La biblioteca soñada, está en mi Santa Fe de Antioquia, nuestra ciudad madre, a escasa una hora de Medellín. No debería ser yo el pregonero de esta magnífica noticia; el honor debería recaer en manos de nuestro amigo, el doctor Alonso Monsalve Gómez. Y digo que debería ser él quien le diga a Antioquia y a Colombia, la gran noticia de la magnífica biblioteca que tenemos los antioqueños, exactamente en el Hotel Mariscal Robledo, porque es él, el alma del Mariscal, y el impulsor, seleccionador y gestor de la biblioteca que hoy presentamos, como la biblioteca soñada, para lectores y escritores; también para urbanistas, arquitectos y humanistas, creo yo. Y es que Alonso Monsalve Gómez (aparte de dedicar su vida entera al servicio de Colombia mediante su presidencia de la Junta Nacional de Anato, la administración del Fondo de Promoción Turística, la dirección del Consorcio con Acodrés y el Grupo L'Alianxa, desde donde ayuda sin distingos a personas y territorios), es, en esencia, un lector consumado y un gestor cultural. Desde la belleza arquitectónica, la tradición histórica y la bien ganada fama gastronómica del Hotel, como hijo de la ciudad de Antioquia, Alcalde Cívico, y una residencia de más de 38, es el padre gestor de esta maravilla que he disfrutado, y que será referente nacional, cuando de hallar y de leer buena literatura se trate.

Con justificada razón de gran lector, decía Jorge Luis Borges: “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”. Esta vieja y bella declaración del escritor argentino, tiene pleno sentido y vigencia cuando conocemos y gozamos, la biblioteca del ya legendario y lleno de vida Hotel Mariscal Robledo, inaugurado en 1946, y convertido hoy en símbolo de la ciudad, referente de la hotelería nacional y un oasis cultural en nuestro amado Occidente. Son 14.000 volúmenes, entre los cuales encontramos los tesoros editoriales de los clásicos del mundo, de América, de Colombia y de Antioquia. Adicional, cuenta con la colección de los boletines de la Academia colombiana de historia, de la Academia Antioqueña de historia, y del Centro de Historia de Santa Fe de Antioquia. Colecciones de la revista Micro, de la miscelánea. Todo lo que se ha escrito sobre nuestra Ciudad Madre, y de los escritores y artistas nacidos allí. Documentos originales firmados por José María Córdoba, por el General Juan Maria Gómez, Tomás Cipriano de Mosquera, y muchos personajes más. Recopilación de los periódicos de la ciudad de Antioquia del siglo XIX: el Monitor, el Diocesano y la miscelánea de Antioquia, todo ello en un espacio amplio y confortable, cuyo techo fue diseñado con el antiguo cielorraso que fue retirado de la catedral de la ciudad. En conclusión, una magnífica biblioteca especializada en historia y literatura de Antioquia, Colombia y el mundo. Nada en ella es “basura”; todo en ella son tesoros literarios, seleccionados y clasificados por manos expertas.

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En el bello libro El escritor y su paraíso. Treinta grandes autores que fueron bibliotecarios, el escritor español Ángel Esteban, escribió: “Los libros son la vida sin tiempo, pero ayudan a enclavijarse a la vida con una precisión extraordinaria. Los libros son la extremidad del escritor, su brazo largo, su proyecto inacabado, su entusiasmo inabarcable. Los libros de los otros, exactamente”. Los libros de los otros, de los clásicos, de los grandes escritores del mundo, de los imprescindibles, de los clásicos, son los que conforman la biblioteca soñada de nuestra Ciudad Madre y del doctor Alonso Monsalve Gómez.

Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo, decía: “Uno llega a ser grande por lo que lee y no por lo que escribe”; y agregaba: “Que otros se jacten de los libros que han escrito; yo me enorgullezco de los que he leído”. Borges es, tal vez, el ejemplo más representativo del “escritor en su paraíso”, algunos de cuyos relatos, como, La biblioteca de Babel, son ejemplos paradigmáticos de esa identificación del escritor con el “laberinto infinito de las bibliotecas” que abarcan el universo entero. Decía Borges, y Ángel Esteban lo recuerda, que “Uno no es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”.

Este hotel acogedor y mágico, situado en un edificio de estilo colonial que está ubicado a un costado de la Plazuela Martínez Pardo, a tres cuadras del parque principal y la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción, tiene en su seno la biblioteca soñada; la de Borges, la del escritor, periodista y catedrático español Ángel Esteban, y la de cientos de grandes autores, que reconocieron en la lectura, el alimento esencial hacia la escritura.

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