El grito de independencia, 20 de julio de 1810.

Como se ha expresado en los apartados anteriores, en las colonias americanas reinaba un descontento generalizado contra España, agravado por la usurpación napoleónica de la Corona española. Este descontento tuvo un evento disparador en el Nuevo Reino de Granada: El veinte de julio de 1810 un incidente entre un chapetón y un criollo generó un levantamiento popular en Santa Fe de Bogotá contra el virrey y su estructura de gobierno. El pueblo pidió cabildo abierto. El virrey Antonio José Amar y Borbón lo negó, pero finalmente accedió a esa petición ante la alta presión popular. El cabildo terminó declarando la independencia del gobierno español y constituyendo una Junta de Gobierno que reemplazaría al virrey. La declaración no tenía carácter de absoluta pues se invitaba a Amar y Borbón a que presidiera la Junta y se reconocía como rey a Fernando VII, siempre y cuando viniera a gobernar en América. Amar y Borbón no aceptó el nombramiento, fue encarcelado y luego expulsado con su familia y buena parte de su corte.

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Los insurgentes crearon la Junta Suprema de Gobierno para que se encargara del manejo del gobierno, ante la ausencia de las autoridades españolas.

La primera República.

La Junta Suprema de Gobierno conformada en Santa Fe de Bogotá convocó a un congreso de diputados que redactara la constitución de la nueva república. El Congreso, reunido en diciembre de 1810 en esa ciudad, fracasó pues sólo asistieron seis provincias. Las demás se declararon independientes y soberanas.

La Junta Suprema de gobierno decidió entonces convocar un nuevo colegio constituyente para conformar la República de Cundinamarca y dictar su constitución. El presidente de la Junta, Jorge Tadeo Lozano, proponía que se organizara como confederación descentralizada. Antonio Nariño, centralista, se opuso. La pugna terminó con la renuncia de Lozano a la Presidencia, el nombramiento de Nariño y la ratificación del régimen centralista para la nueva república, que quedó conformada finalmente por Cundinamarca y Chocó. Luego se les anexaron Chiquinquirá, Villa de Leiva, Muzo y Sogamoso.

Por otro lado, Camilo Torres, defensor del esquema descentralizado, lideró un movimiento federalista para organizar otra república diferente a ésta, bajo el nombre de Confederación de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. La asamblea de la Confederación se reunió en Tunja en noviembre de 1811 y el acta de constitución fue firmada por Antioquia, Cartagena, Neiva, Pamplona y Tunja. Todas las provincias firmantes se declararon independientes, autónomas en el manejo de sus rentas e iguales en derechos. Varias dictaron su propia constitución.

Quedaba formalizada la división de la Nueva Granada en dos estados soberanos, el de Cundinamarca y el de la Confederación de las Provincias Unidas.

Cundinamarca, necesitado de ampliar su territorio, convenció a algunas poblaciones incluidas en la Confederación para que se le unieran. Estas pugnas llevaron al país a la primera guerra civil. El Congreso General de las Provincias Unidas reunido en octubre de 1812, bajo la presidencia de Camilo Torres, declaró la guerra a Cundinamarca. Nariño encabezó las fuerzas centralistas. Las fuerzas federalistas se tomaron Santa Fe de Bogotá el 2 diciembre de 1812. En un nuevo enfrentamiento, las fuerzas centralistas vencieron a las federalistas el 9 de enero de 1813. Así las cosas, se firmó la paz entre ambas repúblicas.

Nariño se dirigió al sur del país a luchar contra los realistas que dominaban esa región. En el acápite siguiente, dedicado a las primeras campañas militares, nos referiremos a esta acción.

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En noviembre de 1814, el Congreso de la Confederación consideró necesario atacar nuevamente a Cundinamarca y comisionó a Simón Bolívar, recién llegado a Tunja después del fracaso de la Campaña Admirable en Venezuela, para que liderara el ejército. Bolívar consiguió someter a Santa Fe el 12 de diciembre de ese año, con lo cual Cundinamarca reconoció las Provincias Unidas como cuerpo soberano único de la Nueva Granada.

Continuará.