Niños, niñas y adolescentes claman por la vida y sus derechos.
La crueldad de la muerte de Génesis Rúa, en Fundación (Magdalena), una pequeña de apenas 9 años que fue abusada, asfixiada y luego incinerada, y el infame secuestro del niño Cristo José, de 5 años, retenido por hombres armados en El Carmen (Norte de Santander) y por fortuna liberado siete días después en la misma zona del Catatumbo, retratan la ferocidad y la barbarie que se ensañan en Colombia contra los niños, niñas y adolescentes (NNA).
Son apenas dos de los últimos hechos que han estremecido al país y al mundo, que sucedieron en menos de una semana, entre el 29 de septiembre y el 3 de octubre, y que para el infortunio patrio le dicen al mundo que es verdad que en Colombia los NNA viven en permanente riesgo. Que el peligro y el miedo son, en consecuencia, sus más fieles y permanentes compañías.
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En su informe de 2017, En deuda con la Niñez, Save the Children, la organización no gubernamental que trabaja por los derechos de la niñez, dice que “Colombia es el cuarto país del mundo donde se asesinan más niños y niñas”.
Según las cifras que revela el informe, de los 200 niños y niñas que son asesinados diariamente en el mundo, dos suceden en Colombia, que además ocupa el puesto 118 entre los países que menos respetan los derechos de la niñez, por debajo de naciones como Ruanda, India, Estados Palestinos o Ghana, además de que es el quinto país del mundo del mundo donde la niñez sufre más el conflicto armado, por encima de Afganistán, Iraq, Yemen, Sudán y Eritrea.
Pero lo más triste y preocupante es que las cifras oficiales son incluso más alarmantes. En el informe Forensis 2017, de Medicina Legal y Ciencias Forenses, se reportaron 775 muertes violentas de menores entre los cero y 17 años; se registraron 10.385 casos de violencia y se practicaron 23.798 exámenes médico-legales por presunto delito sexual contra ese mismo grupo poblacional de NNA.
Por violencia intrafamiliar en ese mismo periodo se realizaron 27.538 exámenes médico-legales, de estos, 10.385 (37,71%) se hicieron a menores. Y de acuerdo con los datos de la violencia contra NNA, para el decenio 2008-2017 en el país se conocieron 118.794 casos, siendo el 2011 el año con el mayor número de eventos y el 2013 el menor. Y aunque, según esas cifras, la tendencia se mantiene hacia el descenso, se observa que el año 2017 presentó un leve incremento del 3,01%, equivalente a 303 casos, en comparación con el 2016.
Factores y agresores
El inventario de Medicina Legal también permite deducir que, inexplicablemente, es el hogar donde más peligro tienen los NNA. De los casos reportados por violencia intrafamiliar contra menores, dice el informe Forensis, el 58,76% fueron causados por padres y madres; pero en esa desafortunada lista también aparecen padrastro, encargados del cuidado, hermano(a), abuelo(a), madrastra, primo(a), cuñado(a), suegro(a) y otros familiares civiles o consanguíneos.
En ese sentido, En deuda con la Niñez también señala que por los eventos conocidos “se evidencia que las niñas y mujeres adolescentes son las más afectadas” de todo tipo de agresiones; sin embargo, las cifras no difieren mucho con las observadas en los niños y hombres adolescentes. Pero en términos generales, el grupo más afectado es el comprendido entre los 10 y 14 años, seguido por el grupo de los 5 a 9 años, aunque llama especial atención que en los grupos de 0 a 4 y 5 a 9 años hubo más víctimas hombres.
Según Forensis, los principales factores desencadenantes de agresiones intrafamiliares fueron la intolerancia y el machismo.
Un escenario que reclama especial atención de las autoridades en Antioquia, pues por departamentos ocupa el deshonroso primer lugar con el mayor número de eventos, aunque por la tasa del número de habitantes la vergonzosa clasificación la encabezan Casanare, Arauca, Bogotá DC, Meta y Amazonas.
Conflicto armado y trabajo infantil
Pero no sólo la violencia intrafamiliar, el abuso y el acoso sexual en las calles, barrios e instituciones educativas son espacios donde habita el riesgo para los menores. El conflicto armado también es un actor que ha cobrado la vida y pone en riesgo el bienestar físico, mental y moral de NNA.
En deuda con la Niñez da cuenta de que “el Registro Único de Víctimas evidencia que existen más de 2.400.000 niños y niñas víctimas de algún hecho relacionado con el conflicto armado. Esta cifra representa más del 10% de la población infantil en Colombia”.
Por su parte, la Dirección para la Acción Integral contra Minas Antipersonal reporta que 1.168 niños, niñas y adolescentes fueron víctimas desde 1.990 hasta la fecha. De ellos, 246 perdieron la vida y los otros 922 quedaron gravemente heridos, incluso con secuelas físicas y sicológicas.
Además, un número no precisado de niños y niñas víctimas de reclutamiento forzado nunca regresaron a sus hogares, por lo que hoy no se sabe qué pasó con ellos.
A eso hay que sumarle que Colombia no escapa al preocupante panorama mundial que procede del trabajo infantil. Según las cifras de investigaciones, cerca de un millón y medio de NNA en Colombia son víctimas del trabajo infantil, situación que, lejos de aportar para su formación, pone en riesgo sus vidas, su salud y los ubica en un alto grado de vulnerabilidad.
Día de la Niña
De las violencias de género, los abusos sexuales son tal vez las que más afectan a las mujeres, y de manera específica a las niñas y adolescentes.
Por eso, en el Día Internacional de la Niña, que se celebra este jueves 11 de octubre, el principal propósito en Colombia y muchos países del mundo es acabar con la violencia sexual, abogando por un contexto de respeto e igualdad, sin prejuicios.
“La violencia sexual es el sometimiento de la voluntad de una persona sobre otra que se encuentra en estado de vulnerabilidad o indefensión…y es una de las formas más extremas de vulneración de los Derechos Humanos de las Mujeres, usada de forma recurrente y generalizada en medio del conflicto armado, pero que encuentra en el ámbito doméstico el principal escenario utilizado por los agresores para dar muestras de su poder de dominación a través de la apropiación del cuerpo femenino”, dice el XVI Informe sobre la situación de derechos humanos de las mujeres en territorios de Medellín y Antioquia, con énfasis en violencias sexuales contra niñas y adolescentes, presentado recientemente por la Corporación Vamos Mujeres, la Corporación para La Vida Mujeres que Crean y la Corporación Educativa Combos.
Según la ONU, como promotora de esta conmemoración, en medio centenar de países no hay siquiera leyes que protejan a las mujeres de la violencia doméstica, y eso las hace mucho más vulnerables, especialmente a millones de niñas que trabajan informalmente o en fábricas y tienen que asumir las tareas domésticas y el cuidado de sus mayores, muchas de ellas sin opción de ir al colegio o continuar sus estudios.
ONU también alerta sobre el matrimonio infantil y el embarazo temprano, que condicionan el futuro de muchas de esas niñas, además de la abominable trata, por lo que el llamado es a toda la sociedad y las autoridades para que legislen pensando en proteger cada vez más a las niñas, por la igualdad de género, el derecho a la educación, al trabajo decente y a participar en la toma de decisiones políticas y económicas, pero también apunta a la promoción de programas que ayuden a “reconocer y valorar el trabajo doméstico no remunerado, con políticas de protección social, e impulsando la responsabilidad compartida en el hogar y la familia”.