El conjunto británico disputará por tercera ocasión las semis de la Copa del Mundo. Lo logró en 1966 y fue campeón en su país, y en Italia 1990, cuando finalizó cuarto.
Un gol de Harry Maguire y otro de Dele Alli sirvieron para que, 28 años después, Inglaterra vuelva a jugar una semifinal de un Mundial, tras derrotar este sábado en Cuartos de final a Suecia (0-2), en Samara, donde el equipo de los Tres Leones se reencontró con su historia.
Inglaterra, campeona del mundo en 1966, casi siempre candidata a todo y acreedora a nada, vuelve, quizá en el momento menos esperado, con un equipo muy joven e inexperto, a la élite del fútbol mundial. Y el próximo miércoles jugará, en el estadio Luzhniki de Moscú, el mismo que albergará el partido decisivo, el 15 de julio, la semifinal ante el ganador del Rusia-Croacia.
El fútbol vuelve a casa (Football's coming home). Tal y como rezaba el himno de la Eurocopa de 1996, que Inglaterra organizó con el exiguo botín de una semifinal en la que cayó ante Alemania, en los penaltis. En la que el lanzamiento decisivo lo falló su actual seleccionador, Gareth Southgate, absolutamente redimido de ese error con lo que ya ha alcanzado, merced a un grupo con margen de mejora.
Sin practicar un fútbol espectacular, doblegó a la sobria y compacta Suecia; pasó a la semifinal y desencadenó el delirio en Inglaterra, donde la cerveza fluye en unos pubs cuyas televisiones repetirán una y mil veces las imágenes en blanco y negro de Bobby Moore alzando, hace 52 años, el trofeo Jules Rimet, en Wembley.
En un primer tiempo poco espectacular en el que Inglaterra fue la que más propuso, para adelantarse a la media hora, gracias a un gran testarazo del “gigante” Maguire (1,93 metros) que les hizo probar de su propio jarabe de juego aéreo a los suecos, tras un córner desde la izquierda lanzado por Young.
Exactamente 24 años después de su última semifinal, Suecia, primera del grupo en el que México acabó segunda y la última campeona, Alemania, se fue para casa; tenía, también, tras eliminar a Suiza, una oportunidad de oro de reencontrarse con su historia.
Siempre mejorando en las segundas partes en este torneo -en las que habían marcado cinco de sus seis goles-, los hombres de Janne Andersson dispusieron de su ocasión más clara nada más reanudarse el juego, en remate de cabeza de Berg que hizo lucirse a Pickford, el héroe del día de Colombia.
Pero lejos de echarse atrás y dedicarse a especular, Inglaterra, que había jugado su última semifinal en el Mundial de Italia'90, no pretendía cederle el privilegio de acceder al penúltimo partido a su rival. Un perfecto centro de Lingard, en el 59, sirvió para que Dele Alli, de nuevo de cabeza, batiese por segunda vez a Olsen.
Suecia reaccionó, pero Pickford -quien antes del Mundial sólo había defendido tres veces, en amistosos, la portería inglesa- le dio la razón a Gareth Southgate, que confió en él, desviando una ocasión clara de Claesson.
Inglaterra aguantó el resultado, su afición cantó varias veces el God Save the Queen y el Samara Arena despidió a los flamantes semifinalistas con la música de The Lightening Seeds, la de los Tres Leones en la camisa, antes de que sonase por megafonía el All you need is Love, de The Beatles. Inglaterra festeja: el fútbol ha vuelto a casa.
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Ficha técnica:
Suecia: Olsen, Krafth (Jansson, m.85), Lindelof, Granqvist, Augustinsson, Claesson, Ekdal, Larsson, Forsberg (Olsson, m.65), Berg y Toivonen (Guidetti, m.65). DT: Janne Andersson.
Inglaterra: Pickford, Trippier, Walker, Stones, Maguire, Young, Lingard, Henderson (Dier, m.85), Delle Ali (Delph, m.77), Sterling (Rashford, m.90+1) y Kane. DT: Gareth Soutgate.
Árbitro: Bjorn Kuipers (Holanda).
Amonestado: Guidetti (m.88), por Suecia.
Estadio: Samara Arena.
Asistencia: 39.991 espectadores.