Con la renovación y aumento de la ayuda a Colombia, más la cita de presidentes, Washington ratifica a Colombia como aliado.
La renovación de la ayuda de Estados Unidos a Colombia, con un paquete con valor cercano a US $450 millones que se incluyen en el presupuesto 2017, confirma que esa Nación sigue viendo a Colombia como su aliado más estable en el continente americano. Ratifica, además, que esa visión es compartida por los partidos Republicano y Demócrata, así como que, a lo largo de la historia, ha sido más generosa con Colombia la convicción republicana de que, en cualquier circunstancia, es preciso consolidar la relación bilateral.
Colombia ha ganado su condición de aliado, gracias a que es el único país latinoamericano que no se ha avergonzado de "mirar al norte", siguiendo la invitación que le hiciera don Marco Fidel Suárez. En ese sentido, todo gesto del Imperio hacia sus gobiernos o sus líderes lo es hacia un país que se sabe importante en la consolidación de la democracia en el continente. Por tanto, cualquier intento de convertir la ayuda que acaba de aprobar el Congreso como un acto personal, está fuera de sentido.
Además de celebrar esta ratificación del apoyo, el embajador Juan Carlos Pinzón reconoció que a Colombia se le exigió atender compromisos en materia de cultivos ilícitos, hecho que sigue causando grandes preocupaciones en Estados Unidos, y que se garantice que recursos de esta ayuda no se van a entregar a quienes pertenezcan o hayan participado a las Farc y el Eln sin antes ser procesados por tribunal independiente que garantice verdad, justicia, reparación y no repetición. La exigencia debe generar cambios en la forma de ejecutar programas esenciales del posacuerdo, como la sustitución de cultivos ilícitos y la erradicación de minas antipersona.
Paralela a la notificación de que se aprobaban estos recursos, se anunció también la cita que en Washington tendrán los presidentes Santos y Trump. En la agenda, la crisis de Venezuela ocupa un lugar central.