La plutocracia al poder

Autor: Rafael Bravo
11 diciembre de 2016 - 12:00 AM

Los pasos dados por el presidente electo Trump marcan lo impredecible que será su gobierno. Tantas promesas de campaña que parece solo fueron retorica vacía e imposibles de cumplir. En el campo doméstico, las contradicciones no dejan de sorprender: acabar con la Ley de Salud sería su primer acto de gobierno. Ahora Trump y el partido republicano mataron el tigre y no saben qué hacer con los restos. 

Los pasos dados por el presidente electo Trump marcan lo impredecible que será su gobierno. Tantas promesas de campaña que parece solo fueron retorica vacía e imposibles de cumplir. En el campo doméstico, las contradicciones no dejan de sorprender: acabar con la Ley de Salud sería su primer acto de gobierno. Ahora Trump y el partido republicano mataron el tigre y no saben qué hacer con los restos. No hay consenso sobre como derogarla y reemplazarla pues aunque son muchos los detractores, también hay millones que se han beneficiado de la misma. El elegido como Secretario de Salud y Servicios Sociales es el congresista Tom Price, feroz opositor de Obamacare y abierto a la privatización del Medicare (programa que cubre la salud de los ancianos).
El entonces enemigo del gigante Goldman Sachs al que calificó de banco corrupto, ahora la elige, llenando el gabinete de banqueros con vínculos a esa entidad. La promesa de vetar el ingreso de todos los musulmanes provenientes de países aliados con el terrorismo va a terminar en una investigación de antecedentes para todos los inmigrantes. La construcción de un muro en la frontera que fue uno de los argumentos favoritos queda en entredicho por su efectividad y costo. 
El futuro de las órdenes ejecutivas promulgadas por Obama protegiendo a los jóvenes indocumentados o Dreamers es incierto. Mientras hay quienes se oponen radicalmente a una protección temporal e insisten en que deben ser salir del país en su condición ilegales, el propio Trump sorpresivamente se ha mostrado dispuesto a estudiar alternativas que permitan una legalización a través del legislativo.
La negociación con la multinacional Carrier impidiendo trasladar su operación a México, no es otra cosa que un subsidio al gran capital contrario a los postulados del partido republicano de evitar la intervención del estado en los asuntos privados y en una guerra de palabras a través de Twitter, el medio de preferencia de Trump para debatir y anunciar  los nombramientos y políticas de la administración próxima a posesionarse. 
Si hay algún indicio de lo que nos trae Trump con los hasta ahora nominados al gabinete es que gobernará con una élite de multimillonarios, gente que aportó sumas considerables a su campana y personajes que le fueron leales desde un comienzo. Como secretario del Tesoro llega Steven Mnuchin antiguo socio de Goldman Sachs quien sirvió como encargado de las finanzas y quien personalmente hizo aportes por valor de 430.000 dólares. 
Wilber Ross otro magnate caracterizado como inversionista en compañías al borde de la quiebra será el secretario de Comercio, un cargo fundamental para implementar las políticas proteccionistas que buscan proteger el empleo frente a países como China y México. La secretaria de Educación proviene de una de las familias que mayor dinero aporta al partido republicano mientras la secretaria de Trabajo lo ocupara el CEO de una firma del sector de la comida rápida y también aportante a la causa trumpiana, abiertamente opuesto a un incremento del salario mínimo.
Con enorme expectativa el país está a la espera de conocer quien manejará las relaciones internacionales y cuál será el papel de los Estados Unidos en la diplomacia global. Isis, Rusia, el Medio Oriente y Cuba son temas en los cuales la administración Obama ha avanzado y que con seguridad tendrán un tratamiento diferente durante un gobierno Trump cuyo desconocimiento de la política exterior es algo evidente.
Fiel a su estilo poco convencional de hacer política Trump enfrenta un gran desafío de gobernar alejado de los vicios tradicionales y cumplir con su electorado. Hasta el momento, muchos de sus movimientos han desconcertado tanto a simpatizantes como opositores.

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