Historia de Colombia a cuentagotas 2

Autor: Luis Fernando Múnera López
27 agosto de 2018 - 01:33 AM

Esas tribus eran comunidades igualitarias, sin diferencias de clases sociales, según se observa en los patrones de vivienda y de sepulturas.

Esta columna inició en su emisión anterior una serie de artículos sobre la historia de Colombia. Aquí continuamos.

 

Cazadores recolectores.

El actual territorio colombiano fue ocupado inicialmente por grupos de cazadores y recolectores nómadas que recorrían las selvas y las llanuras, primero por las costas de ambos océanos y luego por las laderas de las cordilleras andinas. Vagaban itinerantes, refugiándose en cavernas o afloramientos rocosos, sin establecer residencia fija Recogían moluscos, nueces y frutas, y atrapaban peces, aves, reptiles y pequeños mamíferos. De ello dan cuenta objetos de piedra labrada, tales como puntas de flecha, raspadores y cuchillos.

 

Lea también: Historia de Colombia a cuentagotas 1

 

 

Fabricaron herramientas de piedra utilizando lajas muy duras desgastándolas o golpeándolas con otras de mayor dureza, obtenidas de los aluviones de los ríos o de las laderas expuestas.

Las diferentes formas de objetos líticos encontrados se asocian principalmente al uso que tenían. Obviamente las armas que usaban los cazadores de la mega fauna diferían de las de los cazadores de pequeños roedores y aves. Mientras en América del Norte abundan las puntas de flechas y de lanzas propias de cazadores de grandes presas, en Suramérica estos elementos eran muy escasos y predominaban los raspadores, cuchillos y golpeadores. Los utensilios de los cavernícolas andinos son diferentes a los que vagaban a lo largo de los grandes ríos.

Los vestigios humanos más antiguos que han podido datarse en territorio colombiano se encontraron en las cuevas de El Abra, cerca de Zipaquirá en la sabana de Bogotá, con una antigüedad de doce mil años antes del presente. Es razonable suponer que antes de esta fecha, y previamente a internarse tanto en la zona andina, el hombre ocupó las costas colombianas en ambos océanos.

 

Agricultores ceramistas sedentarios.

 Vino luego un lento proceso de asentamientos de grupos humanos pequeños y aislados que empezaron a sembrar vegetales, tales como el maíz, la yuca y algunas raíces, produjeron los primeros artículos de cerámica y continuaron con actividades de caza y recolección. En los sitios que habitaron se encuentran herramientas de piedra más elaboradas para macerar raíces y semillas y para labrar la tierra, restos de fogones con leños quemados, abundantes depósitos de conchas y huesos de animales, y, lo más importante, fragmentos de cerámica.

 

Los hombres primitivos fabricaron artículos de cerámica para el manejo y el almacenamiento de los alimentos. Los vestigios de alfarería más antiguos se encontraron en Puerto Hormiga, sobre el Canal del Dique, en Bolívar, con una antigüedad de 5.100 años antes del presente. Se han hallado asentamientos similares en los sitios Monsú (4.600 a. p.), Canapote (3.960 a. p.) y Barlovento (2.580 a. p.), en la llanura del Caribe. En Monsú se encontraron también entierros humanos secundarios. Este período de los primeros asentamientos también trajo avances tecnológicos y las primeras manifestaciones artísticas.

 

Aldeas tribales.

Se desarrollan luego caseríos de carácter tribal.  Estos aparecen en territorio colombiano a finales del segundo milenio antes de Cristo. El más antiguo es Malambo, construido al lado de una laguna al sur de Barranquilla, departamento del Atlántico, en el año 3.140 antes del presente. Después de este se encuentran vestigios de asentamientos similares, cuyo patrón común fue su cercanía a alguna ciénaga o laguna de los ríos Magdalena y Sinú, lejos del mar. Uno de estos que tuvo gran importancia fue Momil, en el cerro de Mohán, junto a la ciénaga grande de Lorica, fechado en el 2.200 antes del presente, habitado por una comunidad muy activa y eficaz en sus tareas, de la cual se han hallado trescientos mil fragmentos de cerámica.

 

De su interés: Cultura y valores en la provincia

 

 

La vida económica y social en estos poblados no parece cambiar mucho en relación con los primitivos asentamientos humanos más pequeños, simplemente se aumenta la actividad de recolección y consumo para atender las necesidades de una población mayor. Esas tribus eran comunidades igualitarias, sin diferencias de clases sociales, según se observa en los patrones de vivienda y de sepulturas. Tampoco se evidencian elementos bélicos de ataque o defensa, pero sí indicios de antropofagia.

 

Continuará.

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

La historia en las aulas y en la vida
Columnistas

La historia en las aulas y en la vida 

Quien no conoce la historia no sabe de dónde viene, no entiende por qué él y sus circunstancias son como son

Lo más leído

1
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
2
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
3
Columnistas /

Néstor Armando Alzate y su periodismo auténtico

Hablar de la vida y la obra del gran amigo y colega Néstor Armando Alzate, escritor, profesor...
4
Editorial /

Nuestro último clamor por la libertad

Más que con un recuento histórico de lo que hemos sido, queremos cerrar este espacio con una invitación...
5
Columnistas /

La herencia de Sócrates

El dominio sobre nosotros mismos deber ser el fundamento central de nuestra cultura ética, que concibe la...
6
Cazamentiras /

Nicolás Maduro, ¿colombiano?

Recientemente, usuarios en las redes sociales reavivaron la polémica en torno a la nacionalidad del...