ProUrabá es la cosecha de una región que con grandes esfuerzos y a pesar de las inclemencias de la soledad, los estereotipos y la violencia, ha sembrado vida.
Celebrar los 30 años de la Fundación Unibán y con este el de las fundaciones sociales de la industria bananera, hecho acontecido el pasado octubre, fue oportunidad para que las instituciones y organizaciones representativas de Urabá se detuvieran a analizar lo acaecido en tres décadas que transformaron la región, la industria bananera y a toda la sociedad urabaense. Lo hicieron para reconocer logros alcanzados con gran esfuerzo, también para fijarse el rumbo que le permite a esa sociedad trazar sus líneas de futuro y trabajar para construirlas.
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En la senda de realizaciones, Urabá tiene para mostrar la paz laboral, construida cuidadosamente por Augura y Sintrainagro, que es ejemplo internacional; con ella, la calidad de vida de los trabajadores bananeros y la promoción de iniciativas emprendedoras en el sector platanero. También puede alardear de su desarrollo en educación y, por supuesto, de la capacidad de empresarios que ocupan el quinto lugar entre los exportadores mundiales de banano y el tercero entre exportadores de plátano. Tales ventajas, de suyo significativas, se ven impresionantes si se considera que han sido logradas a pesar del abandono del Estado colombiano y el centralismo agobiante de las instituciones públicas y privadas de Antioquia, con la honorable excepción de la Universidad de Antioquia. Y se notan titánicas por haberse alcanzado a pesar de haber sido Urabá territorio usado por guerrillas y paramilitares para combatir al Estado y enfrentarse entre sí, y de seguir siendo abusado por las organizaciones narcotraficantes.
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La experiencia acumulada y la determinación de los actores empresariales, sociales, sindicales e institucionales más representativos de Urabá por dar un nuevo paso por el desarrollo de la región alimentó el sueño de crear una alianza que los recogiera, les permitiera interlocuciones permanentes y que fuera pilar para potenciar el desarrollo de Urabá. Se forjó así la iniciativa de crear ProUrabá, institución que toma forma en la fundación que hoy nace a la vida jurídica reuniendo a gremios, empresarios, fundaciones y a Sintrainagro, y convocando, además, a los restantes actores públicos y privados para sumar esfuerzos para dar impulso a Urabá desde la vocación y la voluntad de la región.
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ProUrabá ha determinado que va a trabajar en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible definidos por la ONU para el año 2030 y recogiendo las expectativas de Antioquia, lamentablemente truncadas por un gobierno departamental, de que en 2020 su calidad geográfica de “Mejor esquina de América” se tradujese en haber logrado forjar una región “justa, pacífica, educada y en armonía con la naturaleza”. Desde ambas perspectivas, coincidentes, los forjadores de ProUrabá han determinado que esta alianza sea gestora del desarrollo integral, equitativo y sostenible, que ofrezca a los jóvenes urabaenses perspectivas de futuro y propicie la consolidación de instituciones legítimas y legales. Su reto, pues, hacia la región, es el de la interacción para la incidencia en la gestión público-privada de la calidad de vida en el territorio.
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Se proponen los líderes de ProUrabá que esta organización rompa la timidez de Urabá para relacionarse con las instituciones y la sociedad antioqueña, colombiana e internacional, explicando qué es en realidad Urabá, reclamando los derechos y garantías que se le han negado y buscando construir conjuntamente desde las perspectivas y realidades territoriales. Desde esta óptica, la práctica simultaneidad en la creación jurídica de la Fundación ProUrabá y la inauguración del gobierno de Iván Duque se convierten en feliz coincidencia que augura posibilidades de trabajo mancomunado para atender urgencias como la recuperación de la seguridad o la conclusión de los proyectos de infraestructura esperados, pero también para alimentar perspectivas de acción junta en ese marco de hacer de esa, la mejor esquina de América, territorio desarrollado en democracia, con sostenibilidad, inclusión y equidad social y territorial.