La firmeza que requiere el SIN en estos momentos sólo la puede garantizar la generación con carbón, el recurso energético más abundante en Colombia y de menor costo
El Fenómeno del Niño del año 2014 ha puesto de manifiesto que las reservas de gas natural que dispone el país, así como la capacidad de producción y transporte del hidrocarburo son insuficientes para atender las demandas de los sectores termoeléctrico e industrial.
Ahora analicemos el escenario energético que se vislumbra para el país por causa del grave accidente de Hidroituango, y consecuente retraso en su entrada como generador al Sistema Interconectado Nacional-SIN. Según XM, entidad encargada de la operación del SIN y de la planeación del sector eléctrico colombiano, a partir del 2022 se podría presentar déficit en la oferta de energía eléctrica y el consecuente apagón. Esto significa la necesidad de una mayor generación térmica, que son las únicas plantas que se pueden instalar en cortos periodos de tiempo y que además garantizan producción de energía firme, es decir que no dependen de la hidrología, tal como la analizamos en anterior columna (Energías renovables y cambio climático).
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El balance de la energía firme, sin Hidroituango, proyectado hasta el año 2030 elaborado por la Comisión de Regulación de Energía y Gas-Creg muestra la gran dependencia del sector eléctrico colombiano del gas natural importado. Para que este gas pueda complementar la oferta se requiere el montaje de una planta de regasificación el Buenaventura, proyecto que según expertos sólo entraría en operación después del 2022. Pero la gran incógnita es el precio futuro del gas y/o de otros hidrocarburos sustitutos, como ya paso con el pasado fenómeno del Niño, cuando, por razón del alto precio de los combustibles líquidos, los precios de la energía saltaron desde $150 el kilovatio-hora hasta 1.900.
En estas circunstancias, la Creg tiene previsto convocar próximamente una subasta adicional del Cargo por Confiabilidad (pago al generador por tener las plantas disponibles, cuando el SIN lo requiera), con el fin de incentivar el desarrollo de nuevas plantas de generación eléctrica. La firmeza que requiere el SIN en estos momentos sólo la puede garantizar la generación con carbón, el recurso energético más abundante en Colombia y de menor costo. Para Antioquia esta es la oportunidad de revivir el proyecto carboelectrico del Sinifaná, basado en la gasificación previa del recurso mineral, proceso que se puede optimizar con las nuevas tecnologías hoy disponibles para la reducción de las emisiones de CO2.
La Facultad Nacional de Minas-Faminas, en un principio con el apoyo de las universidades Pontificia Bolivariana y Antioquia, inició hace unas dos décadas un proyecto de investigación para la industrialización de los carbones antioqueños, cuyo primer resultado fue el diseño, construcción y montaje de dos gasificadores que han estado operando de manera exitosa durante más de diez años en la Ladrillera San Cristóbal de la ciudad de Medellín, donde se utilizan para el secado de las arcillas y para el quemado del producto cerámico. Por otro aspecto, los avances alcanzados para un proyecto de gasificación a alta presión del carbón que actualmente desarrolla Faminas, permiten disponer de los equipos, el conocimiento y la ingeniería, claves para completar el proyecto de gasificación de los carbones antioqueños, que se presenta enseguida.
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La Universidad Nacional con su Facultad de Minas, consciente de su responsabilidad como primer centro de investigaciones con que cuenta el país, ha estado avanzando en la implementación de tecnologías limpias para la combustión del carbón, proyecto que se orienta hacia cuatro objetivos fundamentales: 1) Asegurar el suministro de energía eléctrica firme al SIN. 2) Sustitución parcial de la demanda de gas natural importado. 3) Reducción de las emisiones de CO2 y 4) Creación de empleo en la zona minera de la Cuenca del Sinifaná (suroeste antioqueño). En este propósito la generación de electricidad con el gas de carbón, la producción de metano para consumo directo por la industria y hogares y los derivados carboquímicos se perfilan como los desarrollos industriales que, en el corto plazo, requiere impulsar nuestro departamento (y el país).
La producción de gas de síntesis (syngas), a partir del carbón o de una mezcla de carbón y residuos agroindustriales (biomasa), significa para nuestra región la posibilidad de obtener productos de alto valor agregado y comercial, con procesos ambientalmente sustentables.
La planta de gasificación en estudio se ubicaría en el corregimiento de Bolombolo (municipio de Venecia) o en el municipio de Fredonia, para provechar las reservas de carbón conocidas en el bloque Venecia-Bolombolo (57 millones de toneladas probadas) o en el bloque Las Mercedes en Fredonia (3 millones de toneladas probadas).
La demanda de carbón para la planta de gasificación en estudio sería de unas 150.000 toneladas por año para la producción de 2.500.000 mbtu/año (millones de unidades térmicas británicas por año) de syngas. Como dato de referencia, en el año 2014 el consumo de gas natural en el departamento de Antioquia, sin sector eléctrico, fue de 50 millones de pies cúbicos diarios, equivalentes a 18.000 millones de mbtu/año.
Conjuntamente con los profesores Farid Chejne y Luis H. Sánchez estamos divulgando entre el sector empresarial antioqueño un documento preliminar, descriptivo del proyecto de gasificación de los carbones antioqueños, que esperamos pueda suscitar el interés de la inversión privada.