Germán Vargas y Humberto de la Calle, sufrieron severas derrotas que exigen explicaciones, la del exvicepresidente, y juicio de responsabilidades a quienes le impusieron la manipulada consulta interna y la fracasada candidatura al liberalismo
La jornada de primera vuelta presidencial de 2018 quedará inscrita entre las históricas de la democracia colombiana por la importante participación del 53,37% de los electores, un registro que no se tenía desde hace veinte años. Por la disminución de los votos nulos, que pasaron de 2,34% del total en primera vuelta de 2014 a 1,24% en la jornada de este 27 de mayo. Y por la forma como se impusieron los tres candidatos que representan el voto de opinión, Iván Duque, Gustavo Petro y Sergio Fajardo, que sumados alcanzaron el 87,96% de los votos validos. Esta jornada se convierte, pues, en exigente hito para las elecciones de segunda vuelta y para la campaña que conduce a ella.
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Iván Duque obtuvo 7’567.448, el 39,14% del total depositado. Con su victoria se hizo el candidato más votado en la historia del país y casi duplicó los 4’024.760 que le dieron el triunfo en la consulta interpartidista que lo hizo candidato de la centroderecha. En su discurso de reconocimiento de esta importantísima victoria, el candidato tendió redes a distintos sectores de la política. Al fajardismo le ofreció una fuerte lucha contra la corrupción mediante mecanismos de transparencia, justicia pronta y erradicación de beneficios a los procesados por corrupción. Y de nuevo puso a las víctimas como prioridad en la renegociación de los acuerdos con las Farc, ofreciéndoles lo que más han reclamado, que “la paz se encuentre con la justicia”. Su interesante carrera en estas justas presidenciales muestra que es un corredor de fondo y con capacidad de seguir sumando aliados.
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Gustavo Petro logró, por su parte, la más alta votación que un candidato de izquierda ha conquistado en la democracia colombiana: 4’850.549 votos, con los cuales también casi duplica los 2’841.603. En el discurso de reconocimiento de su calidad de segundo en la liza electoral que concluye el 19 de junio, el candidato tendió puentes hacia el fajardismo haciendo promesas sobre la educación y, especialmente, dándole a su discurso tono y características centristas con los que busca conquistar hasta a los electores que han declarado que no lo votarían.
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Sergio Fajardo, liderando la Coalición Colombia, logró un honroso tercer lugar con 4’588.300 votos, que representan el 23,73% del total contado hasta anoche. En esas condiciones, se convierte en blanco de las expectativas por alianzas que para el candidato será difícil construir, toda vez que su naciente grupo político representa tendencias ideológicas y apuestas políticas divergentes, y dado que en su carrera ha recogido apoyos empresariales y sociales diversos entre sí. Tales dificultades aclaran por qué el candidato insta a sus coequiperos a que esa coalición empiece a trabajar hacia las elecciones 2019.
Frente a los tres candidatos victoriosos, el proceso electoral del 27 de mayo deja dos importantes perdedores y reaviva las dudas que ya habíamos expresado sobre el voto en blanco. Aún es temprano, y las declaraciones del candidato lo dejaron ver, para explicar el resultado electoral de Germán Vargas Lleras, que tuvo 1’407.584 votos, cuando su partido, Cambio Radical, es la tercera fuerza en Senado, elección para que la obtuvo 2’122.675 votos, y cuya aspiración había logrado recoger 4’500.000 firmas que avalaron su presentación a la Registraduría. La adhesión de los grandes electores del Partido de la U, el del presidente Santos, ni se notó en esta elección.
El desastre de la jornada fue para Humberto de la Calle, que apenas tuvo 399.109 votos, mientras que en el Senado el Partido Liberal había conseguido 2’218.005, un poco más de cinco veces los alcanzados por el aspirante presidencial que se empecinó en personificar el acuerdo de paz construido a espaldas de la opinión del país. Los sepultureros que empiezan a cavar la tumba del partido Liberal tendrán harto trabajo cuando reconozcan que los derrotados políticos en este desastre son De la Calle, César Gaviria, Ernesto Samper, Horacio Serpa y Juan Fernando Cristo, quienes deben retirarse para permitir el renacimiento del liberalismo.
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La diferencia entre el voto en blanco legal, 341.072 votos y el voto por el PRE, que promovió el voto en blanco obteniendo 60.312 votos, deja campo para discutir el futuro de la exótica figura introducida en 2011 en el ordenamiento jurídico, como lo habíamos anunciado.