Tras cuatro años de labores, al país solo le restan tres comités para acceder a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde).
Conocido comunmente como el “Club de los países ricos” o el “Club de las buenas prácticas”, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) vuelve a ser noticia dado que esta semana se anunció el avance del país en el ingreso a dicho club. Un proceso que, aunque pasa desapercibido muchas veces, ha obligado a mejorar ámbitos como el laboral, el social y las políticas públicas, logrando cambios en estos temas que el país no había aceptado hacer antes por su propia cuenta.
Sus antecedentes en la historia se remontan a 1948 cuando esta entidad era conocida como la Organización Europea de Cooperación Económica (Oece). Luego, en 1961, se transforma en la organización que hoy se conoce, precisa su propia página web.
Con su sede en París, Francia, actualmente la Ocde cuenta con 34 países miembros, 26 europeos, cuatro del Pacífico y Oceanía y solamente cuatro del continente americano: Estados Unidos, Canadá, México y Chile. Además, trabaja en conjunto con más de 60 aliados en los que se destacan Brasil y China.
Dichos países se caracterizan por tener unas prácticas comunes que deben mantener mientras permanezcan en la organización, “muestran de una u otra forma características muy particulares desde el punto de vista social, económico, político. Sobre todo, muestran una claridad en políticas y en resultados de bienestar económico y social de las personas”, señaló Julián Santiago Vásquez Roldán, vicerrector académico de la Universidad Autónoma Latinoamericana (Unaula) y miembro del Grupo de Investigaciones Económicas (Ginveco).
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Según su propia declaración, el Consejo de la Ocde tiene unos valores fundamentales a cumplir y “son todos aquellos que incluyen un compromiso con la democracia pluralista basada en el estado de derecho y el respeto de los derechos humanos, los principios de economía de mercado transparentes y un objetivo común del desarrollo económicamente sostenible”.
Formar parte del club
Desde el 2008 Colombia manifestó su voluntad de querer adherirse a la organización y en 2013 recibió formalmente la invitación por consenso del consejo de la Ocde para iniciar el proceso de ingreso. El Consejo lo integran miembros de los países que la conforman y hay además más de 250 mesas o comités que se encargan de evaluar, según sea el tema, las mejoras en las prácticas, políticas públicas y el desarrollo económico de los países. A su vez, son los encargados, según sea el caso, de evaluar si los países que iniciaron proceso de acceso cumplen con los requerimientos que se les solicita.
Es decir, cuando un país manifiesta querer hacer parte de la Ocde existen un conducto que debe seguir para iniciar el proceso de acceso y luego debe cumplir con una “hoja de ruta” que la misma organización crea dependiendo del país y de sus prácticas y políticas.
La organización, entonces, realiza un primer acercamiento al país en cuestión y comienza la evaluación de sus políticas públicas y luego le hace entrega al país de los estándares bajo los cuales será evaluado. Teniendo en cuenta lo anterior el país debe entregar a la Ocde el estado actual de sus políticas en comparación de las de la organización. En adelante, el país debe presentar ante los comités propuestos los avances de las recomendaciones sugeridas por la organización durante las rondas ante los comités y mesas de trabajo que sean necesarias. En este caso, Colombia debía presentarse ante 23 comités buscando su aprobación y en este momento faltaba la aprobación de tres de ellos.
María Alejandra González-Pérez, docente titular de la escuela de administración de Eafit, señala que no son muchos los países que han sido invitados por la Ocde para su ingreso y que “la hoja de ruta supone los aspectos en los que hay mayores debilidades de Colombia que podrían estar limitando el acceso a la Ocde, los temas que se resaltan como debilidad de Colombia son las dimensiones laborales y ambientales”.
Según el sitio web de la pagina de la Presidencia de la República destinado para resolver las dudas ante el ingreso de Colombia en la Ocde, “cuando ya cuente con la aprobación total de los comités, el consejo de la organización decide finalmente el acceso del país y, posteriormente, el Congreso de la República lo ratificará y aprobará, con aprobación automática de la Corte Constitucional, como cualquier tratado internacional”.
¿Para qué entrar en la Ocde?
De acuerdo a todo lo anterior, ¿cuál es la importancia de que un país pase a engrosar la lista de los países miembros de este organismo mutilateral?
Julián Santiago Vásquez Roldán, vicerrector académico de la Universidad Autónoma Latinoamericana (Unaula) y miembro del Grupo de Investigaciones Económicas (Ginveco), señala que la decisión de Colombia de querer entrar a formar parte de los países Ocde es que le mostró al país una serie de cambios necesarios para su acceso, “esto ha implicado que Colombia tenga que promover al menos 200 regulaciones diferentes para favorecer el logro de los indicadores que habiliten al país a ser parte de la Ocde, en diferentes frentes: social, político y económico.”
Sin embargo, para el docente de la Universidad de Medellín, Jorge Coronell, el interés de Colombia en entrar a la Ocde es de tinte político más que otra cosa: “Pertenecer a un club como ese ya es tener otra carta de presentación en el escenario mundial, por lo tanto, cuando por ejemplo el país llegue a un organismo multilateral a hacerle solicitudes de crédito esa entidad, nos verá con otros ojos”.
González-Pérez, por su parte, considera que desde el primer mandato de Juan Manuel Santos, el proyecto de pertenecer a la Ocde fue de suma importancia y que este posible acceso mejorará la visión que se tiene de Colombia. “Adquiriríamos un estatus socioeconómico al pertenecer a una liga de países que tienen unas condiciones de desarrollo humano que son consideradas de países desarrollados”, indicó.
