El crecimiento industrial proyectado para Urabá es también una señal de alerta para que los diferentes actores de la zona pongan a punto su capacidad de respuesta frente a las necesidades que trae la nueva dinámica económica.
Según cifras de la Cámara de Comercio de Urabá, esta subregión del departamento ha presentado en los últimos años un crecimiento sostenido entre el 12% y el 15% en cuanto a registros mercantiles, este indicador, según Adolfo León Zapata, presidente de la junta directiva de la entidad, se sustenta en dos factores: la recuperación económica de la industria bananera beneficiada con el aumento en la tasa de cambio del dólar y el ambiente de expectativa que se vive en la región con proyectos como las autopistas Mar 1 y Mar 2, el Tunel del Toyo Guillermo Gaviria Echeverri y las iniciativas portuarias de Puerto Antioquia, Puerto Pisisi y el Puerto Internacional del Darién.
Se espera que el crecimiento económico e industrial continúe dándose progresivamente, pero para garantizar que estas expectativas generadas con la construcción de los proyectos de infraestructura puedan materializarse y representar beneficios para la zona, es necesario un diagnóstico de las necesidades que presenta actualmente el Urabá antioqueño para poder responder satisfactoriamente al crecimiento proyectado.
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La mano de obra, según Zapata, es la necesidad que se presenta en el corto plazo: “el crecimiento trae sus necesidades, lo primero es que en el tema de construcción de puertos se va a necesitar mucha mano de obra, tanto calificada como no calificada y ahí ya estamos hablando de una necesidad de 4.000 o 5.000 empleados”.
El directivo manifestó necesidades en el mejoramiento del parque automotor, tanto privado como público, aspectos como la hotelería debido a la llegada no sólo de personal para instalarse en Urabá por razones de negocios sino porque el tema de las vías y el acortamiento de distancias que generan también está incentivando el turismo hacia el sector de Urabá.
Zapata agregó que “en el tema de servicios públicos, hay una necesidad evidente porque cada empresa que se quiera instalar va a requerir mayor cantidad de kilovatios, mayor despliegue de redes de energía eléctrica y alcantarillado y ahí necesitamos de un aliado como EPM que ha ido aumentando su presencia en la zona”.
En consonancia, John Alberto Maya Salazar, vicepresidente ejecutivo de negocios de EPM, afirmó que desde la compañía están trabajando en la asistencia a las necesidades que el crecimiento en Urabá está exigiendo en cuanto a agua, energía y gas, en primer lugar para atender a la población pero también con miras puestas en los próximos cinco años, en los que el desarrollo de los puertos va a traer consigo una mayor población.
Con este panorama, EPM trabaja en el crecimiento de las subestaciones eléctricas de la región, la generación de zonas de riego con el fin de suplir las ne cesidades de agua de Urabá y en dos frentes en materia de gas; proyectos de distritos en frío para la refrigeración de los puertos y gas natural licuado (GNL) para garantizar las necesidades de gas en la zona.
Juan Camilo Restrepo, presidente de Augura, manifestó que para el gremio bananero una de las necesidades fundamentales de cara a la tendencia industrial y agroindustrial que está presentando la subregión de Urabá, es la renovación de la mano de obra “hay que convocar a que la gente joven vea en la actividad bananera una oportunidad de vida con trabajo estable, digno y bien pago”.
La importancia que Restrepo le confiere a la necesidad de atraer nueva mano de obra al sector bananero deriva del reto de mejorar la producción que según el líder gremial es una de las necesidades más fuertes a la que se enfrenta el gremio de cara a la puesta en marcha de los proyectos portuarios “Nosotros tenemos que mejorar en productividad porque sino en los próximos años nos quedaremos atrás frente al resto de competidores. Tenemos que superar las 2.700 cajas por hectárea exportadas al año porque el promedio de producción hectárea año exportada por Costa Rica hoy está en 2800 y nosotros cerramos el 2016 con 1960 cajas por hectárea exportadas.
