La inequidad salarial entre hombres y mujeres es una brecha que se mantiene en el tiempo y afecta mayoritariamente a las mujeres de bajos recursos.
Entre las problemáticas a las cuáles las mujeres deben hacer frente a diario es preponderante la diferencia entre su salario y el que reciben los hombres, algo que ocurre no solamente en Colombia sino en todo el mundo. Y aunque cada vez son más las políticas públicas que se crean alrededor de la inclusión y la equidad de género en el campo laboral, hacen falta acciones para generar conciencia y una condición equitativa entre los salarios.
En el ámbito mundial se conoce que las mujeres devengan un 24% menos que los hombres, según un informe del Pnud, mientras que según el Ministerio del Trabajo, en Colombia los hombres ganan 20% más que las mujeres. Sin embargo, una investigación realizada por la Escuela Nacional Sindical (ENS), indica que la cifra en nuestro país es realmente de 28%, es decir cuatro puntos por encima del dato mundial.
“La equidad salarial es un tema de orden mundial que no se supera fácilmente y en el que lo primero por lo que se tendría que empezar, para tratar de superarlo, es contar con las mismas condiciones de trabajo decente para la población en general e intentar desmontar las culturas patriarcales”, señala Sandra Muñoz, directora de Derechos en la Escuela Nacional Sindical.
Adicional a eso, el estudio también evidenció que la tasa de informalidad laboral en las mujeres es supremamente alta, con el 52%, y que aproximadamente cinco millones de ellas en el país se dedican a trabajos que se clasifican dentro de la economía del cuidado, labores del cuidado no remunerado y trabajo doméstico.
Como intentos para mermar la desigualdad salarial y laboral entre hombres y mujeres, la ministra del Trabajo, Clara López Obregón, menciona uno de los programas que promueve su despacho, donde el acceso a los cargos directivos y compartir las labores en el hogar, son también otras brechas de género que se quieren mitigar. “El sello Equipares se ha promovido conjuntamente con la oficina de asuntos de la mujer de la Presidencia de la República, donde especificamos una serie de indicadores y de metas que debe cumplir cada empresa en materia de igualdad de género”.
Para el caso de Medellín, el Observatorio Regional del Mercado de Trabajo de Antioquia, Ormet, manifiesta que se ha mantenido la brecha en la desigualdad relativamente estable entre el 2012-2015 y que, en materia de políticas públicas, no se ha adelantado mucho. “Lo que ha venido trabajando la administración municipal es el tema de inclusión en Medellín y en los demás municipios del Valle de Aburrá dentro del Plan Estratégico de Empleo 2016-2028; allí se hace un análisis perspectivo laboral de cómo serán los empleos a futuro, pero no se hace tanto énfasis como en esa discriminación en contra de la mujer en temas de condiciones de trabajo y de ingreso laboral”, indicó su coordinador, Nicolás Ocampo.
Para Muñoz, la brecha es más amplia cuando a la condición del género femenino se le suman otras condiciones que, en general, son un tema complicado. “Si tú eres mujer y adicionalmente eres indígena, tienes alguna discapacidad o perteneces a la población afrocolombiana, la brecha es mucho más profunda”, en ese sentido las mujeres estarían ganando un 38% menos que los hombres.
Aunque inclusión, equidad de género y no discriminación son términos que han estado presentes en los diferentes planes de desarrollo, todavía queda mucho por hacer en políticas públicas y temas culturales para seguir cerrando la brecha.
Cuando las mujeres son profesionales, están en altos cargos o son mejores cualificadas laboralmente, la desigualdad entre hombres y mujeres tiende a bajar. Sin embargo, para Ocampo hace falta formación para el empleo, es decir, capacitar a la población para los trabajos que surgen a la par de la tecnología. “En esto seguimos estando muy rezagados, en generar un conocimiento pertinente a lo que viene en el futuro del campo laboral, lo que también afecta a las mujeres”.