Este sábado se cumplen 30 años de la firma del Protocolo de Montreal sobre sustancias que agotan la capa de ozono. Fue el primer tratado en la historia de la ONU en lograr una ratificación universal.
El agujero de la capa de ozono detuvo su sostenido crecimiento a lo largo de tres décadas y según expertos en un futuro cercano podría haber una recuperación total. La histórica labor ha sido posible con el compromiso de gran parte de los países del planeta.
El mundo fue consciente del problema por primera vez cuando los científicos británicos Joe Farman, Brian Gardiner y Jonathan Shankli, del Natural Environment Research Council (NERC) y el British Antarctic Survey (BAS), dieron la alerta a traves de la revista Nature en 1985. Los científicos observaron grandes pérdidas de ozono sobre la Antártida, signo de un peligroso adelgazamiento de la capa de ozono en todo el mundo.
Posteriormente la investigación demostró el efecto de los gases artificiales sobre la capa de ozono, además de graves consecuencias para la salud del ser humano, pues los rayos ultravioleta del Sol podían penetrar fácilmente la atmósfera.
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Ante la evidencia, los gobiernos de todo el mundo reaccionaron y reflejaron esa preocupación y compromiso con el Protocolo de Montreal de 1987, que fue firmado el 16 de septiembre. El protocolo, junto a medidas que han ido llegando a lo largo de los años, facilitaron la recuperación del ozono que hoy se evdencia.
Carolyn Graves, meteoróloga de BAS encargada de tomar las mediciones diarias del ozono en el verano antártico en la Halley Research Station, dijo: "Me siento extremadamente privilegiada de estar involucrada en el monitoreo del agujero de ozono, y es especialmente gratificante observar su recuperación como resultado de una historia de éxito de la política científica".
30 años después, el Protocolo de Montreal sigue siendo un ejemplo fantástico de una acción global exitosa para abordar un problema medioambiental de conseciencias planetarias.