años, sin reelección, Duque tiene que presentar este tipo de reformas -que son impopulares dentro de la clase política-, muy al principio de su mandato, para poder tener margen de maniobra”.

Los periodistas
Con todos sus errores, el proceso con las Farc según el periodista político Fernando Vera tiene profundas repercusiones a largo plazo, pero para este comunicador, Santos se equivocó al no acatar el mandato popular con el plebiscito y dejó ver que es un mal perdedor y se apoyó en corifeos que sólo quieren aumentar sus egos.
De Duque comentó que deberá atender las muchas expectativas de medio país. “Su gobierno tendrá que posibilitar con creces la continuidad del Centro Democrático y no ser la puerta de entrada de un gobierno que surja del malestar ciudadano, lo que originó el triunfo de Chávez en Venezuela y ahora el de López Obrador en México”.
Según la comunicadora Claudia Posada, Santos impulsó y sacó adelante políticas sociales mediante leyes y decretos que hacen de Colombia hoy un país mucho más acorde con lo establecido en la Constitución del 91. Pero para ella el proceso de paz con las Farc merece un capítulo aparte.
Y  el próximo presidente deberá demostrar que su talante lo hace gobernante apegado a sus propios principios y compromisos, sin desconocer la lealtad y afectos al expresidente y senador Álvaro Uribe.


Qué dicen los políticos
La crítica senadora Paola Holguín admite que un cambio importante en la era Santos fue eliminar la reelección, aunque lo haya hecho después de beneficiarse de ella. 
Además dijo que no fue capaz de darle al país una verdadera reforma política y electoral, que son los retos que asume Duque.
En cambio para el representante a la Cámara, Nicolás Albeiro Echeverry lo principal que hizo Santos en política fue el estatuto de la oposición y los intentos de establecer las listas únicas.
Lamentó que no haya podido implementar los acuerdos de paz, lo que le va a costar mucho al país.
Aceptó que el desafío de Iván Duque es hacer la verdadera reforma política integral, revisando umbrales, con la democratización interna de los partidos, con la carnetización partidista, con financiación pública de las campañas políticas y con listas cerradas.
Su compañero de fórmula en el Senado, Juan Diego Gómez, dijo que lo principal de Santos fue prohibir la reelección y darle vida al estatuto de la oposición porque fortalece la democracia.
También cuestionó que no se haya acabado con las  listas con voto preferente para sanear el sistema político electoral.
Para este senador el mayor desafío que tiene Iván Duque es buscar el entendimiento con las bancadas en el Congreso, bajarle el tono al clientelismo o a la mal llamada mermelada, avanzar hacia las listas cerradas y buscar un consenso entre los partidos para una verdadera reforma política.

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