Una buena alimentación en la edad escolar es determinante para el desarrollo de los niños, así lo afirma la FAO. En Colombia, uno de cada diez niños sufre desnutrición y dos de cada diez obesidad, según datos de la última Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia (Ensin), realizada en el 2010 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Instituto Nacional de Salud (INS) y el Bienestar Familiar. Hasta ahora no se publican datos oficiales más actualizados. Este año deben publicar los resultados de la Ensin 2015, los cuales están retrasados. 

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Natalia Zuluaga Arroyave, nutricionista-dietista, explicó que la dieta en los niños depende del peso y la estatura, “por lo que se deben calcular las necesidades nutricionales de forma personalizada. Pero es importante que incluya todos los grupos de alimentos, eso sí, moderando el consumo de azúcares, puesto que los carbohidratos se pueden conseguir de otras fuentes”. También señaló que no se deben hacer ayunos prolongados.
Los niños requieren de un buen consumo de frutas, verduras y cereales integrales, que son ricos en vitaminas, minerales y fibra, para un crecimiento físico y  cognitivo óptimo, explicó la experta.

¿Inapetencia?
Cada mañana, Patricia Gallego organiza el desayuno de su hijo de 10 años, que acaba de iniciar quinto de primaria, para luego despacharlo para la escuela. Pero comúnmente se encuentra con el problema de que él no quiere comer.
“Es muy complicado, antes pensaba que era porque perdía el apetito, pero me he dado cuenta que lo hace por llevar la contraria. No sólo es en la mañana: ‘Que no quiero arepa’, ‘que no quiero sopa’, ‘que eso sabe a cebolla’. Otras veces pide algo y no se lo come. Hay épocas en las que simplemente come bien. Lo que quiere es comer mecato y comida chatarra todo el tiempo y no pienso permitirle eso”, señaló la madre.
La nutricionista-dietista Beatriz Parra, magíster en Ciencias Básicas Biomédicas, explicó que no es común que un niño sano pierda el apetito porque está en continuo crecimiento y desarrollo. Sin embargo, “en algunas etapas puede disminuir porque la velocidad de crecimiento se desacelera. Además, los niños son propensos a sufrir enfermedades que disminuyen el apetito. También algunas deficiencias nutricionales, por ejemplo de zinc, pueden afectar el sentido del gusto y por lo tanto negativamente una adecuada alimentación”.  
Parra indicó que si el niño está enfermo, “debe recibir tratamiento médico y, mientras se resuelve su problema de salud, se debe estimular su apetito con pequeñas porciones de alimentos que sean agradables para él, que se deben ofrecer mayor número de veces al día y tener alta densidad de nutrientes y calorías: coladas, jugos en leche, sopas en crema”. 
“En ningún caso se debe forzar al niño a comer mediante sobornos, premios o castigos; esto va creando conductas alimentarias inadecuadas que más adelante pueden repercutir negativamente en su estado de salud”, concluyó la nutricionista.

Primeros años
“Un niño que no se ha nutrido bien en los primeros 5 años llega con desventajas a la edad escolar. Puesto que en la gestación y en los primeros  2 años se forma el 80% del cerebro”, señaló Diana Pineda, nutricionista de la Fundación Éxito.
A los seis meses, la alimentación deja de ser exclusivamente de lactancia e inicia la alimentación complementaria, según explicó Pineda. La OMS recomienda que se inicie gradualmente con frutas, verduras, papillas y más adelante lenteja, garbanzos y otros granos.
La nutricionista apuntó que desde esa edad se forjan los hábitos alimenticios, “para lograr que el escolar tenga una dieta adecuada es muy importante que conozcan estos alimentos desde esa edad en un ambiente propicio, si se intenta que a los 7 años inicie a comer verduras es normal que las rechace”.
Pineda expresó que es muy importante que los niños en los primeros años tengan un alto consumo de ácidos grasos esenciales de origen vegetal necesarios para la adecuada formación del cerebro, los cuales se pueden obtener de aceite de canola, aguacate, nueces y almendras.
La FAO considera la escuela como un lugar ideal para la enseñanza de conocimientos básicos en alimentación, nutrición y salud, “las escuelas educan a los niños en la edad en que se están formando los hábitos alimentarios y de salud, y también llegan a las familias, la comunidad escolar y pueden ser un canal para la participación de la comunidad en general”.
Una alimentación correcta durante la edad escolar permite a los niños crecer saludables. La malnutrición, tanto por déficit (desnutrición) o por exceso (sobrepeso y obesidad), puede tener resultados indeseados a corto y largo plazo, indica la FAO.

Desnutrición
Estado nutricional y desarrollo psicológico. Un estudio comparativo transversal en población infantil de Susana Di Iorio concluye que la desnutrición en menores de un año es causante de serias deficiencias en las destrezas motoras y psicológicas.
Según datos de la Ensin, el 13,2% de los niños menores de 5 años en Colombia sufren desnutrición crónica, destacándose la situación de los pequeños de comunidades indígenas , donde esta cifra asciende al 29%. La organización Save The Children asegura que los niños con desnutrición crónica presentan un 20% menos de posibilidades de aprender a leer que un niño en condiciones alimenticias normales.
Sumado a esto, las cifras de mortalidad por y asociada a la desnutrición en menores de 5 años en 2016 fue la mayor desde que el Instituto  Nacional de Salud (INS) lleva registro: 303 muertes por esta causa. Los números pueden ser más altos, según otras fuentes. 
El Código de la Infancia y la Adolescencia establece que el Estado colombiano tiene la obligación de “prevenir y erradicar la desnutrición”.

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Obesidad
La Ley 1355 del 2009 define a la obesidad y las enfermedades crónicas asociadas como un problema de salud pública, prioritario y de interés nacional.
Pineda argumentó que el aumento en la obesidad infantil es causado por el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios, destacando el alto consumo de frituras y azúcares. La obesidad infantil en Colombia es de un 20%, según la Ensin.
Como medidas para enfrentar este problema, la OMS recomienda aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos;  reducir el consumo de grasas y sustituir las de origen animal por las vegetales; reducir el consumo de azúcares, sobre todo las procesadas y realizar actividad física diaria.

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La lonchera
Zuluaga Arroyave recomendó que a la hora de hacer la lonchera los padres eviten las azúcares y productos de alto contenido graso. Ella sugirió sustituir ciertos alimentos, por ejemplo, en lugar de galletas con cubierta de chocolate, optar por galletas saladas. También resaltó que es muy importante que los niños lleven frutas y reduzcan el consumo de productos dulces a una vez por semana. El líquido debe ser jugos naturales o productos lácteos, no gaseosas ni refrescos. En las imágenes pueden apreciar algunas recomendaciones de lonchera que hacen los expertos: