El sistema colonial español en el virreinato de Nueva Granada entró en crisis en la transición del siglo dieciocho al diecinueve. La economía estaba arruinada, los caminos, pésimos, la agricultura, estancada
LA INDEPENDENCIA DEL VIRREINATO DE NUEVA DE GRANADA.
La revolución de los comuneros.
La revolución de los Comuneros es un antecedente de la independencia. Se inició en el actual departamento de Santander. El levantamiento lo hizo el pueblo raso, en la comunidad de Socorro. Hacia 1780 la Corona española estableció el estanco o monopolio de compraventa de tabaco, aguardiente, añil y pólvora, y aumentó los impuestos y los derechos de alcabala, que afectaron duramente esas actividades de la comunidad. El 16 de marzo de 1781 Manuela Beltrán rompió en la plaza de Socorro el edicto de los impuestos, después de lo cual unas dos mil personas del común, es decir, del pueblo, se concentraron en la plaza de mercado y avanzaron armados de palos y piedras hacia la casa de gobierno gritando “¡viva el Rey, abajo el mal gobierno!”.
El levantamiento logró movilizar el Ejército del Común con cerca de 20.000 hombres, dirigido por Juan Francisco Berbeo, y llegó muy cerca de la capital, Santa Fe de Bogotá. Los representantes del gobierno virreinal decidieron negociar con los revoltosos para impedirles entrar a la ciudad y firmaron las Capitulaciones, que incluyeron concesiones importantes. El movimiento comunero, bajo el liderazgo de José Antonio Galán, se extendió a varias regiones del país. Fracasó por falta de apoyo de la oligarquía de Tunja, por divisiones internas entre líderes comuneros y por la traición del gobierno virreinal, que desconoció las Capitulaciones. La derrota final fue el 1 de febrero de 1782. Todo ello en el breve lapso de once meses y dieciséis días.
En Antioquia hubo dos movimientos comuneros durante el segundo semestre de 1781, así: en Guarne y Rionegro, por el comercio del oro, y en Santa Fe de Antioquia, Sopetrán, San Jerónimo y Sacaojal (hoy Olaya), por el estanco del tabaco. En Santafé de Antioquia hubo en el mismo año un levantamiento de los esclavos por su libertad.
Los criollos ilustrados.
El sistema colonial español en el virreinato de Nueva Granada entró en crisis en la transición del siglo dieciocho al diecinueve. La economía estaba arruinada, los caminos, pésimos, la agricultura, estancada. La situación se agravaba por las desmedidas ambiciones fiscales tanto de la corona española como de los mandatarios locales que cargaban a la población con toda clase de impuestos, servicios personales obligatorios y monopolios estatales de actividades productivas.
En la primera década del siglo diecinueve empiezan a concretarse sentimientos de insatisfacción y protesta en varias regiones del país por el manejo que la Corona española les daba a sus colonias. Esta vez el descontento partía de la élite de los criollos. A ello contribuyó el despertar de las conciencias y de la capacidad crítica que implantaron los métodos educativos introducidos por los borbones. La Expedición Botánica también había creado un ambiente de reflexión sobre la realidad del país.
Los chapetones, españoles nacidos en la península y venidos a la Nueva Granada para ejercer cargos públicos o explotar los recursos de la tierra, detentaban todo el poder y tenían ventajas sociales y económicas. Los criollos, hijos de esos españoles, tenían sangre ibérica pura, pero cargaban el “pecado” de haber nacido en América, lo cual los excluía de esos beneficios.
Un grupo de personajes santafereños y caucanos ilustrados, que integraban la Tertulia del Observatorio Astronómico de Bogotá (Camilo Torres, José Acevedo Gómez, Antonio Nariño, Antonio Baraya, Joaquín Ricaurte, Joaquín Camargo y Francisco José de Caldas, entre otros), supieron orientar sus discusiones y sus trabajos a evaluar la situación que se vivía en la sociedad, a proponer caminos de solución y a comprometerse en acciones concretas. Algunos de ellos habían sido discípulos de don José Félix de Restrepo y de don José Celestino Mutis, de quienes no solamente recibieron valiosos conocimientos científicos y filosóficos, sino que aprendieron a pensar, a analizar y a tomar posición frente a la realidad de los hechos. Este grupo de intelectuales fue una semilla importante para el proceso de la Independencia que se gestaba.
Continuará.