El aumento de la población significó una mayor presión por alimentos y otros recursos, lo cual obligó a que las sociedades fueran más eficaces y por tanto más complejas.
Continuación de la historia de Colombia.
Cacicazgos.
En el primer milenio de nuestra era se desarrollaron en la actual Colombia las sociedades jerarquizadas, conocidas como cacicazgos. El aumento de la población significó una mayor presión por alimentos y otros recursos, lo cual obligó a que las sociedades fueran más eficaces y por tanto más complejas.
Las anteriores sociedades tribales eran igualitarias. Con los cacicazgos aparecen los grupos sociales de jefes, chamanes, sacerdotes, artesanos, comerciantes, guerreros y pueblo llano. La defensa de la tierra contra invasores se vuelve fundamental. La agricultura se tecnifica y aumenta su eficiencia en los métodos de laboreo de la tierra y en la selección de las especies y semillas. La alfarería mejora para producir tinajas más grandes, que además adoptan formas artísticas más elaboradas. Se producen hilado y tejido de fibras vegetales. La metalurgia avanza en las técnicas de fundición, aleaciones y vaciado a la cera perdida. Aparece la orfebrería del oro y del cobre, caracterizada en buena parte por la filigrana y la falsa filigrana. Las formas de entierro se vuelven más complejas, en cuanto a los ritos, las cámaras y criptas y los ajuares funerarios. Uno de los procesos más característicos de esta fase cultural es la colonización maicera, en las estribaciones de las cordilleras.
Un rasgo importante de los cacicazgos es la aparición de los sistemas religiosos, basados en el Sol y la Luna. Esta forma de pensar y conocer la cosmogonía dio paso, además, a la elaboración de calendarios muy precisos, puesto que los solsticios y los equinoccios estaban relacionados con los períodos de lluvia y sequía, conocimientos indispensables para la agricultura.
Hay numerosos vestigios arqueológicos de comunidades del tipo de los cacicazgos en las vertientes y valles de la cordillera Central, en los actuales departamentos de Cauca, Huila, Tolima, Valle del Cauca, Caldas, Quindío, Risaralda y Antioquia, los cuales existían a la llegada de los conquistadores españoles y, por tanto, sus características quedaron registradas en las crónicas de los conquistadores.
Las culturas de San Agustín y Tierradentro parecen ser, en medio de las grandes sombras que aún las cubren, manifestación de esta clase de comunidades de caciques. Los quimbayas, formaban en el siglo dieciséis de nuestra era un pequeño cacicazgo con importante desarrollo sobre todo en la cerámica y la orfebrería. Otros cacicazgos importantes los conformaron los ansermas, las calimas, los caramantas y los nutibaras. También hubo cacicazgos en las tierras cercanas al mar caribe, tales como Tamalameque, Mompox, Zambrano y Sinú, con características similares a los del interior, pero con la gran diferencia de que no desarrollaron ningún sistema militar o bélico.
Federaciones de aldeas.
El grado más elevado que alcanzaron los indígenas colombianos fue la federación de aldeas que poseían una organización más compleja y respondían al mando de un único cacique. Alcanzaron a formarse dos federaciones: Los taironas de la Sierra Nevada de Santa Marta, y los chibchas de las tierras altas de Cundinamarca y Boyacá.
La federación tairona estaba dividida en dos pequeños estados antagónicos, con pugnas de los sacerdotes contra los jefes civiles, y de éstos entre sí. Uno de dichos estados estaba en Bonda, cerca de la actual Santa Marta, y el otro en Pocigueica, en las estribaciones inferiores de la sierra.
Los chibchas estaban divididos en dos federaciones de aldeas. Una, regida por el Zipa, que habitaba en Bacatá, la zona de la actual Bogotá, con su centro religioso en Chía, consagrado a la diosa Luna. Y la otra bajo el dominio del Zaque, que habitaba en Hunza, la actual Tunja, con su centro religioso en Sogamoso, y su templo dedicado al dios Sol.
En las federaciones tairona y chibcha hubo grandes progresos tecnológicos y culturales. Se hicieron importantes obras de infraestructura como templos, observatorios, caminos, terrazas de cultivo, muros de contención, canales de drenaje y sistemas de riego. Se elaboraron calendarios lunisolares, fundamentales para identificar los ciclos agrícolas.
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Continuará.