¿Cómo va el ingreso?
Dentro del proceso de acceso que viene siguiendo Colombia desde el 29 de mayo de 2013 hasta el día de hoy, cuenta con la aprobación de 20 de los 23 comités y mesas de trabajo de evaluación técnica, lo que quiere decir que el país se encuentra muy cerca de estar en la Ocde.
Pero el camino no ha sido fácil, puesto que Colombia debió acatar las diferentes recomendaciones que se le hicieron desde la organización en diferentes temas y en donde resaltaron las debilidades en las que el país debía trabajar con esmero para poder presentar los avances ante los comités.
Coronell expresa que, además del tema ambiental y la educación, otro que le llamó la atención a la Ocde fue lo laboral. “El proceso implicaba que la Ocde viniera al país, hiciera unas revisiones de políticas y en ese sentido dejaba un informe con recomendaciones. El año pasado dejó el informe de política social y política laboral y en ese marco Colombia tenía una baja tasa de sindicalización, además, les llamó la atención que Colombia todavía tuviera unos contratos a término fijo puesto que para la Ocde eso no existe”.
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Ante ello, el Ministerio del Trabajo (MinTrabajo) en cabeza de Clara López Obregón, tuvo que esforzarse por mejorar los puntos recomendados por la organización. Según un avance de este despacho ante el Comité de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales, en febrero de 2017 los logros en la formalidad laboral, la tasa de sindicalización y de trabajo decente, fueron bien vistos por el comité. “Lo importante de esta cita en la Ocde es que hemos mostrado avances concretos en cada uno de los puntos que este organismo nos ha hecho recomendaciones; tenemos destacados logros en el Trabajo Decente, cumplimiento de la normatividad laboral y una importante reducción de violencia sindical, entre otros aspectos”, manifestó en esa ocasión la ministra.
En las evaluaciones a las que ha asistido el país, González-Pérez indicó que “a Colombia la Ocde le ha reconocido muchas cosas en términos de productividad laboral, infraestructura 4G, mejoramiento de la educación. Hay unas prioridades importantes y Colombia debe seguir trabajando en esos aspectos, como el tema ambiental, desigualdad y educación”.
Otra de las recomendaciones de la organización para Colombia, tuvo que ver con las cifras de déficit fiscal. Agregó Coronell que “la reforma tributaria que entró en vigencia este año, de alguna manera, fue sugerida por la Ocde. En su informe de finanzas públicas, el informe fiscal mostró el desbalance y la Ocde tiene una política interna que los países deberían tener unas brechas de déficit fiscal relativamente pequeñas, entonces, para cerrar esa brecha, la única manera era hacer una reforma como la que se hizo, muy fuerte, que ya dio los primeros resultados de siete billones de pesos los tres primeros meses”.
Y sobre el tema a seguir trabajando sobre políticas laborales y las recomendaciones en sus regulaciones, dijo que “el país debe irse preparando sobre el trabajo decente, que tarde o temprano el mundo nos lo va a pedir”.
Realmente ¿vale la pena entrar?
Lograr que la visión mundial sobre Colombia cambie y que desde otros países ya no se nos vea como una nación del llamado “tercer mundo” sino en desarrollo, es posible con el acceso a la Ocde.
A propósito se refirió Vásquez. Ser parte de la Ocde genera un efecto de señalización, es decir, “los países que la conforman diseñan las reformas de políticas relacionadas con la economía y lo social del mundo, pero también establecen temas asociados a la inclusión, a la gobernanza y a la productividad de los diferentes países, no sólo los miembros”.
En esa misma línea, González-Pérez encontró beneficioso el poder hablar un mismo lenguaje en diferentes temas, por ejemplo ”la posibilidad de homologar políticas, prácticas y de tener una comparación con países en donde estas políticas ya se han demostrado que son efectivas para el mejoramiento de las condiciones de vida, para una mayor competitividad económica, entonces permite participar de unos procesos de mejoramiento en temas de política y en temas de prácticas”.
¿Cuánto le cuesta a Colombia ser país Ocde?
Se podría pensar que hacer parte de una organización como la Ocde representaría beneficios para los países que la conforman y nada más, Sin embargo, ser miembro e, incluso, tener voluntad de pertenecer a organismos mundiales tiene unas implicaciones que muchos críticos y analistas consideran costosas para un país y, en este caso, para Colombia.
Sobre el tema de la membresía, señala González-Pérez, “la Ocde tiene costo de membresía y tiene diferentes aspectos, es decir, unos fees (pago por admisión) que se tuvieron que haber hecho para el proceso de evaluación y otros pagos que se supone que Colombia tiene que hacer una vez esté adentro”.
Según la multimedia realizada por la Escuela de Derecho de Eafit Colombia, ¿en el “club de los países ricos”? sobre el ingreso de Colombia a la Ocde, publicada en su sitio web, “Ingresar a la Ocde le representa a Colombia cerca de cinco millones de euros anuales e implementar sus recomendaciones, para acercarse a los niveles de la organización, cerca de 20 billones de pesos anuales durante los próximos 15 años. Este dinero debe salir de los impuestos, por lo que sería inminente una reforma tributaria”.
Además, ser miembros de esta organización también podría significar unos costos de producción más altos y en eso, precisó González-Pérez, “el hecho de pertenecer a una liga de países desarrollados puede hacer que seamos percibidos como un país rico, no solamente como un país estable y que ofrece oportunidades y facilidades para hacer negocios y establecerse sino que puede asociarse a tener unos costos de producción más altos que países con una condición de desarrollo menor.”