Juan Camilo Restrepo también destacó la protección y defensa del medio ambiente entre las necesidades en la subregión, haciendo especial énfasis en la preservación de la Serranía de Abibe como un compromiso de todos los sectores poblacionales entendiendo el aporte hídrico que representa este patrimonio ambiental.
Según Olga Londoño, directora de proyectos productivos y desarrollo sectorial de la Secretaría de Productividad y Competitividad de Antioquia, en Urabá se está reactivando la comisión subregional de competitividad.
“Estamos empezando a evaluar con la agencia pública de empleo los procesos de formación para el recurso humano que van a demandar las empresas pero otro análisis necesario es qué bienes y servicios van a demandar esas empresas que lleguen a la zona para nosotros acompañar con todo el ecosistema de empresarios que ya existe en la subregión para que puedan ser proveedores de las empresas anclas que incursionen en el escenario industrial de Urabá”, precisó la funcionaria.
Entre las necesidades a las que se enfrentará Urabá con la llegada de nuevas mercancías, industrias y las dinámicas que trae consigo la incursión de nuevos actores sociales resultará necesario preservar la calidad de vida de quienes han habitado los territorios tradicionalmente; Eliécer Arteaga, alcalde de Apartadó, manifestó que “con la llegada de los puertos, tenemos que empezar a desarrollar la industria. Aquí vamos a tener la materia prima y muchas de las grandes empresas van a procesar la materia prima y elaborar sus productos terminados pero hay que mantener un equilibrio. Hay que prestarle de ahora en adelante más atención a los campesinos para protegerlos, darles incentivos para conservar el tema rural, sobre todo en Turbo y Necoclí, donde quedarán los puertos”.
Educación, una necesidad de primer orden
La educación es un elemento que según todos los entrevistados debe ser considerada entre las principales necesidades para aprovechar el fortalecimiento industrial que se está presentando en Urabá.
Según el más reciente informe socioeconómico de la Cámara de Comercio de Urabá, solo el 17,62% de los jóvenes entre 17 y 21 años se encontraban cursando estudios de educación superior al finalizar el 2016, aproximadamente la mitad de lo registrado en Medellín donde el porcentaje es 35,4%, según el informe Medellín Cómo vamos publicado en enero de 2017.
Juan Camilo Restrepo precisó que “uno de los grandes retos es capacitar los jóvenes y todo el talento humano que tenemos en Urabá ya que la llegada de estos sistemas portuarios va a generar muchas oportunidades, pero si no tenemos a la gente preparada se van a quedar en simples ilusiones y la falta de preparación va a ser vista como un evento totalmente desafortunado.
Adolfo Zapata añadió que “no solo se debe ampliar la cobertura y mejorar la calidad educativa para los habitantes de Urabá, sino que se debe pensar en las personas que llegan con las nuevas industrias, es decir, no solo se necesita educación pertinente para tener una población preparada, también se debe ofertar educación de pregrado y posgrado acorde porque muchas de los profesionales que lleguen con las empresas van a querer continuar su formación académica y se debe estar preparado para eso”.
La presencia del Sena es uno de los elementos que contribuye a la cualificación técnica de los habitantes de Urabá, con el fin de garantizar la preparación que demanda la incursión de nuevos sectores económicos en la subregión.
Jairo León Lopera, coordinador académico del Sena en Urabá, manifestó que “estamos preparando a la gente especialmente en artes y oficios, es decir: construcción, maquinaria industrial, maquinaria amarilla, refrigeración y aire acondicionado en contenedores porque la estrategia de exportación e importación va hacia los contenedores.”
Lopera planteó que también están enfocados en la formación en el área agrícola, debido a que incluso esta actividad se está diversificando y ahora además de banano y plátano el sector está incursionando en palma africana, piña y un proyecto de cacao donde la producción de hectáreas está creciendo principalmente en Necoclí y San Pedro