La doble vuelta

Autor: Diana Sofía Giraldo
4 noviembre de 2019 - 12:03 AM

¿Para la democracia colombiana es conveniente establecer la doble vuelta, en donde se decida entre los dos candidatos que hayan obtenido mayor votación en la primera?

Bogotá

Lo primero que salta a la vista al repasar los resultados de las elecciones del domingo es la preponderancia de las coaliciones. Se sabía que llegarían, tarde o temprano, desde cuando la reglamentación legal le abrió paso al reconocimiento de colectividades menores, que antes se acomodaban en los grandes partidos tradicionales.

Lea también: Los nuevos ciudadanos

El presidencialismo obligaba a los ciudadanos a asociarse dentro de unos parámetros muy amplios, si querían mantener sus posibilidades de ganar. Dividirse era perder, como lo experimentaron los conservadores en 1930 y los liberales en 1946.

El fortalecimiento de la democracia regional y local cambió el sistema. Ya el presidente de la República no nombra directamente a los gobernadores ni estos a los alcaldes, como en el pasado. Los electores locales se empoderan y tanto los temas como las personalidades descollantes en departamentos y municipios encuentran caminos distintos del nombramiento de su superior para llegar al poder. Local apenas, pero de todas maneras poder.

Esa mezcla de redistribución del poder y de multiplicación de los partidos, conduce, inevitablemente a las coaliciones en todos los niveles, sobre todo si se combinan con el abstencionismo. Aunque sea pequeño, el grupo de seguidores de un partido tiene la posibilidad de obtener su porción de influencia, aliándose con sus semejantes para formar mayorías o uniéndose a un partido mayor para completarlas.

Lo vimos este domingo. En prácticamente todos los departamentos, los gobernadores electos ganaron en coaliciones. Igual en las ciudades capitales y en los municipios.

Los grandes partidos son cada vez menos grandes y la tendencia coalicionista nadie la detiene.

Lo cual plantea un interrogante de fondo. Si se forman coaliciones, aumenta la cantidad de aspirantes y para ganar basta tener más votos que los demás, los cargos quedan asignados a candidatos minoritarios dentro del conjunto de la votación y, por supuesto, muy minoritarios frente al total de los ciudadanos habilitados para votar.

Lo vemos al repasar las cifras. Si un candidato gana con, supongamos, el 40% de los votos y la abstención es del 50 por ciento, en realidad resulta escogido por el 20% del electorado. Es decir, por uno de cada cinco ciudadanos con derecho a votar. Triunfó y, desde luego, su título es legítimo respetable y puede ejercer la plenitud de las funciones que la Constitución y la ley le asignan. Pero sería mejor para la democracia que su representatividad fuera mayor y su elección la respaldara un mandato popular más amplio.

Lo cual nos lleva a plantear un tema electoral recurrente, que estamos en mora de resolver cuanto antes, y estos períodos posteriores a unas votaciones parecen los más propicios: ¿para la democracia colombiana es conveniente establecer la doble vuelta, en donde se decida entre los dos candidatos que hayan obtenido mayor votación en la primera?

Le puede interesar: Craso error político

El sistema ya se aplica en las elecciones presidenciales. Sería cuestión de extenderlo a las de gobernadores y de una vez a los alcaldes.

Así las mayorías que eligen no serían tan minoritarias frente al total de la ciudadanía.

 

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Hernando Orley García Vásquez
Columnistas

Consenso

Los dirigentes cuyo lenguaje incendiario comienza en plazas y micrófonos y termina en los cementerios, deben comprender que ganar con violencia no es ganar.

Lo más leído

1
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
2
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
3
Cazamentiras /

Nicolás Maduro, ¿colombiano?

Recientemente, usuarios en las redes sociales reavivaron la polémica en torno a la nacionalidad del...
4
Columnistas /

“Mi empleada es como de la familia”

En términos legales, la frase “mi empleada es como de la familia” enmascara una desprotección legal...
5
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
6
Columnistas /

“Godos” y liberales

Nuestros partidos políticos se alejan de ideologías extranjeras al mismo tiempo que se dedican a ensalzar...