Los comentarios, hipótesis y desacuerdos en torno a Hidroituango han creado más dudas que certezas entre los antioqueños. En medio del tráfico de versiones, aún no se vislumbra la normalización del proyecto.
La contingencia en el proyecto hidroeléctrico Ituango (Hidroituango) se ha extendido por casi cuarenta días en los que ha salido a flote información oficial emitida por EPM, compañía a cargo de esta megaobra, y de igual manera por parte de otros sectores ajenos al personal interno de la generadora.
En medio de este flujo informativo, se presentó un cruce de palabras entre el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, a razón de que este último puso en tela de juicio la veracidad de los partes entregados por las Empresas Públicas acerca del estado de la central.
Aunque el mandatario de los antioqueños aseguró que era inoportuno darle credibilidad a una sola voz, el titular de la Alcaldía medellinense replicó al asegurar que la compañía en cuestión le había presentado todos los escenarios posibles que podrían acontecer en la hidroeléctrica y su impacto para las comunidades aguas abajo, que se mantienen en alerta y habitando en albergues.
Esta situación ha conllevado a la opinión pública y a los medios a plantear unas preguntas que respondan a la incertidumbre que rodea actualmente a Hidroituango: cuál es su presente y su expectativa de vida, se podían prever los riesgos en el cañón que alberga el proyecto y cuál es la responsabilidad de la ingeniería colombiana allí.
El vicepresidente de generación de energía de EPM, Carlos Alberto Solano, explicó que en este momento la central continúa en estado de riesgo alto, por ende, advirtió que las poblaciones ribereñas deben ser “muy cuidadosas” con todos los avisos que emitan las autoridades.
Dilucidó que en los últimos días la situación ha estado estable, “no ha habido ningún cambio significativo, aunque seguimos teniendo tres grandes riesgos”. El primero de ellos, aclaró Solano, es el tema geológico en el lado derecho de la montaña en donde se adelantan las obras. Esto según el experto, se está monitoreando para establecer el verdadero peligro que suscitan los movimientos de tierra.
El segundo riesgo latente se aloja en la presa, “ahí seguimos avanzando positivamente pero debemos continuar observando ese lleno prioritario que hicimos y debemos implementar una estrategia que finalmente nos permita llevar la presa a unas condiciones iguales o similares a las del diseño original”, reveló el alto ejecutivo.
Y en último lugar, indicó que se ha registrado otro contratiempo a causa de un túnel que se destaponó de manera natural y genera un escape no planeado de agua. No obstante aseguró que se está trabajando “muy fuerte” para sellarlo de manera definitiva.
En la medida en que estos riesgos se vayan mitigando, precisó Solano, seguramente estarán dadas las condiciones para que las autoridades puedan bajar las alertas que hoy día, y por prevención, mantienen en vilo a los lugareños del Bajo Cauca antioqueño, aún así, mencionó que de momento no es posible entregar una fecha estimada en la que se normalice la situación.
En cuanto a la premonición de la resistencia que ha puesto la montaña al proyecto, el vicepresidente reiteró que los estudios geotécnicos previos a la construcción fueron realizados por un grupo de expertos internacionales, quienes además contaban con amplia experiencia en este campo.
Citó que en determinado momento, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) pensó en brindar apoyo a EPM enviando un conjunto de especialistas extranjeros con reconocida trayectoria en geología y construcciones hidroeléctricas, pero ellos ya estaban en el equipo de trabajo reunido por la compañía.
“Aquí hay un tema de ingeniería a nivel internacional, no podemos decir que sea solo colombiano. En este momento hay una gran cantidad de ingenieros locales, pero también de otros países, quienes han estado involucrados en el proyecto desde su inicio”, subrayó Solano.
Agregó que los profesionales foráneos han evaluado cada una de las decisiones que se han tomado durante la contingencia y aseveró que gracias a ese acompañamiento es posible afirmar que “se ha actuado con toda responsabilidad, con todo el rigor y con las mejores prácticas de la ingeniería en este proyecto”.
Así mismo, recordó que la ingeniería no es una ciencia exacta y en ningún caso puede sentenciarse que no habrán fallas. En este orden de ideas, respondió a los cuestionamientos públicos que surgieron en torno a la labor de los ingenieros nacionales defendiendo que buscar la perfección en cualquier obra civil incrementaría exorbitantemente los costos, tanto así, que haría inviable cualquier proyecto.
Sobre la generación y transmisión de tantas versiones y comentarios respecto a lo que sucede en Hidroituango, el alto ejecutivo dijo que “todos los días hemos buscado con toda transparencia dar al público en general la información que se ha ido produciendo en el proyecto, informarles de las circunstancias que allí hay, de los riesgos y de su posible evolución”.