Que nos sirvan, aunque sea un poquito, a contener este desbordamiento, este “tsunami” que azota inmisericorde, y se está llevando por delante el pudor, la verdad, la seriedad, el respeto.
Es tanto el auge de las redes sociales y tan arrollador su poder en el ser humano de este siglo XXI, en su carácter, su profesión, sus sentimientos y comportamientos, sus costumbres, su vocabulario y su inatajable nueva condición de extroversión, que la Real Academia Española acaba de darnos unas guías que ella llama: “Cinco consejos de la RAE antes de publicar en las redes sociales”.
Aquí están los consejos, y que nos sirvan, aunque sea un poquito, a contener este desbordamiento, este “tsunami” que azota inmisericorde, y se está llevando por delante el pudor, la verdad, la seriedad, el respeto, y nos está sumiendo en la patanería, en los falsos rumores y alarmas que exponen a los más grandes y desconocidos peligros, en el miedo de emitir una frase, de “subir una foto”, porque ella será conocida y comentada por casi todo el mundo, y su interpretación será amañada, sesgada, llevándose por delante el honor, la discreción, el señorío, la educación, la honradez.
Dice la RAE:
1. Comprueba que tu mensaje sea claro. Evita que tenga errores de concordancia y dobles interpretaciones, y procura que la idea principal se entienda.
2. Usa los términos correctos. No utilices términos cuyo significado no conozcas; puedes decir algo de lo que más tarde te arrepientas. Muchos extranjerismos tienen alternativa española, ¡úsala!
3. Revisa los signos de puntuación. Una coma desafortunada puede dar al traste con tu publicación; y la interrogación y la exclamación tienen signos de apertura (¿ ?), (¡ !).
4. Acentúa las etiquetas. Acentuarlas no supone un impedimento técnico en algunas redes sociales, como Twitter (sic), y es una forma de promover la ortografía.
5. Revisa. La errata más evidente siempre la encuentra el lector menos indulgente. Échale un vistazo de nuevo, antes de darle al botón.
Hasta aquí los consejos para quienes van estando esclavizados por las redes sociales; pero hay otras muchas cosas que la RAE nos está enseñando:
Verbo financierizar
y el correspondiente sustantivo financierización, son palabras bien formadas que se refieren al creciente peso del sector financiero en la economía.
Se habla de: «El propio capitalismo neoliberal está cada vez más financierizado y desterritorializado», «En una economía financierizada, las inversiones especulativas son dominantes».
El verbo financierizar está bien formado a partir del adjetivo financiero con el sufijo -izar, que expresa, tal como explica el Diccionario académico, ‘una acción cuyo resultado implica el significado del adjetivo’. A partir de él puede crearse el sustantivo financierización con el sufijo -ción. Con estas voces, por tanto, puede hacerse referencia a la tendencia actual de que los mercados financieros dominen la economía.
En los medios se encuentran también las formas financiarizar y financiarización, que son menos aconsejables. No se recomiendan: financializar ni financialización, creadas probablemente por calco de la voz inglesa financialization.
Odiador es preferible al anglicismo hater
Para referirse a una persona que muestra continuamente su odio o rencor hacia alguien.
Empieza a ser habitual encontrar en los medios de comunicación ejemplos como los siguientes: «Así se enfrentan las empresas contra los haters en internet», «Si haces esto en las redes sociales, eres un hater».
El término hater, que procede del verbo inglés to hate —‘odiar’— hace referencia a la ‘persona que odia algo o a alguien y dice o escribe cosas desagradables sobre alguien o critica sus logros, especialmente en internet y en redes sociales ’.
Una idea similar se puede encontrar en el término español odiador, de la que se documentan ejemplos al menos desde el siglo XIX.
Es más adecuado decir: «Así se enfrentan las empresas contra los odiadores en internet», «Si haces esto en las redes sociales, eres un odiador». «Arrasa atacando a sus odiadores en su nuevo videoclip».
En cualquier caso, existen otras expresiones, quizá más transparentes, como enemigo, detractor, difamador, maldiciente…
Por último, si se opta por utilizar el anglicismo, lo adecuado es escribirlo con cursiva o, si no se dispone de este tipo de letra, entre comillas.