Sin duda alguna, la campaña entre las dos vueltas de los comicios presidenciales en Francia fue inusual hasta el final. Incluso el debate electoral del pasado 3 de mayo donde Emmanuel Macron y Marine Le Pen se enfrentaron fue de una violencia inaudita. Ahora, el mundo entero está pendiente de los resultados de este domingo 7 de mayo. Líderes y ciudadanos confían en que el europeísmo gane estas elecciones. De lo contrario, las consecuencias podrían ser inesperadas. Este es el balance de dos tensas semanas. 

La banalización del Frente Nacional
Aunque la decepción fue grande, el anuncio de la calificación de Marine Le Pen para la segunda vuelta era de esperar. Durante semanas los franceses vieron la candidata subir en las encuestas, que pocas veces se equivocan. Cuando surgió el resultado final, la decepción fue más grande entre aquellos que vieron perder a François Fillon y Jean-Luc Mélenchon. No es realmente posible decir que este año se vuelven a repetir las elecciones de 2002, momento en el que no era normal que el Frente Nacional estuviera en la segunda vuelta frente a Jacques Chirac. La política tradicional era la que dominaba el escenario y era impensable que Le Pen u otro partido llegara hasta esa altura. Ahora, el FN aparece en todos los medios y la gente no teme afirmar que apoya al FN, mientras que años antes, aquello resultaba ser tabú por todas las connotaciones que tiene. El excandidato Nicolas Dupont-Aignan incluso concluyó una alianza con la candidata de ultraderecha. Fue designado como potencial primer ministro en caso de que Le Pen gane. David Lee, docente en la Universidad de Warwick, explicó en un artículo publicado en el portal The Conversation que “en 2002, la presencia de Le Pen en la segunda vuelta fue ampliamente percibida como un shock, una progresión inesperada en un momento en que el modelo francés de integración y asimilación parecía funcionar, preconizando una nación arcoiris.” El universitario incluso recordó la influencia del triunfo del equipo de Francia en 1998, que promocionó el modelo “black, blanc, beur” (“Negro,Blanco,Árabe” en francés coloquial). El deporte tuvo un papel importante. Mostró a lo franceses hasta qué punto los ciudadanos provenientes de la inmigración podían integrarse y tener una carrera ejemplar. Los franceses estaban convencidos que el FN era promotor de xenofobia, racismo, eurofobia, negacionismo. En el contexto actual, la situación es diferente: con la multiplicación de los atentados en el suelo francés, y en los países vecinos, el discurso del Frente Nacional, particularmente enfocado en la seguridad del pueblo, ganó en coherencia. 

Marine Le Pen borra sus orígenes
En esta segunda vuelta, la candidata de ultraderecha estableció una estrategia inteligente y compleja sobre su imagen. La verdad es que una parte de los franceses le tiene miedo a causa de sus ideas radicales y a contracorriente de la política tradicional. Sus últimas decisiones son el punto culminante de su política de “desdiabolización” del Frente Nacional. Había empezado con su llegada a la cabeza del partido, dejando de lado a su polémico padre, Jean-Marie Le Pen. Él, sin embargo, había quedado como presidente de honor, y lo sigue siendo, a pesar de un intento de excluirlo totalmente del movimiento. La corte falló a finales de enero a favor del padre, quien legalmente tiene el poder para participar en todas las instancias del Frente Nacional. Sea lo que sea, hubo ruptura entre el padre y la hija. Ninguna mención de él aparece en el sitio web del partido, al menos una mención reciente. Tampoco aparece en el detalle de los miembros del comité político o cualquier otra sección del FN.  Ahora, la candidata realizó cambios sutiles, como borrar su apellido connotado en los afiches de campaña. El logo del partido también quedó olvidado. También sorprendió a la opinión pública cuando declaró que hacía una pausa en la presidencia de su partido al día siguiente de los resultados de la primera vuelta, el lunes 24 de abril. Frente a millones de franceses, explicó su gesto: “me pareció indispensable apartarme de la presidencia del FN. Esta noche, ya no soy la presidenta del FN, soy la candidata a la presidencia, aquella que quiere unir al conjunto de los franceses alrededor de un proyecto de esperanza, prosperidad y seguridad”. 

Recordar el pasado del Frente Nacional 
Aunque Marine Le Pen empezó su campaña para la segunda vuelta de manera muy eficaz, Macron no tardó en reaccionar. El candidato de En Marcha! fue criticado por los expertos por haberse demorado en hacer visitas oficiales y organizar eventos en un momento en el que el tiempo es oro. Los candidatos tuvieron once días para acabar de convencer a los franceses y recuperar los votantes de los candidatos que perdieron en la primera vuelta. Le Pen se enfocó en mostrar su cercanía con los ciudadanos, mientras Macron decidió recordarle a los franceses cuáles eran los orígenes del Frente Nacional y las múltiples contradicciones que presentaba. En esta misma iniciativa, el actor francés Jean-François Dérec publicó una carta a su sobrino en el blog del Huffington Post para que estuviese consciente de por quién votaría: “¿Qué es el FN?¿De dónde viene? Al contrario de lo que creemos, no fue fundado por el padre Le Pen pero por antiguos traidores, milicianos, Waffen SS franceses. Pusieron Le Pen a la cabeza (del partido) porque hablaba sin pelos en la lengua. Se me olvidaba: también había exmiembros de la OAS (una organización terrorista partidaria de la Argelia Francesa) que quisieron asesinar al General de Gaulle varias veces. Marine y sus compañeros les gusta olvidar de dónde vienen”. Ese texto se volvió viral en las redes sociales. Fue compartido masivamente por los opositores de la candidata frontista. 

Una población dividida 
Ante los resultados del domingo 23 de abril, muchos cayeron de alto, excepto los partidarios de Macron y Le Pen. François Fillon decidió renunciar a cualquier cargo político en un futuro próximo y Mélenchon decidió quedarse callado. Hubo mucha presión sobre el candidato de Francia Insumisa, quien no había declarado su apoyo a ninguno de los dos ganadores de la primera ronda. Finalmente, se organizó un voto en línea en el cual los partidarios de Mélenchon expresaron su opinión en cuanto a la segunda vuelta. Esperando los resultados, el Frente Nacional tenía muchas esperanzas de recuperar los votos de los partidarios del izquierdista. Ambos comparten un sentimiento de distancia con la Unión Europea. No obstante, Le Pen quedó desilusionada: de los 243.128 militantes, 34,83% decidieron votar por Macron. El resto, es decir 65,17% pensaban más bien abstenerse o dejar un voto nulo. El apoyo al candidato independiente no es tan obvio: algunos ciudadanos consideraron seriamente no ir a votar. Otros encontraron un compromiso: ir a votar después de las 5:00 p.m., cuando ya los medios hayan publicado las primeras estadísticas sobre la participación en las elecciones. La idea es manifestar su rechazo de los dos candidatos, sin por lo tanto dejar que Marine Le Pen gane.