Las divisiones internas y los pleitos por el control del territorio son la principal causa de las muertes violentas en lo que va de este 2018.
Los homicidios en la ciudad de Medellín aumentaron con respecto a la misma época del año anterior. Según el más reciente informe del Sistema de Información para la seguridad y la Convivencia, se registran 22 muertes violentas más que el año pasado. La comuna 10, Candelaria y la 7, Robledo, presentan los números más elevados de asesinatos, con 27 y 20 respectivamente.
Entre enero y abril de 2017 se reportaron en la capital antioqueña 119 homicidios, sin embargo, en el presente año, la cifra llegó a 141. La mayoría de los occisos han sido producto de los enfrentamientos entre grupos delincuenciales organizados. A la fecha, 51 víctimas han caído por las confrontaciones entre estas estructuras.
“Ese conflicto territorial se presenta en algunas zonas, no en todas. Principalmente en Altavista y algunas en Robledo”, señaló el analista del conflicto, Jaime Fajardo Landaeta.
Advirtió que esa confrontación ha sido desatada principalmente por los golpes que ha propinado la autoridad a los altos mandos de esas organizaciones delictivas y por el daño causado a las rentas ilegales.
Según el experto, el efecto inmediato de las capturas es el pleito por la consecución del poder entre los mandos medios, o el fraccionamiento de las bandas. “Como sucede en Altavista”. Donde riñen permanentemente los combos del sector por el control territorial.
Las ganancias del microtráfico y la extorsión “son la razón de ser de los homicidios que se presentan en la ciudad”, aseveró Fajardo Landaeta.
Los 27 muertos por violencia en la comuna 10, según el analista, se explican porque esta es una zona céntrica. Allí tienen injerencia casi todos los grupos ilegales de la ciudad, además transitan muchos ciudadanos y existen todo tipo de delitos, sobre todo los relacionados con rentas ilegales”.
Afirmó que el combate entre la estructura antiguamente comandada por Feyner Ramírez García, más conocido como carlos pesebre, sí se ha agudizado.
La Organización Delincuencial Integrada al Narcotráfico (Odín) Robledo ha sufrido divisiones internas por la obtención de la batuta para dirigir a la banda, que tiene injerencia en los barrios San Javier, Laureles, La América y Belén. También en los corregimientos de San Cristóbal, Altavista y San Antonio de Prado.
“Tenemos el problema de Altavista, es una situación bastante grave donde ya se presentaron homicidios este fin de semana. Allí hubo disputas entre algunos combos del territorio”, dijo Fajardo.
A juicio del estudioso del conflicto, para reducir los índices de homicidio se debe continuar con el aumento de la fuerza pública en las calles de la ciudad. Así mismo, se deben habilitar más cámaras de seguridad y fortalecer la articulación en “todas las instancias de la Administración para que garanticen la justicia”.
Fajardo consideró que es importante llegar al corazón del ciudadano para que este se convierta en una fuente permanente de información. Para tal propósito, deben dejar el miedo a denunciar. Agregó que se deben promover campañas pedagógicas con el objetivo de mostrarle a la gente que tiene una tarea que cumplir.
Esta no es una obligación exclusiva de las autoridades, subrayó, si se entrega más información, como ha sucedido en el último tiempo, los golpes a los grupos delincuenciales serán más “certeros”.
Fajardo reconoció que la desconfianza del ciudadano hacia la institucionalidad existe. Sin embargo, hay muchos canales para denunciar sin dejar al descubierto la identidad, entre esos, las redes sociales. Según el analista estas plataformas son aliadas del ciudadano a la hora de poner en evidencia cualquier hecho que atente contra la seguridad colectiva.
Recalcó que a los habitantes que desconfían de la institucionalidad “hay que mostrarles resultados. Esto a mediano y largo plazo opera. Al principio puede ser complicado, pero en la medida en que haya información las autoridades la van a aprovechar y se logrará ir acabando con esas estructuras”.